Yo soy el cantante Goyo Ramos
Goyo Ramos, natural de Gijón, persigue el sueño de convertirse en una gran y famoso artista. Pero es evidente que la naturaleza no le ha dotado de las cualidades necesarias para colmar sus aspiraciones. ¿Le utilizan los medios de comunicación y los fans ? ¿O es Goyo quien realmente los está utilizando para sus propios fines? Una historia, trágica para algunos, cómica para otros, de cómo la fuerza de voluntad puede suplir al talento — eso sí, con resultados insospechados.
No entiendo como un director incapaz de hacer el balance de blancos se permite ridiculizar a un cantante por su falta de talento. Podríamos enumerar una larga lista de fallos que hacen que el documental de Luis Álvarez-Mayo sea un fracaso absoluto a nivel técnico. El único interés que despierta es el del propio Goyo como personaje -mérito totalmente ajeno a la obra- que ha llegado a conformar su fracaso como un triunfo de alguna manera.
Hasta para ser malo hay que ser bueno, Goyo sabe no tener talento mientras que la película se queda en la mediocridad.