Wrong Cops
Sinopsis de la película
Los Ángeles 2014. Duke es un poli corrupto y melómano que trafica con hierba y aterroriza a los transeúntes. A su alrededor, en la comisaría, gravita una pandilla de personajes disfuncionales: un maniaco sexual, una poli chantajista, un cazador de tesoros de turbio pasado, un tuerto deforme que sueña con convertirse en estrella del techno…Sus vidas, llenas de pequeñas estrategias y patéticas artimañas, se complican cuando la última víctima de Duke, un vecino dado por muerto en su maletero, se despierta.
Detalles de la película
- Titulo Original: Wrong Cops
- Año: 2013
- Duración: 82
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Opinión de la crítica
Película
5.9
89 valoraciones en total
Estos meses debatía en mi fuero interno sobre la irrupción de esta Nueva Nouvelle Vague francesa que, desde hace ya algunos años, se ha terminado de asentar en el imaginario colectivo de la cinefilia de extrarradio. Me resistía a pensar que el cine de autores como Gaspar Noé, Quentin Dupieux o Romain Gavras no guardaba algo más en común aparte de la coincidencia temporal y geográfica y el ansia de subversión. Quería ver más señas de identidad comunes que aglutinaran a estos autores para encasillarlos en el sello, enmarcarlos en una frase que balbuciera algo así como esto es Nueva Nouvelle Vague. Y pese a que, a veces, me ha parecido encontrar una respuesta a mi interrogante, el eclecticismo de esta apuesta francesa es tal que, mientras intento recolectar los fragmentos de mi cerebro tras la última detonación perpetrada por alguno de estos énfants terribles, tengo que replantearme muchas cosas antes de afirmar tamaña sentencia. Bendito sea, pues, el terrorismo cinematográfico francés.
Jordi Costa dio en el clavo cuando tituló Policías en sitios su crítica en El País sobre Wrong Cops. ¿Por qué? No solo porque también en Gente en sitios Juan Cavestany articula un humor absurdo y de sonrisa congelada, sino porque además es un humor de puntos suspensivos. El gag no termina. Digamos que el humor convencional contiene una estructura de sujeto+verbo+objeto cerrada y bien definida, mientras que el cine del español propone una fórmula de sujeto+verbo sin predicado o con uno demasiado difuso como para provocar la carcajada en el momento indicado. Wrong cops mantiene una estructura interna similar. Como el de Cavestany, es un humor que no rima, que deja al espectador con la interrogación en la cabeza porque no sabe adónde lo quiere llevar.
¿Es por todo esto Wrong cops una gran película? En absoluto. ¿Llegará a ser una película relevante? El tiempo lo dirá, pero me atrevo a decir que Dupieux aún no ha terminado de escribir su gran ensayo sobre el futuro del cine.
Este director es alguien muy arriesgado. Arriesgarse en este mundo es hacer las cosas tan diferentes que puede que te odien o que no te entiendan o ambas cosas y con fuerza. En ese caso terminarás en el planeta Soledad. Pues bien, los personajes, diálogos y situaciones que nos presenta el señor Quentin Dupieux en esta película, podrían ser del planeta Soledad. Porque apunta a lo bizarro con una puntería magistral. Uno de los goces del film es sencillamente ver esta exquisita forma de entender a la policía, a la persona policía. Estamos abarrotados todo el tiempo de cine de policías, detectives y agentes de la ley. Pero este film arrasa todas esas ideas y las presenta de una forma tan maravillosamente absurda que lo recomiendo con ganas.
Y de nuevo Quentin Dupieux rompe toda expectativa que pusiésemos tener previa al visionado de Wrong Cops y todas aquellas que se fuesen creando conforme el film se desarrolla. Originalmente concebida para ser un corto –y condicionadas sus tramas paralelas muy posiblemente por ello- termina por convertirse en una película de humor en la que aprovecha para seguir definiendo las normas y la lógica del mundo distópico de ficción que viene creando desde Steak y ampliando con la enorme Wrong: ambas pertenecen al mismo plano y sus personajes cohabitan ese mundo (los chicos de Steak ahora son policías, si bien siguen siendo unos marginados, y al protagonista de Wrong se le hace vecino de uno de los agentes de la ley), por los que quedan sujetos a esa inversión de normas que ocasionan sucesos que trastocan sus vidas mientras el espectador experimenta una extrañeza similar ante cada evento. Ese es otro de los grandes logros de Quentin, el nunca poder predecir qué va a pasar a continuación, algo que siempre debería de celebrarse porque, además, no busca la sorpresa desde la incongruencia para con la lógica interna que ha de sostener el mundo que crea, sino que siempre se respeta esta y cada reacción resulta lógica ante la acción que la desencadena, por mucho que proceda y se desarrolle en una ficción donde la única lógica que sostiene todo parece ser precisamente la ausencia de ella, la anti-lógica.
Wrong Cops es divertida. Mucho. Hay sketches –una vez más- muy Flying Circus: el policía privado de la vista suplicando a quien le acaba de cegar con un spray anti violación que le enseñe las tetas, que quiere verlas, el otro agente que llena la bañera de agua para suicidarse sumergido en ella metiéndose un tiro, toda la escena de la reunión con el directivo de una discográfica (donde Dupieux aprovecha para alabar y vejar simultáneamente su jitazo Stunt mientras satiriza el funcionamiento de la industria musical a finales de los noventa), todos y cada uno de los fotogramas congelados, deliberadamente torpes y paródicos respecto al uso que se suele hacer de ellos en Hollywood, casi un reírse en la cara de Scorsese o el británico Guy Ritchie. Claro que hay mucho más por debajo. Existe una clara y evidente crítica a los brazos ejecutores de la Ley, aquí traficantes, asesinos, modelos porno amateur o sátiros salidos, si bien queda soterrado un poso comprensivo respecto a estas conductas que tiene de base el considerarle humanos: la cagan, pero también intentan enmendar sus errores o muestran anhelos e inquietudes exactamente iguales a las de cualquier ciudadano de a pie. Y quizá la cosa que más les humaniza y ya casi extinta en cualquier film desde hace años: la férrea voluntad de faltar a todo colectivo de forma gratuita, demostrando que prima su condición de humanos sobre la de policías. Años ha que no veía una película con tanta imprecación contra individuos de otras etnias y razas, niños, impedidos y homosexuales.
Quentin Dupieux es un director que siempre sitúa sus películas en el límite que hay entre la comedia y la idiotez.
Aquí volvemos a encontrarnos sus personajes desagradables, las situaciones absurdas y esa música de fondo… En esta ocasión nos encontramos en un ambiente policial y de drogas. Donde podemos encontrarnos con cualquier cosa, y en su cine es literal, puedes encontrarte un neumático asesino o un camello que mete la droga dentro de ratas o pescado. En Wrong cops la verdad es que esperaba algo más, aunque no sé por qué viendo sus películas me da la sensación que siempre hay algo que merece la pena aunque para verlo tengamos que ver el resto del metraje que en gran medida es una idiotez.
De Dupieux me gustó más Rubber por su frescura y locura a partes iguales y Wrong me parece superior porque creo que dentro de los absurdo esta más lograda que esta.
La secuencia que abre la película es la síntesis perfecta de lo que vamos a ser testigos durante apenas 80 minutos: un policía, traficante de marihuana, entrega su mercancía dentro de ratas muertas porque así llama menos la atención. La primera en la frente como quien dice, por si alguien se hubiera equivocado de sala. Quentin Dupieux podrá ser criticado por muchas cosas, y ser tan amado como detestado, pero nadie le objetará no ser directo y descaradamente honesto. Es éste su cuarto largometraje sin contar su trabajo debutante, un mediometraje (Nonfilm -2001-) de corte experimental que ya daba buena cuenta de la peculiar personalidad artística en ciernes. Después resurgió con la desconocida Steak (2007), revelando su gamberrismo innato en vena, aunque no será hasta Rubber (2010), su historia gore de un neumático con poderes (tal cual) cuando alcance mayor popularidad. Wrong (2012) le confirmó como una de las miradas más atractivas y peculiares de la comedia surrealista/absurda actual, aunque su nombre siguió al margen de la cartelera de española (se pudo disfrutar, eso sí, gracias al siempre exitoso y bienvenido Festival Atlántida). A un servidor se le escapan los motivos por los cuales las anteriores cintas de Dupieux no fueron distribuidas y ésta Wrong cops (2013) sí, pero es digno de celebración ver su nombre rondar nuestras salas.
Wrong cops, que surge a raíz de un cortometraje de idéntico título presentado en Cannes en 2012, nos muestra diferentes historias y situaciones (a menudo cruzadas) sobre un variopinto grupo de policías desastrados, corruptos, pervertidos y sociópatas. Un espejo del orden social y moral al que mejor no asomarse, vaya. La intención no es tanto satirizar al cuerpo de policía (el que sea) como dar pie a una comedia absurda y negrísima estructurada en forma de continuos sketches, aunque su ritmo y narración den una mínima y aparente sensación de continuidad y cohesión al relato. El espacio natural es la broma y el exceso, la sátira y la burla, y sólo se permite una pequeña carga de profundidad en forma de monólogo improvisado en la escena final.
Es un título peculiar aunque definitivamente ni la mitad de marciano que el trabajo precedente, Wrong. A algunos quizá les resulta difícil reírse ante tal familia de impresentables, pero es precisamente ahí donde radica el encanto de la propuesta. No sentir empatía o identificación alguna con los personajes y aún así querer ser testigo (no mudo, precisamente) de las improbables desventuras de este grupo de policías (polis). La singularidad de la película nace a través del cruce (poco imposible) entre Loca academia de policía (1984) y el humor de La hora chanante o la mismísima Flying Cirus, pero que nadie crea que nombro a tales referentes de forma baldía. Ahí están gags como el que inicia la película o el de la discográfica para dar buena fe de ello. Quizá hablemos de ingenio y no de puro y arrebatado genio, pero el resultado es efectivo y satisfactorio.
Quentin Dupieux, aparte de director, es un conocido artista de música electrónica apodado Mr. Oizo, y aporto este dato porque tiene su sentido en una de las subtramas de la cinta, aquella en la que se autohomenajea (y parodia) con sano humor con la canción Stunt, éxito suyo de hace una década, como diana perfecta para una sucesión de burlas que demuestran (quizá) la simpatía de un director que no pretende sentar cátedra o moverse en círculos de pretenciosidad, sino simplemente divertirse. También se da un (auto)homenaje pasando imágenes de su Rubber por una televisión que ven una madre y su hija (Estamos viendo una película muy buena, dicen). Un descaro y unas ganas de juerga que, por suerte, se transmiten al espectador aunque no siempre con la misma intensidad. Es una obra recomendable y también irregular, quizá más idónea para un formato como el mediometraje, pero ante todo divertida, original y gratamente diferente. ¡Hasta vemos a un Marilyn Manson clavando las parodias que le hacía el Joaquín Reyes de Testimonios o Celebrities!
http://www.asgeeks.es/movies/critica-de-wrong-cops-chanante-academia-de-policia/