Woochi, cazador de demonios
Sinopsis de la película
Jeon Woo Chi es un mago taoista de la era Joseon que es acusado de un delito y es condenado eternamente por una maldición. El sello de esta maldición se romperá 500 años más tarde en la Corea contemporánea, reviviendo la clásica Historia de Jeon Woo Chi en los tiempos modernos como un héroe que está listo para erradicar a los monstruos de este nuevo mundo. Aunque lamentablemente Jeon Woo Chi no aprovechó del todo su nueva oportunidad como héroe, debido a que está más interesado en las mujeres y su sensibilidad poética que en la práctica de su prodigioso talento en la magia taoísta.
Detalles de la película
- Titulo Original: Woochi aka
- Año: 2009
- Duración: 136
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Opinión de la crítica
5.5
52 valoraciones en total
Me explico, es mi primera crítica en fa, por ello, a modo de presentación voy con la siguiente reflexión, no me gusta el jamón, es cierto, a todos mis amigos les parece increible y en los diversos almuerzos en los que coincido con tal manjar tengo la recurrente petición, pruébalo que es pata negra, serrano, 5 jotas o que se yo, la respuesta es reiterativa, no me gusta el jamón.
Tampoco me gustan las películas cuyo tema es el drama desgarrador por ejemplo, no las veo y en consecuencia no opino, entonces, ¿por qué hay gente que aborrece las películas orientales (por ej) y sin embargo pierde su valioso tiempo delante de una pantalla para luego ponerlas a parir?
Yo sigo fa desde hace años, me fio bastante de las notas medias y de las criticas de los usuarios a la hora de elegir mis pelis, de ahí que mis notas tengan una media alta, veo cosas que me van a gustar.
Ahora llego a mi conclusión, he visto woochi de casualidad, había leido pesimas criticas y visto la nota general que tenía en fa, un 5 raspado, vamos, ni de coña, le da mil patadas y en muchos sentidos al la inmensa mayoría de películas que nos llegan a la cartelera, tiene de todo, son 2 horas de acción, comedia, efectos especiales, drama, amor e incluso buenas interpretaciones.
Una historia con un guión currado que no cae en el barullo que muchas veces obsequia el cine oriental, 2 horas que se hacen cortas, ahora la comparo con los mercenarios 2 (la penultima que he visto), y mira que me gusta el cine de acción, que me gusta hasta Chuck Norris (un poco), pues me quedo sin palabras, no hay color.
Como conclusión, pido a los que no les guste el jamón (o cualquier otra vianda) que se abstengan de probarlo y dar su opinión, confunden a los que se lo comerían con agrado.
Voy a publicar sin releer, sino empezaré a cambiar y se me darán las tantas, un saludo a todos.
Un mago es como esta película, te fascina y te sorprende aunque no tenga ningún poder real. Mira que me esperaba POCO de esta película (no os imagináis cuánto) de Woochi, y sin embargo su humor constante, sus efectos ajustados sin excederse, su imaginación, unas interpretaciones que si bien no son una maravilla crean un conjunto sumamente entretenido.
Recomendable a los que gusten de acción, fantasía y humor.
Tras la magnífica Tazza: The High Rollers, Choi Dong-hun se sumerge ahora en la Corea feudal para trasladarnos a la historia de Woochi, un mago que será condenado bajo el sello de una maldición durante cinco siglos. Dong-hun propone con Woochi una extraña y arriesgada mezcla donde un humor que no parece tener sentido del ridículo y una combinación entre la acción más estilizada y el «wuxia» acaparan un primer tramo en el que el guión apenas parece tener bazas, pero el empeño en conferirle una holgura que no requiere, y que ni siquiera se sostiene al no haber prácticamente conflicto que interceda en la trama, lastra unos primeros 45 minutos a los que no se podría tildar de largos, si no más bien de hastiantes, su empeño por empuñar ese desgarbado humor como principal artefacto de un relato que, si bien nos sumerge con destacable pulso gracias a esa poderosa ambientación —sólo echada a perder por unos efectos especiales que dejan algo que desear—, nunca termina de atinar con un tono que acompañe adecuadamente la historia de Woochi, y que además se ve zancadilleado en todo momento por un montaje cuyas virtudes no se atisban en esta estirada presentación, pues interfieren con una tosquedad patente en secuencias que podrían valerse por si mismas sin necesidad un corte tan pronunciado y avasallador.
No es hasta los aledaños de su segundo acto, cuando el cineasta coreano empieza a exponer las virtudes de un film que tan pronto abandona en casi su totalidad ese infructuoso tono humorístico y se percata de que sus capacidades deben concentrarse en la concepción de una mayor fluidez narrativa y un mayor derroche fílmico a la hora de llevar las secuencias de acción, cuando Woochi no empieza a mostrar veradaderamente unas bazas que sorprendentemente no se concentran en jugar con el contexto de dos personajes lejos de su época —que sería lo fácil—, y que prefieren juguetear con las posibilidades que tienen entre manos lanzando una velada crítica a una tierra que, bajo los ojos de Woochi, sólo parece destinada al dolor y a la ruina, así como dosificando todos los espacios para hacer de la acción una virtud diferencial sin necesidad de dirigirse a la ostentosidad que podría tener una cinta como ésta.
Tampoco rechaza Dong-hun, de todos modos, la presencia de Los visitantes ¡no nacieron ayer! (Jean-Marie Poiré) y enarbola varios momentos que lejos de recurrir a los tópicos más pueriles y habituales sí resultan simpáticos por la presencia de un dúo protagonista (incluída la comparsa cómica, que aquí se va sacudiendo esa etiqueta con los minutos) que lleva a buen puerto esas situaciones con una extravagante compostura ante la que uno sólo puede darse por sorprendido y agradecer el gesto. Parece clave en este sentido la maduración de un anti-héroe que desde que amanece en la Corea contemporánea vira su perspectiva con agudeza y prefiere recurrir a la crítica más sutil antes que escandalizar, como hacía en su época.
El último tramo de Woochi termina por dar en el clavo al devolver esa ambientación que ya poseía su arranque, pero en esta ocasión con un tono más negruzco que se diluye acertadamente a medida que nos acercamos a un clímax final donde uno ya se ha deshecho de todos los prejuicios habidos y por haber, y lo único que le queda es disfrutar de unos últimos minutos en los que se eluden estruendosas batallas y se opta por un cierre mucho más acorde con lo visto hasta el momento, donde la historia se superpone a un derroche innecesario y la personalidad no sólo de actores como el protagonista, sino también del recurrente secundario femenino, interpretado por una espléndida Lim Su-jeong, o del malo de turno al que da vida el siempre imponente Kim Yun-seok (The Yellow Sea) terminan por hacer de Woochi una diminuta curiosidad en la que ni el desmedido metraje logra deslucir un título que, contra todo pronóstico, se termina revelando como recomendable, en especial para los fans del género.
Crítica para http://www.cinemaldito.com
@CineMaldito
Como la sinopsis es bastante buena me centraré en cualidades de la película.
Entretenida, la historia es fácil de seguir sin ser simplona, mucha imaginación, los personajes son carismáticos y se les reconoce bien.
El tono de la película es de guasa y cachondeo continuo, que hace que ciertos detalles como los demonios mal hechos se perdonen. El tono cómico se pierde en un punto al final haciendo que la historia se vuelva repentinamente seria y aunque no lo parezca le sienta muy bien a la película.
Los poderes del aprendiz de mago son muy chulos, aunque muchos se parecen a los de Naruto.
Los dioses taoístas son personajes simpáticos que llevan mucha carga humorística, el detalle de que uno de los dioses se hace cura católico es de lo más gamberro.
El malo está genial, la mejor interpretación de la película.
Hay muchas escenas de lucha con saltos largos tipo tigre y dragón pero más dinámicas, menos largas, y más agradables de ver que la mayoría de coreografías de este tipo que hacen en el cine chino actual.
Creo que voy a ver más cine coreano.
Da mucha rabia cuando uno se espera ver una gran película y termina tremendamente decepcionado. Sin embargo, también sucede lo contrario. De cuando en cuando llega a mis manos un título del que no espero gran cosa, pero que acaba enganchándome por completo. Es es caso de Woochi, el mago taoista…
Muy buena peli surcoreana repleta de acción y aventuras que hace que sus dos horas y cuarto pasen en un suspiro. Sus efectos especiales están no desmerecen para nada a los de grandes títulos made in Hollywood. Las escenas de acción tienen mucha calidad y por momentos (sober todo al principio) recuerdan al género wuxia de China y Hong Kong.
La cosa comienza varios siglos atrás, donde la magia y los demonios están a la orden del día. Woochi (Kang Dong-woo)es un aprendiz de mago bastante bribonzuelo que un día descubre que su maestro ha sido asesinado y que le han arrebatado media flauta capaz de invocar demonios. Varios magos capturan a Woochi dentro de de la pintura de un lienzo, pero Woochi se lleva consigo media flauta. 500 años después (en la Corea actual) Woochi es liberado a cambio de que combata contra unos demonios…
Así contado, puede parecer extraño, pero no lo es. No falta el personaje femenino interpretado por Im Soo-jung (Finding Mr. Destiny)
Una de las cosas más originales, es que Woochi, como aprendiz, aún no domina bien la magia y necesita de sus hechizos en forma de pergaminos (los llaman amuletos) que se consumen tras su uso. A destacar también el hecho de poder interaccionar con los elementos dentro de cuadros o dibujos, con lo que ello puede suponer en pleno siglo XXI (carteles por doquier, televisiones…)
Un notable alto que rozaría el sobresaliente de no haber sido por pequeños detalles. Está bien el sentido del humor, con el típico personaje cómico, pero en ocasiones se han pasado un poco, haciendo que desmerezca un tanto. No obstante, un título recomendado para pasárselo bien y disfrutar de un guión original con ritmo, trepidantes escenas de acción, romance, grandes efectos visuales, que ha sido una grata sorpresa para mí.