Vivir a tope
Sinopsis de la película
Tres jóvenes aficionados a las carreras de motos no profesionales se enamoran de la misma mujer, una atractiva joven que vende salchichas en las competiciones a las que suelen asistir los tres amigos.
Detalles de la película
- Titulo Original: Spetters
- Año: 1980
- Duración: 120
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Opinión de la crítica
Película
6.2
22 valoraciones en total
Estrenada en España bajo el ridículo título de Vivir A Tope (siempre tan ingeniosos aquí en nuestro país). Recientemente ha sido reeditada en DVD tras muchos años inconseguible.
Una película tan politicamente incorrecta que provocó duras críticas en Holanda, hasta el punto de que se creó el Comité Nacional Anti-Spetters. Tales criticas fueron el primer paso para que Paul Verhoeven dejara su país para empezar a hacer cine en Estados Unidos.
Spetters es tremendamente cruda. Con su particular estilo, y mediante actores jóvenes pero eficaces (con cameos de los grandes Jeroen Krabbé y Rutger Hauer), el director describe una sociedad tremendamente decadente, donde nadie está falto de culpa. No hay luz de esperanza en la vida de los protagonistas, una pandilla de chavales que aún viven con sus padres y van tirando con sus humildes trabajos, y cuya única vía de escape son las motos.
La historia se desenvuelve en un mundo gris donde sólo parecen verse el lado grotesco de las cosas, todo el mundo actúa para bien propio y apenas hay muestras de cariño o afecto. No hay personajes con el que el público pueda simpatizar. Todo esto se le hace dificil de digerir al espectador: el director no hace concesiones de ningún tipo, no da en ningún momento lo que queremos ver. ¿Tanto cinismo gusta al público? Pues normalmente no. ¿De ahí vienen las malas críticas? Sí. ¿Es una buena película? Por supuesto. Real como la vida misma. (Los porqués, en spoiler. Pero ojo, hay mucho spoiler!)
No tengo la menor idea, pero puede ser. Después de todo, el director argentino suele tratar los temas que trata Spetters y regodeándose mucho en ellos.
A ver, por no ir en contra con la calificación media que esta cinta posee hasta la fecha en esta web (con muy pocas reseñas), le casco un 6… un interesante , ya que, mínimo ese adjetivo le sienta bien. Hoy debe ser título de culto por la controversia que generó con su estreno: la odiaron a muerte. Por el posterior suicidio de uno de los jóvenes protagonistas, por la huida de Venrhoeven para probar suerte en Hollywood y bien por él, porque no le fue especialmente mal allí.
En líneas generales, la película me resultó mediocre principalmente por las pésimas actuaciones. El reparto está conformado por actores y actrices cuyo único mérito es aceptar salir desnudos gran parte del metraje y lo único que transmiten es la sobre actuación. Lo mejor es el soundtrack compuesto por canciones de mis adorados ABBA , Blondie , Iggy Pop , todo muy cool. La banda sonora es buena pero la misma melodía se repite con frecuencia.
En lo que se refiere al guión, podría haberse pulido un poco para comprimir la historia y no lanzarse dos horas innecesarias, ya que, realmente el arranque se produce con la carrera de motocicletas. Todo lo anterior sobra y aburre. Politícamente incorrecta por supuesto que sí, y bastante desagradable. No hay punto alguno de conexión entre el espectador promedio y lo que se refleja en la pantalla. Quizás si yo hubiese visto Spetters siendo adolescente la habría disfrutado más por el morbo, pero de adulta sólo pienso que los sujetos presentados son tan insoportables que lo que les pasa ellos se lo andan buscando. No me generan compasión en absoluto, sin embargo tampoco creo que el director haya intentado ofrecer un gran mensaje ni mucho menos. Los hechos están ahí y a gusto de cada quien.
Se agradece la intención. Película totalmente prescindible… pero si andan aburridos y se encuentran con ella, habrá quien encuentre una joya perdida. Para mi desde luego no lo es y vista una vez, me doy por satisfecha.
Aunque haya tenido un par de cagadas importantes, a mí Verhoeven me cae muy bien. Tiene que caerme así alguien con ese sentido del humor y de la autoparodia –hay aquí un chiste buenísimo en forma de referencia a Delicias turcas, su éxito anterior–, tan gamberrete –recuerden la violenta porculización en los túneles, que en un principio angustia pero que al final resulta que le aclara mucho sus tendencias sexuales al muchacho–, que encadena situaciones con facilidad y agilidad, cuyo sentido de la estética acepto sin problemas, que sabe contar historias de forma interesante y que ha sido capaz de hacer cine comercial sin perder su toque personal como autor –Los señores del acero, Robocop, Desafío total, Starship Troopers…, ves una secuencia de cualquiera de ellas y ya sabes quién puede ser el director–.
La historia pretende reflejar la situación de la juventud holandesa de finales de los 70 en las zonas más pobres del país. En dos horas hay espacio para hablar de la homosexualidad, de las ambiciones y aspiraciones, del rechazo, del fracaso, de la envidia…
Los actores no están mal, tampoco bien. Quizás los personajes del motorista negado, del homosexual y del propio Rutger sean demasiado esperpénticos, pero los del motorista talentoso y la rubia materialista se hacen interesantísimos tras el accidente.
La película tiene suficientes virtudes para salir airosa de mi evaluación, aunque tampoco es la leche.
PD: ¿Un final cobarde? Todo lo contrario: es tan real e incómodo como la vida misma (ver SPOILER).
El indómito Paul Verhoeven dirige un film bastante rompedor en su momento y que ha envejecido bastante bien acerca de la vida de un grupo de amigos en el Amsterdam de finales de los setenta. Aficionados a la música y sobre todo a las motos, sus vidas sufrirán importantes cambios en su paso a la madurez con desigual fortuna para cada uno de ellos.
Verhoeven escribe una historia dramática sin cortarse un pelo como suele ser habitual en él a la hora de mostrar los aspectos más sórdidos pero tampoco cae en el melodrama y las secuencias más polémicas tampoco me resultaron efectistas. Tiene un estilo seco y directo incluso a veces la película adquiere un intencionado tono cómico y por su argumento y su manera de narrar los hechos, el director me recuerda, salvando las distancias, a nuestro querido Eloy de la Iglesia. Trata de los problemas de la juventud, sus ambiciones, inquietudes y crisis de identidad, con la religión, el sexo y la violencia como ejes principales.
Incluye escenas de sexo explícito gay y abundantes desnudos por parte de su cachonda protagonista.