Vitus
Sinopsis de la película
Vitus es un chico que parece llegado de otro planeta: tiene un oído como el de un murciélago, toca el piano como un virtuoso y estudia enciclopedias a la edad de cinco años. Como es de suponer, sus padres le anticipan un brillante porvenir, quieren que sea pianista. Sin embargo, el pequeño genio prefiere tocar en el taller de su excéntrico abuelo, y sueña con volar y con tener una infancia normal. Finalmente, como consecuencia de un inesperado accidente, Vitus tomará las riendas de su propia vida.
Detalles de la película
- Titulo Original: Vitus
- Año: 2006
- Duración: 120
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Opinión de la crítica
Película
6.9
68 valoraciones en total
Vitus ha sido para mí una sorpresa muy positiva. Por varios motivos. De entrada, es fácil caer en la tentación de descalificarla simplemente porque tiene un acabado digamos muy familiar, con toques de historia almibarada: desde el estilo Disney de la fotografía hasta el guión que cierra en exceso la historia y nos lo cuenta casi todo en detalle.
Pero sus muchas virtudes hacen que para mí sea una gran película: plantear la historia de un niño prodigio podría haber derivado hacia muchos tópicos mal contados y sin embargo lo que nos presenta exhaustiva y nítidamentemente es toda la gama de situaciones de las que padece o disfruta un niño así. Situaciones que le llevan a tener una relación peculiar para bien y para mal con el resto del mundo.
Para mí la película sabe explicar todo esto de una manera rigurosa y amena. Una prueba de lo que digo es que muchas escenas que explicadas con peor guión o con peor dirección…quedarían inverosímiles o incluso ridículas, quedan en Vitus como una pieza creíble más dentro del universo de un niño especial.
A añadir el que los actores están francamente bien, muy muy creíbles y naturales (en especial Bruno Ganz, memorable y también el niño protagonista, tanto de pequeño como de prepúber).
Y a añadir también como digo un guión muy bien elaborado en sus diálogos (inteligente, nada forzado, natural), una fotografía factura disney pero muy correcta, un ritmo muy muy agradable y que no decae en ningún momento (salvo que uno no esté interesado por una historia así) y una evolución de la vida del chico desarrollada también de manera realista y inteligente a lo largo de la película.
Otra virtud es, en mi opinión, lo bien que fotografía la difícil relación madre-hijo en un caso así: son muchas las expectativas depositadas en el niño y es lógico que aparezcan los problemas. A partir de ahí inteligentísima la contraposición que la película realiza respecto a un abuelo que, él sí, es libre de verdad y por ello puede ofrecer mucho al niño.
Para mí hubiera sido una película aún mejor si los logros del niño fueran menos espectaculares o simplemente si la historia no nos diera todas las respuestas y nosotros pudiéramos imaginar más o menos algunos de esos logros futuros.
Pero pese a estos pequeños detalles negativos, considero que es una película inteligente y sensible, muy bien plasmada y ideal para disfrutar de un rato de buen cine.
Viéndola he sentido un poco de envidia: creo que este tipo de historias (contadas con el mismo alto nivel que Vitus, claro) son las que harían que el cine español creciera. No todo ha de ser así y claro que conviene variedad, pero unas pocas Vitus al año por aquí y otro gallo nos cantara. O no. A saber.
Saludos
Dos etapas en la vida de un niño superdotado, a los 5 (Fabrizio Borsani) y a los 12 años (Teo Gheorghiu), con niños que no son actores pero auténticamente virtuosos en el piano en la vida real y ante las cámaras, verdaderos fenómenos que, además, actúan muy bien. Hermoso cine suizo en la magnífica Zurich, con buena onda y todos agradables personajes, buenos padres, Helen (Julika Jenkins) y Leo (Urs Jucker), un abuelo encantador (notable Bruno Ganz, que hizo de Hitler en La caída ), sin violencia, sin gritos, buena música y un espectacular concierto de piano y orquesta. Entretenida, deliciosa, bastante exagerada y previsible pero con la magia de auténticos genios infantiles.
Precisamente esa falta de presunción, ese gustarse a si misma y esa radiografia social en la que muchos pueden retratarse son sus mayores virtudes. Nada pedante, y con un ritmo pausado ejemplar, hace que ver Vitus se convierta en una gozada que seguramente no paladearán todos, pero que sin duda no deja indiferente. Genial.
Sé de la existencia de niños superdotados, capaces de tremendos logros para su edad, pero se me hace difícil el imaginar a un niño capaz de ejecutar uno de los pasajes frenéticos de las Variaciones Goldberg de Bach, simplemente de oído, sin partitura, sólo escuchando un disco fugazmente, y eso es lo que hace Vitus, además de otras lindezas bursátiles. En cualquier caso la película me parece extraordinaria, muy bien llevada, con un chico que da el pego de sapientín avanzado. Son insustituibles la mirada, el gesto, la mesura y los mensajes de su abuelo, Bruno Ganz, (aquel del Hundimiento, Lutero, El cielo sobre Berlin….) que nos regala un personaje lleno de humanidad y que da una pista para aquellos padres que no saben como tratar a un niño poseedor de capacidades tan poco usuales, niños difíciles, y que en demasiadas ocasiones terminan por sentirse incomprendidos, faltos de estímulo, y abandonando su interés por lo que le rodea, haciendo de su genialidad una etapa fugaz. No hay muchos Mozart, rondando por ahí, aunque en el mundo de la música abundan los grandes músicos que ya despuntaban enormemente a edades tempranas. Los actores que hacen de Vitus, tanto en edad menor, 6 años, por Fabriccio Borsani, como con 12, por Teo Gheorghiu, son ciertamente niños prodigio en la realidad y tocan verdaderamente las piezas que aparecen en la película. Ya nos dirá el futuro a donde les llevó su genialidad. Digamos que la película exagera un poco las cualidades de un niño superdotado, pero nos lo cuenta de manera que se nos hace creíble, o al menos subyugante, y deseamos seguir viendo la película con el mayor agrado. Las actuaciones son de alto nivel, la música como se esperaba es fantástica y el tema es interesante, pues todos somos o seremos padres, y todos queremos el mejor de los desarrollos para nuestros hijos, a los que a veces abrumamos en exceso con esas metas que nosotros no conseguimos y queremos que al menos, en una prolongación de nosotros mismos, nuestros hijos, sean conseguidas, aunque sea a ritmo de tambor de galeras. El director, Fredi M. Murer, no es muy prodigo en trabajos, pero presenta un genial película en 1985, titulada Fuego en las alturas que aunque parece no haber llegado a muchas personas, goza de grandes críticas ( nota de 8’3 en filmaffinity). En definitiva una de esas películas que pocos reparan en ella en el videoclub, y que gracias a eso suele estar libre para los que saben lo que quieren y donde encontrar buen cine.
Los primeros 2/3 Magnífica, un niño superdotado y unos padres egoístas, sobre todo la madre que no deja margen de libertad a los demás.
La última media hora, insufrible: una sensiblería y fantasía infantil fuera de la realidad para divinizar al personaje de Vitus. ¿Que lástima!