Viernes 13. 7ª parte: Sangre nueva
Sinopsis de la película
Desde que el maníaco homicida Jason Voorhees quedó atrapado en unas cadenas al fondo del lago Crystal, el campamento de verano más cercano no ha sufrido ningún altercado… ni asesinatos. Pero una de las campistas, Tina Shepherd, puede ver el futuro y hacer levitar objetos. Su médico conoce los peligros de la telequinesia, pero tiene más interés en aprovecharse de ella que en ayudarla. Y ahora es demasiado tarde. Sin querer, Tina ha liberado a Jason de su tumba acuosa, y el baño de sangre está a punto de empezar…
Detalles de la película
- Titulo Original: Friday the 13th, Part VII: The New Blood aka
- Año: 1988
- Duración: 90
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Opinión de la crítica
Película
3.9
20 valoraciones en total
Pues como Jason ya no se muere, puesto que ya está muerto, sí ya sé que antes de venir de entre los muertos le habían acribillado con todo tipo de objetos punzantes y no había manera de acabar con él, pero era mortal hasta la 4ª parte que quede claro, ahora la telequinesia liberará accidentalmente las cadenas que literalmente le encarcelaban en el fondo de Crystal Lake. Pese a este extraño giro, el esquema es exactamente el mismo, es decir un festín de muertes de todo aquel que se pasea por la pantalla. Al menos, en esta nueva entrega se atisba un cierto grado de autoparodia que es de agradecer, ya que el terror hace años que quedó atrás. Hay momentos un tanto hilarantes, que son más apropiados para estos momentos que el tono grotescamente serio se seguía imponiendo en la entrega anterior. Sin embargo los resultados siguen siendo harto decepcionantes, los actores son malos, no existe guión y el personaje Jason sigue convertido en un personaje plano que se pasea haciendo más de lo mismo pero sin causar temor alguno.
Realmente el argumento de esta séptima entrega sigue en la misma onda decadente, con giros absolutamente ridículos y que causan vergüenza ajena de sólo pensarlos.
El carácter del filme sigue en la misma línea: el homicida omnipotente masacrando a jóvenes libertinos que sólo piensan en fornicar en alejados campamentos y a algún que otro despistado que ande merodeando en su camino.
En esta entrega la excusa para convocar a las personas que serán carne de cañón son dos: el cumpleaños de un joven y el irrisorio tratamiento psiquiátrico de una jovencita atormentada con la muerte de su padre y que manifiesta poderes premonitorios y telequinésicos.
Es decir, más de lo mismo con un absurdo como propuesta innovadora: enfrentar a un asesino serial indestructible con los poderes telequinésicos de una jovencita trastornada. Las bases en que se sustenta el guión parecen hechas en bromas, en otras secuencias resultan redundantes y por si fuera poco, el desenlace es un bolazo inconmensurable.
Para rescatar además de la ambientación es el hecho de que Jason aparece sin su máscara en algunos momentos y la gran cantidad de efectos especiales para justificar la incorporación del elemento telequinético.
Séptima película de Viernes 13 que, en cierto modo, es de las más originales de la saga (aunque eso no sea decir mucho) pero que pierde todo lo ganado cuando la virtud se torna defecto.
En esta ocasión, el director encargado de llevar a cabo la película es Jon Carl Buechler. Vista su reputación, parece que tampoco podía esperarse demasiado de él, la verdad. Lo que Manuel Fidello y Daryl Haney (no sé si juntos o cada uno una parte) presentan como guión, arranca con algo novedoso: un personaje diferente a todos los anteriores. Eso, aunque no es complicado (ya que todos los de anteriores entregas excepto Tommy son clones), da un punto original que llama la atención. El problema es que a la hora de jugar con eso, los guionistas se suben a la parra, y el director se suma a su monumental pájara añadiendo planos dignos de un epiléptico en el epicentro de un terremoto. A nivel técnico, sumando iluminación y sonido, la película es un verdadero desastre.
Lar Park-Lincoln es, seguramente, la protagonista femenina con más talento que ha pasado por la saga. La chica tampoco es Rita Hayworth, pero visto lo que tiene detrás, sale ganando el combate por incomparecencia de las rivales. Kevin Blair Spirtas está en el otro lado del mundo. El chaval, con una cara de limón agrio increible, provoca vómitos, gonorrea y en algunos casos (los menos) infección de retina. Es posiblemente uno de los peores intérpretes de la saga (y eso es decir mucho). Sorprende que haya hecho más películas, la verdad. Susan Jennifer Sullivan está correcta en el papel (unidimensional) de guarrona y Kane Hodder interpreta (aunque con máscaras y gaitas no se nota) a un Jason que se parece más a Skeletor (Masters del universo) que a un humano cualquiera que no sea Maria Teresa Fernández de la Vega.
Resumiendo, que es gerundio: lo que comienza como promesa de una película mejor que la media de la saga, acaba convirtiéndose en una puñalada por la espalda. Tras 20 minutos, la película deja de tener el ligero interés del principio, y mientras el metraje avanza, los fallos aumentan con él, hasta un final abominable. Aun así, tiene dos asesinatos fantásticos.
He de reconocer que Jason Voorhees es uno de los personajes de terror por el que siento especial debilidad y por ello duele el daño que se la hecho con algunas secuelas de dudosa reputación. Y es que, ya centrándonos en esta séptima parte, el punto de partida cae en el ridículo y parodia no intencionada, lo que lastra el resto de la película.
Y es que, a través de los poderes telequinéticos de una joven, asistimos a un nuevo resurgir de Jason, esta vez interpretado por el mítico Kane Hodder (denle una oportunidad al siniestro biopic que protagonizó sobre Ed Gein) que fue el especialista que más éxito cosechó entre los fanáticos de la serie interpretando al ya icono del terror.
The New Blood no aporta nada nuevo a la saga, salvo una pirotecnia excesiva, ni siquiera es un slasher digno, por mucho que se esfuerce el director (John Carl Buechler, diseñador de efectos especiales de cierto prestigio). De nuevo todo en un ambiente rural (se agradecería en la entrega siguiente el cambio de aires) dando síntomas de repetición constantes. En esta ocasión Jason se enfrente a una joven telequinética, que por error hace revivir al asesinos, sirviendo posteriormente la trama a la retahila de efectos especiales y de maquillaje que el director pretendía mostrar.
El principal problema que tiene la película es el guión, pero ello es debido a la gran anécdota de la que puede presumir el film: Esta cinta iba a ser en realidad el Freddy Vs Jason que más de diez años después sí se realizaría (excepcional slasher-parody que consiguió Ronny Yu sin caer en el ridículo y con muchísimo respeto hacia los personajes). El guión ya estaba escrito, pero Paramount (quien tenía los derechos de Jason) y la New Line Cinema (que también estaba triunfando gracias a la franquicia de Nightmare on Elm Street) tras un primer intento de cruzar las sagas que tanto beneficio les estaban reportando respectivamente, no llegaron a un acuerdo. En consecuencia, se produjo una reescritura de guión cambiando el rol de Freddy por el de la chica telequinética, con bastante pobres resultados. Afortundamente, el proyecto se retomó años después, con un film muchísimo más digno de lo esperado.
En definitiva, slasher muy olvidable, sólo para adictos al género.
Y vuelve Jason, una vez más. Hoy nos quejamos de las infinitas secuelas de Saw pero al menos esa gente se lo curra para el giro final forzado correspondiente a cada entrega, Viernes 13 se copió a si misma hasta que el descaro y la vergüenza ya habían alcanzado su punto más bajo con la décima película. En ésta séptima entrega, el asesino de la máscara de hockey vuelve para matar a la gentuza de siempre, sólo que en un alarde de originalidad digno del más ferviente aplauso, la protagonista femenina se enfrentaría al maromo con poderes telequinéticos.
En fin, una más de la saga que destaca por el absurdo disparate que tiene como argumento y por la consumada estupidez de su desarrollo.