Viernes 13. 3ª parte

5 comentarios en «Viernes 13. 3ª parte»

1. Poco y muy poco de nuevo, casi nada diría yo más que la novedad que significara el sonido 3D (publicitada como una dimensión más para el horror) para esta pobre tercera parte que sólo merece 3 puntos.
   
   La idea sigue siendo exactamente la misma: adolescentes huecos que deben caer bajo el dominio del machete, del hacha, del arpón y del cuchillo de Jason.
   
   Ni tienen que dudar que el filme en su guión es absolutamente endeble, con personajes ridículos sin nada de profundidad. Es increíble ver cómo el relato desarrolla una estupidez tras otra, donde ni por asomo el horror aparece y ya a esta altura ni gracia por absurdos causa las limitaciones de la trama.
   
   Todo es absolutamente previsible, tedioso en la falta de variantes y en la carencia de idónea elaboración en el guión, con actores prácticamente amateurs, y con una falta de capacidad para plantear al menos algún atisbo de originalidad para distanciarse en algo de lo ya hecho antes.
   
   Sólo rescato las locaciones naturales de bosques y esas cabañas donde Jason se divierte mutilando personas, algo de la truculencia en algunas secuencias y esa música electrónica que -aunque resulte monótona- algo de chispa brinda ante tanta cutrez y planicie en intensidad emocional.

2. Si en la segunda parte Miner lograba construir un más que digno slasher a base de utilizar muy sabia y elegantemente los tópicos del género, aquí su labor si limita a cumplir, dotando a la película de cierto aire de Grand Guignol .
   
   Los puntos de partida son los mismos, grupo de chicos, terreno rural alejado de civilización y Jason Voorhees a machetazo limpio. Tenemos como prólogo el final de la anterior parte, cosa que nunca entenderé: ¿Es necesario? ¿Es para rellenar metraje? ¿El que quiera ver una tercera parte no será porque ya ha visto la segunda?
   
   Friday 13th Part III es una decente secuela, nuevamente bien rodada, que aunque por momentos abuse de la auto parodia (demasiados falsos sustos) tiene ciertos aires cómicos que Miner sabiamente introduce para no hacer una secuela calco. Lógicamente me refiero a las muertes, aquí cada vez más estrambóticas, intentando superar a la anterior.
   
   Miner consigue nuevamente un film tremendamente atmosférico, logrando unir perfectamente los ruidos ambientales con la elegante música de Manfredini, simple pero efectiva (sintetizadores incluídos).
   
   En esta parte Jason nace tal y como le conocemos, con su máscara de Hockey, ropas rotas y machete. Impagable su primera aparición con esta estampa y la muerte que acontece a continuación.

3. Tercera parte de nuestro amigo el carnicero de Crystal Lake (o el Lago Cristal como lo llaman en la peli). No me voy a extender mucho en la crítica ya que, si has visto la primera y la segunda, te aconsejo saltar a la cuarta edición. Menudo descaro que se pego Steve Miner, acaso aprovechó las tomas eliminadas de la segunda parte para rodar la tercera? Dónde están las siete diferencias entre las dos?
   
   En fin, más de lo mismo, adolescentes, ketchup, la señora madre de Jason, el campamento destartalado y unos machetes de campeonato. Bueno, en su defensa cabe decir que se puede ver sin saber nada de la saga como cine de terror adolescente de serie b.
   
   Lo mejor: El señor que se le ocurrió cambiarle la bolsa de basura por la máscara de hockey.
   
   Lo peor: Todo lo demás.

4. Rodada en su momento en formato 3-D algo que estuvo de moda fugazmente (recuerdo Jaws 3-D y el impacto que causó en mi adolescencia) es la única de la saga rodada en formato panorámico 2:35, combina los mismos elementos intentando modernizar un poco el género. A la altura de la 2ª parte, quizás por la continuidad de Miner en la dirección, que se limitó a respetar su criterio respecto al asesino, lo más llamativo es que Jason encuentra el símbolo que lo convertiría en un hito del cine de terror o para ser más exacto del slasher. Música electrónica de Manfredini aunque no renuncie of course a su tema central y tanto el entorno como el deslavado perfil de los protagonistas continúa siendo clonado, convirtiéndolos, pues en eso, carnaza para Jason que comienza a tomar cariño y perfeccionar su modo de operar con sus víctimas. Sigue manteniendo dignidad dentro de los límites razonables que uno espera, aunque el envejecimiento de estas películas queda patente para las nuevas generaciones, que apenas sentirán una pizca de terror en comparación de las producciones actuales (Hostel, Saw, La matanza de Texas (2004)…) verán esta ochentera saga muy light y trillada.

5. La mejor secuela de la saga con diferencia. El personaje con seriedad hace las mejores matanzas y las escenas y tensión están curradas, Miner vuelve a realizar un gran trabajo y el desenlace y la máscara de Jason convierten la cinta en un referente del terror. Una lástima que apenas se vean desnudos ni escenas de sexo, pero en conjunto la película es entretenida y la destaco como la mejor junto con la primera.