Viento seco
Sinopsis de la película
El estado brasileño de Goiás tiene un clima muy, muy seco. La vida de Sandro aquí es bastante monótona. Trabaja en una fábrica de fertilizantes, sale a nadar de vez en cuando y pasa sus tardes haciendo puzzles. Sandro tiene una relación puramente sexual con su colega Ricardo, o eso cree él. Cuando Maicon, un hombre sacado de una ilustración de Tom of Finland, aparece en su pequeño pueblo y coquetea con Ricardo, los crecientes sentimientos de celos de Sandro ponen en marcha un cambio. El sobrio entorno laboral de Sandro, adornado por las reuniones sindicales y las pausas para fumar, contrastan con sus coloridas fantasías sexuales.
Detalles de la película
- Titulo Original: Vento seco
- Año: 2020
- Duración: 110
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Opinión de la crítica
5.7
48 valoraciones en total
Vento Seco es una bocanada de aire fresco al cine LGBTIQ+.
Su director y guionista Daniel Nolasco, nos dibuja un entramado de relaciones (emocionales y sexuales) en el entorno cotidiano de su protagonista, Sandro. Sin artificios ni efectismos se nos muestra su día a día, que se transforma, con una marcada (y acertadísima) transfiguración estética y visual, en el momento que aparece el deseo.
El deseo es el elemento disruptor de esa cotidianidad. El sexo furtivo, el amor correspondido o no, y toda la iconografía que conlleva ese mundo velado de las relaciones fuera del heteropatriarcado normativizado nos regalan una desacomplejada representación desacomplejada (prácticamente onírica) de encuentros y desencuentros sexuales (y emocionales). Es de agradecer la libertad que transpira el film al mostrar el sexo sin metáforas pueriles o mojigatos encuadres o fundidos en negro. El sexo aparece como un elemento transformador de la realidad que libera a los personajes de sus cotidianidades grises.
No todo es estética o sexo explícito en Vento Seco. El film es una adulta reflexión sobre la dualidad entre lo que tenemos y lo que deseamos, sobre la pérdida del control vital, el conflicto entre carne y raciocinio y una inteligente muestra de otro tipo de relaciones donde amistad y amor se desarrollan sin encorsetamientos, desde la autenticidad.
Film con más capas y lecturas de lo que aparenta, de un director al que habrá que seguir muy de cerca.
Una ficción con un marcado estilo documental, donde los travellings construyen una narrativa excitante y la fantasía alegórica que presenta el director transporta al espectador al costumbrismo y al exceso.
Los colores conforman una puesta en escena arriesgada, donde el rojo nos anuncia el clímax de la película, el rosa el deseo sexual y el verde confianza.
Un neo noir Dollaniano que busca la liberación sexual a través de personajes reales, personajes que pululan por las calles desapareciendo en sueños y apareciéndose en la existencia del propio material fílmico. Cada actor tiene sus propios códigos, movimientos y tipos de plano, cada actor se apropia de una masculinidad concreta, cada actor retrata un contenido explícito diferente. Un cuento único.
Sigo con mi repaso por las películas que integran la programación de la Mostra FIRE!! de este año. Ahora le toca el turno a Viento seco de Daniel Nolasco, película brasileña sobre Sandro, un gay de mediana edad que lleva una existencia tranquila hasta que dos hombres aparecen en su vida y trastocan su serenidad.
Los que os acerquéis a Viento seco os encontraréis con una película de estética cuidadísima que me ha recordado a otros pelotazos posmodernos como Mandy, The Neon Demon o Bacurau. Esta vez con una peculiaridad y es que esa estética de fuertes neones y encuadres alucinantes, viene ligada a diferentes subculturas dentro del mundo gay como podrían ser los leather daddies o los hunks al más puro estilo de Tom of Finland. Viento seco funciona muy bien en sus dos capas más importantes: narrando la historia de Sandro que sin comerlo ni beberlo se encuentra en una encrucijada sexual y existencial, así como ofreciendo una representación onírica y expresiva de un mundo aún codificado para una gran parte de la audiencia.
Una de las muchas sorpresas que esconde la cinta, es su tratamiento de las escenas sexuales de manera totalmente abierta y explícita, supongo que para muchos espectadores esto la hará entrar directamente en el terreno de lo pornográfico. Para el que escribe, el lujoso tratamiento visual que reciben dichas escenas y el hecho de que todas y cada una de ellas tengan relevancia para la progresión de la historia y la red que conecta a los tres personajes principales, hacen de estas algo atrevido, sí, pero que es positivo ver en pantalla. Si el cine LGTBIQ+ tiene como objetivo visibilizar y normalizar el sexo fuera del heteropatriarcado, Viento seco desde luego que sirve una ración generosa para todos aquellos que no estéis muy puestos en el tema.
Pese a transitar por algunos clichés perdonables, Viento seco consigue atrapar gracias a un fluir en el que confluyen distintos ritmos y tonos, y sobre todo gracias a un personaje principal que debido a su punto misterioso y vulnerable, consigue que no despeguemos los ojos de él. Historias así importan, y especialmente viniendo de Brasil que está atravesando una etapa especialmente complicada para las minorías como ya comenté en mi reseña de Bacurau.
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