Vidas borrascosas
Sinopsis de la película
Sexo, frustraciones y violencia se ocultan bajo la tranquila apariencia de Peyton Place, una pequeña localidad de Nueva Inglaterra, cuya clase alta no está dispuesta a reconocer la irregular conducta de sus miembros.
Detalles de la película
- Titulo Original: Peyton Place
- Año: 1957
- Duración: 162
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Opinión de la crítica
Película
6.8
73 valoraciones en total
Película dirigida por Mark Robson, muy buen Director con excelentes títulos como El Premio (63), El Idolo de Barro (49). Desde la Terraza (60), Más dura será la caida (56) y Los Puentes de Toko-Ri (55) y otras películas no tan logradas como por ejemplo Phffft (54) , posiblemte la peor película como interpretación de Jack Lemmon y Regreso al Paraíso (55) con Gary Cooper de protagonista. El film me parece extraordinario ya que refleja la mayoría de los personajes de la sociedad en una pequeña Ciudad Peyton Place al norte de New Hamsphire en Nueva Inglaterra. Incomensurable a mi parecer el magnífico trabajo de la desaprovechada actriz Hope Lange (Bus Stop, Mujeres frente al amor, Un ganster para un milagro y la más reciente de Terciopelo azul) y la famosa, sensual e icono sexy de los 40/50 y parte de los años 60 la bellisima Lana Turner siempre magnífica en sus papeles. Digno de mención los demás personajes interpretados por Arthur Kennedy (nominado a un Oscar por el papel de Conserje), Lloyd Nolan y Lee Philips. En el guión surgen la mayor parte de los problemas que cincuenta años después no han variado en nuestra sociedad, mantener hijos adolescentes en el buen camino , violencia de género (violación padastro), hijos fuera del matrimonio, aborto, personaje alcoholizado, incorporación a filas, muerte seres queridos, asesinato, habladurías y calumnias de la Sociedad. En fin una gran película en todos los ordenes que la vi en Imagenio la 1ª vez y compre el Dvd a continuación, la he visto varias veces y siempre descubro algo nuevo. Fotografia magnífica filmada en Cinemascope y Color por de Luxe en este arrebatador drama de más de 2 horas y media y repleto de interpretaciones magistrales. El guión es de John Michael Hayes, famoso guionista que en el período 1954-57, colaboró con Alfred Hitchcock en tres de sus mejores películas como La Ventana Indiscreta, Atrapa a un ladrón y el Hombre que sabía demasiado, además de la comentada. Film que nada tiene que que envidiar a los dramas más famosos y medíaticos de la Historia del Cine, basada en la novela de Grace Metalious cuyo libro Peyton Place se mantuvo durante más de un año en las listas del New York Times como best seller del año 1956 con record de ventas, desgraciadamente Grace murio a los 40 años ocho años después de escribir la novela.
O viceversa. Porque el gran David Lynch debió beber de las aguas de Peyton para inspirarse a finales de los 80.
De larga duración, y exceso de personajes, sólo unos pocos se destapan al espectador en su presunta normalidad para guardar terribles secretos relacionados con el honor. De inicio ñoño y pinceladas ñoñas, no debe distraernos esta ñoñez como disfraz del sufrimiento de los protagonistas. Incesto, violación, hijos ilégitimos, complejos de edipo, fobias al amor, cotillas incansables, aborto, asesinato… se mezclan con la voz ingenua de la narradora, a la que la vida, y la guerra de transfondo, obligan a cambiar. Las apariencias engañan, y la mujer perfecta que representa Lana Turner se contrapone a la amiga frescales de su hija, siendo la primera peor ejemplo a seguir que la segunda.
Mejor subtitulada, para ahorrarse la ñoñez de los dobladores de la época.
Pese a su acartonado planteamiento moral y a que la película comienza, aparentemente, como una ñoña descripción de los usos y costumbres de los educados adolescentes norteamericanos de los años 40, en vísperas del bombardeo de Pearl Harbor, pronto nos vamos dando cuenta de que estamos ante un melodrama de tomo y lomo en el que, bajo la superficie pulida de la pequeña localidad que da nombre al film, se esconden un manjar incontrolable de celos y deseos reprimidos, alcohol, hijos extramatrimoniales e incluso incesto y violación. Rodada brillantemente por el artesano Mark Robson, con todo el lujo de las producciones de la 20th Century Fox de los años 50, con un más que correcto uso del cinemascope, la trasparente fotografía de William C. Mello y una magnífica partitura musical de Franz Waxman, el director canadiense consigue integrar inteligentemente los diferentes escenarios dentro del pueblo en una puesta en escena trasparente aunque sin estilo pero totalmente al servicio de la narración, como hacían los grandes artesanos de Hollywood y, de paso, nos ofrece el retrato de un grupo de adolescentes, de sus miedos, deseos y represiones en la aislada América de la preguerra, así como del clasismo y la hipocresía de sus habitantes –denunciada por el doctor, gran papel para Lloyd Nolan–, sentimientos y situaciones todos ellos que la realidad de la guerra barrerá por completo. No era ajeno Mark Robson a los retratos de juventudes tempestuosas -pese a que aquí muestre más una juventud poco rebelde y domesticada por no hablar del planteamiento, digamos moral, que tanto nos chirría hoy- porque ya Robson había rodado años antes en 1944 uno de los mejores relatos sobre adolescentes de los años 40 Youth runs wild producida por Val Lewton. En el apartado de las actuaciones destaca Lana Turner a quien tan bien le iban esos roles de mujer madura atormentada, Diane Varsi como la adolescente que relata la trama, Arthur Kennedy en un inusitado papel de alcohólico y, sobre todo, la excepcional actuación de la bellísima Hope Lang, nominada para el oscar que finalmente ganó Miyoshi Umeki en Sayonara (1957) de Joshua Logan. Notable.
Peyton Place, título original que alude a una pequeña comunidad provinciana americana, se convierte en un microcosmos representativo de la sociedad rural conservadora de principio de los cuarenta. Se trata de un melodrama folletinesco lleno de tópicos y arquetipos sobradamente conocidos, en el que nada sorprende, todo es previsible, y lo que es peor, ha envejecido mal. El paso del tiempo que como todos sabemos, es ese juez insobornable que ejerce un juicio despiadado e inflexible sobre todo arte, termina poniendo a cada uno en su lugar, la ha acartonado convirtiéndola en una postal bonita, pero descolorida y con un fuerte olor a naftalina. A pesar de ser un producto de calidad y una gran producción en el aspecto técnico y artístico de la Twenty Century Fox, nominada en muchas categorías a los Oscars de aquel lejano 1957, lo que ocurre es que el director Mark Robson, pese a ser un eficiente artesano, no termina de imprimirle la pasión, el lirismo, la emoción, la cercanía, el romanticismo, o la elegancia formal que el melodrama necesita para que nos identifiquemos con la trama. En manos de Douglas Sirk, William Wyler o Leo MaCarey, hubiéramos visto algo muy diferente.
Exitosa adaptación para la época de un best seller de Grace Metalious que también daría pie a una larga serie televisiva (1964-1969) que afortunadamente no he visto. Asistimos a un lujoso film (Lana Turner, Arthur Kennedy) con un maravilloso Cinemascope y color, a los problemas morales y sentimentales de diversos habitantes, por lo tanto en tono coral, que dentro de una población de Nueva Inglaterra se entrelazan en una narración demasiado plana y sin matices, además de una cargante moralina. Si rascamos un poco sobre tan idílico pueblecito tranquilo encontraremos, bajo tan hermosos parajes, incestos, violaciones, madres solteras y castradoras, represión sexual, ancianas cotillas, envidias, machismo, alcoholismo, hipocresía y como siempre la falsedad de las apariencias. Por supuesto, nada que ver con el Twin Peaks de David Lynch, no hay misterio, ni intriga, ni magia.
Lo que sí consigue es presentar los principios narrativos, éticos y estéticos de lo que conocemos como un culebrón. Donde si no hay amores castos y puros, el pecado se debe redimir con la penitencia y donde el bien siempre se impone sobre el mal, todo bastante maniqueo. Otro punto negativo, en mi modesta opinión, es la voz en off de la protagonista a lo largo del film, que se hace cargante si entendemos que el cine se debe narrar con imágenes, dando la impresión de que el director no supiera trasladar esas sensaciones que siente su protagonista, la joven Allyson (Hope Lange). Lo que sí me ha recordado vagamente es la película Picnic de Josua Logan, por lo del forastero que llega a una pequeña comunidad encerrada en sí misma, cargada de frustraciones, pero el soberbio William Holden no tiene nada que ver con el mediocre Lee Philips que encarna al galán y profesor que llega para hacerse cargo del instituto. La película puede gustar al aficionado poco exigente, lo siento, no es mi caso.
Con un reparto excelente, así como el guión y argumento, la Fox produce este auténtico drama romántico en el año 1957 y que arrasó en las taquillas, pues tiene todos los ingredientes de un serial de TV., cercano al folletín, pero con una calidad más que estimable en todos los aspectos.
Fotografiada muy bien en Cinemascope, cuando la Fox todavía tenía la patente de este nuevo sistema panorámico que revolucionó el cine, lo cual se nota por sus encuadres y rodaje en general. Es un film que se ve con mucho interés a pesar del tiempo transcurrido, ya que hay secuencias que después de tantos años se podían trasladar al mundo de hoy, pero otras pesan por los cambios existentes en la sociedad de hoy día desde que se rodó esta película. La versión española (doblaje) del DVD comercializado, contiene el excelente doblaje de la fecha del estreno en España en el año 1963.