Viaje a Darjeeling
Sinopsis de la película
Francis, Peter y Jack son tres hermanos que se han ido distanciando con el paso del tiempo y ya ni siquiera se hablan. La muerte de su padre los reúne de nuevo y de ese reencuentro surge la necesidad de volver a estrechar los lazos familiares. Francis, el mayor, propone un viaje en tren por la India a bordo del Darjeeling Limited, la línea ferroviaría que recorre el país de un extremo al otro. Ya en el tren, comienzan las disputas verbales, e incluso físicas, y su comportamiento llega a tal extremo que son obligados a apearse del tren. A partir de entonces, abandonados a sus propios recursos, empieza para los tres un viaje que no habían previsto.
Detalles de la película
- Titulo Original: The Darjeeling Limited
- Año: 2007
- Duración: 91
Opciones de descarga disponibles
Si deseas puedes descargarte una copia de esta película en formato HD y 4K. A continuación te añadimos un listado de fuentes de descarga disponibles:
Opinión de la crítica
6.5
61 valoraciones en total
Cada vez se hace más complicado afrontar una nueva película de Wes Anderson, es material único para una reflexión crítica. Anderson tiene un sello único, dificilmente comparable con otros autores basado sobre todo en un humor extraño, surreal, en un ritmo desigual y en unos guiones que se componen y se descomponen con sentido o sin él a lo largo de la película. Su punto fuerte es la inventiva, es un creador de situaciones único pero al mismo tiempo da la sensación de estar emprendiendo un camino al final del cual quedarán él mismo y sus amiguetes como únicos partícipes del juego. Creo que Darjeeling limited será una prueba dura para los fans de Anderson, que los tiene y variados, lo ha sido para mí que me fascinó Steve Zissou y aprecié Tennenbaums . Anderson consciente o inconscientemente está cerrando su fondo en torno a su forma y presenta el que probablemente sea el guión más débil de su filmografía. Da tiempo por supuesto a exponer excentricidades, a vislumbrar esos reflejos espirituales de la India, pero en ningún caso definiría el film como una comedia, es la menos cómica de sus películas precisamente porque cierra con llave la apertura de su genialidad cinematográfica a unos pocos. Parece una película realizada para sus fans más fieles. Su trasfondo está tan cargado de quietud emotiva, de egocentrismo vacuo que dificilmente uno puede esperar empatizar no ya con sus personajes sino con el mensaje, la propuesta. Darjeeling parece pedir a gritos un esqueleto que lo sostenga, es carne sin hueso.
Sobre los caminos dejados atrás y la redención habla esta nueva comedia marciana de Wes Anderson, que si bien no es tan marciana como sus anteriores trabajos (entre los cuales destacaría por sumamente extravagantes Bottle rocket y The life aquatic ), sí resulta más hábil, inteligente e introspectiva en cuanto a presentación y desarrollo de personajes, pues se podría decir sin temor alguno que Wes, con la ayuda de Roman Coppola y Schwartzman ha desarrollado uno de los mejores guiones de la temporada, que administra con grandeza sus dosis de humor bizarro (brillante el momento de Peter en el baño leyendo el relato de Jack) y las combina a la perfección con el transcurso de un argumento que va dejando tintes de pura genialidad y dando vida a unos personajes que en ningún instante se sabe hasta que punto pueden llegar realmente.
Schwartzman, además de guionizar buena parte de la joya en cuestión, se come la pantalla a bocados minuto tras minuto, y no por interpretar un personaje desatado o efusivo, sino todo lo contrario, sin embargo, es tal el talento de susodicho actor que no necesita más que una mirada o un gesto para saber qué recorre su mente en cualquier instante.
Le acompañan un Brody en su línea y Owen Wilson que, como siempre, alcanza su máximo nivel al lado de Wes, dotando ciertos momentos de un descaro y una ambivalencia que sólo había demostrado al lado del excéntrico realizador estadounidense.
The darjeeling limited es, pues, la perfecta combinación entre el humor andersoniano que tan bien se veía desarrollado en los films antes mentados ( Bottle rocket y The life aquatic ) y el calado que alcanzaban otras propuestas suyas como la magnífica Rushmore , haciendo de su última experiencia fílmica una exquisita mezcla que nos otorga señas sobre lo que puede llegar a ofrecer y seguramente ofrecerá este señor, que más allá de la estética y las increibles BSOs en las que sumerge toda su obra, ha dado un paso más para seguir creciendo.
Yo es que soy una persona muy superficial y me pensaba que la gracia de viajar era ver cosas bonitas que estaban lejos de casa, pero poco a poco, a lo largo de profundas conversaciones en los andenes más lugubres de los cinco continentes, me di cuenta de que quién más quién menos viaja para encontrarse a sí mismo.
Si eres superficial como yo, igual al hablar con la gente que viaja para encontrarse a sí misma te parece que están un poco locos, pero si te fijas a menudo esta locura es más común que la tuya, con lo que democráticamente ellos son los cuerdos. En serio, parece mentira la cantidad de gente profunda que hay por el mundo. Hablan todos como si fuesen únicos, pero son legión. Los raros somos los que tenemos problemas para apreciar su fascinante cosmogonía interna.
Pero bueno, quizá los que somos superficiales nos estamos perdiendo un montón de fascinantes singularidades que restan escondidas en los abismos mentales de la gente normal profunda, pero tenemos la ventaja de que nos encontrarnos a nosotros mismos en un plis. Yo normalmente me encuentro en el curro, o en casa, o a veces me encuentro en el cine o a veces en primavera me encuentro en un parque leyendo novelitas a la sombra de un alcornoque. Pero creo que no valoro los encuentros conmigo mismo en toda su grandeza porque a penas me saludo ni nada. A veces me acaricio y me toco, pero eso es otro tema que no viene a cuento.
En un albergue del barrio judío de Krakovia estuve hablando con una chica vegetariana que se comía las colillas de los porros y me dijo que no era posible encontrarse a uno mismo esperando el autobús, que para encontrarse a uno mismo era importante sufrir incomodidades y llevar todas tus pertenencias en una mochila. Le dije que la parada de bus en la que yo me sentaba cada mañana era muy incómoda porque el asiento estaba inclinado y en invierno hacía frío y que a veces iba a trabajar llevando mis cosas (carpeta, libros, bocadillo) en una mochila. Me dijo que yo no entendía nada porque no había estado en la Índia. Que se ve que si vas a la Índia no sólo llegas a un estado superior de conciencia que te permite entender las conversaciones con los rastafarians borrachos sino que incluso te comprendes a ti mismo en un plano astral totalmente desconocido para los que no se han limpiado los bajos en las turbulentas aguas del Ganges.
A mí ir a la Índia me dio un poco de pereza. Me sentí como cuando a te recomiendan algún libro que es muy gordo y que tiene muy mala pinta y la curiosidad habita dentro de tu cabeza pero prefieres esperarte a que hagan la película y así te enteras de qué va sin perder tanto tiempo ni sufrir penalidades. (Además, dicen que si vas a la Índia y adoptas un perrito, cuando lo llevas a España es probable que se coma a tu gato y lo lleves al veterinario y te digan que en realidad lo que has traído es una rata devoradora de mascotas.)
Me encanta Wes Anderson, creo que es un genio incomprendido. O eso, o yo soy muy básico. Cada vez acudo con más ganas al cine para ver una película suya, y tras Los Tenenbaums y The Life Aquatic esperaba otra pequeña rareza que me asombrara y me hiciera reír a partes iguales.
Lo consiguió. Viaje a Darjeeling es muy buena, producto 100% Wes Anderson. Si sus anteriores films no te gustaron, olvídate de ver su última película. Owen Wilson, Adrien Brody, Jason Schwartzman son Francis, Peter y Jack, tres hermanos que no se hablan desde el funeral de su padre y que deciden emprender un viaje por la India en el Darjeeling Limited, una línea ferroviaria que cruza la India. El trayecto ha de ser un viaje espiritual en el que encontrarse a ellos mismos, pero el variado carácter de los hermanos convertirá su viaje interior en algo muy distinto.
La película es visualmente espectacular y su estructura narrativa es de lo más original, con una especie de corto introductorio y varios flashbacks. El film está lleno de gags buenísimos, cantidad de humor absurdo y chistes sutiles. No éramos muchos en el cine, y me dio cierta tristeza observar que yo era de los pocos que se reía, así que como era de mi esperar, Viaje a Darjeeling no será del agrado de todos.
La breve aparición de Bill Murray en la película es grandiosa, también hacen pequeños papeles Natalie Portman y Anjelica Huston. De Natalie, no hay que decir nada, hay que verla, mientras que Anjelica es una de las actrices favoritas de W. Anderson y está en su punto, extravagante.
Los tres actores principales hacen lo hacen de fábula. Los tres hermanos, sin excepción me han encantado. Wilson, Schwartzman y Brody forman un trío perfecto y no podría quedarme sólo con uno.
Por último, hay que darle la enhorabuena a quien ha cambiado el título original. Parece que no sabe ni de que va le película. Darjeeling no es un lugar, es un tren, así que en todo caso debería de ser Viaje en el Darjeeling , o bien, haber conservado su título original The Darjeeling Limited .
Me ha costado mucho decidir qué nota ponerle a ésta película. Y me ha costado porque, pese a que no he encontrado nada reprobable en la película de Wes Anderson, tampoco he hallado en ella nada extraordinario ni nada que me produjese esa sensación maravillosa de… fascinación por la historia. Algo que para mí es vital a la hora de decidir si una película me ha gustado o no.
Anderson, como buen militante del cine independiente (aunque cada vez menos), nos presenta aquí una historia acerca de la familia, la búsqueda de la identidad perdida y mil cosas más, pero con un envoltorio de lo más curioso y anticonvenciona. Sólo así se explica que los tres hermanos protagonistas de la cinta, que no tiene nada en común y parece imposible que puedan llevarse bien, acaben descubriendo que lo que de verdad les importa en la vida es hacer las paces con su madre y disfrutar de su mutua compañía mientras recorren la India en tren. ¿Acaso hay algo más de gran estudio que éso? Por supuesto, no lo estoy criticando, más bien al contrario. No hay nada malo en contar historias sobre reencuentros de familias, y en este caso se agradece que Anderson deje de lado la pretenciosidad de la que hacen gala otras producciones de similares características. Le ayudan a ello un guión sencillo y simpático (que no necesariamente divertido), con muy pocos personajes, y un trío de actores estupendo. Junto a un Adrien Brody muy comedido y mucho menos exagerado que de costumbre, y un Jason Schwartzman que plasma perfectamente la extraña personalidad de su Jack Whitman, aparece un Owen Wilson espléndido (jamás pensé escribir este nombre y este adjetivo juntos) que nos hace preguntarnos por qué se empeña en torturarnos con cosas como De boda en boda, si sabe hacerlo muy bien.
El problema está en que, lo que debería haber sido una historia conmovedora y emocionante (y material para ello había de sobra: ver todo lo que ocurre una vez los hermanos abandonan el Darjeeling limited, y que es la mejor parte de las dos claramente diferenciadas en que se divide la película) acaba resultando un tanto frío e indiferente al espectador. Yo lo mido de la siguiente manera: Lost in translation dejaba, y aún deja, con unas ganas inmensas de ir a Tokio, aunque sólo sea por confiar en que puedes vivir una historia como la de Murray y Johansson. Éso no ocurre en Viaje a Darjeeling, pese a que la situación, para mí, es parecida (ni Japón ni la India me atraen como destino turístico). Y éso es porque la historia no me apasiona, no me emociona, no cala hondo en mí.
Aunque ello no es impedimento para reconocer que es una de las mejores películas que he visto este año 2007.
Lo mejor: Owen Wilson, Adrien Brody y la puesta en escena de Anderson, extraña, casi documentalesca, pero bellísima.
Lo peor: En realidad no hay nada malo en la película, salvo que, como he explicado antes, deja bastante indiferente al espectador.