Vamps

5 comentarios en «Vamps»

1. Amy Heckerling, directora sesenteañera que desde su opera prima (Mira quien habla 1989) lleva haciendo el mismo tipo de películas, comedias amables de esas que sin trascender desde el punto de vista cinéfilo se dejan ver en esos días que el cuerpo te pide este tipo de productos y en la mayoría de los casos se olvidan inmediatamente (he revisado todos sus films en FA y para mi sorpresa tengo prácticamente vistos todos y votados con 5), repartos apañadillos bajo el punto de vista mitómano y siempre algún que otro detallito divertido.

   Pues bien, mas de lo mismo, en este caso envuelto en una comedia vampirica en la que bien diseminados gags y detalles jocosos a lo largo de su corto metraje, te dejan una sensación agradable y te impiden denostarla en base a su evidente carencia de enjundia fílmica, pero !que diantres!, con un reparto en el que tenemos a la gran Sigourney Weaver en plan lujuriosa pope vampirica realmente divertida viajando a España en busca de un apuesto actor llamado ¡Diego Bardem! y lo descacharrante que luce tras una glotona escabechina en un restaurante chino, a los siempre divertidos para el espectador traqueteado, Wallace Shawn y Richard Lewis, las revelaciones televisivas Justin Kirk (Andy Botwin en Weeds) y Kristen Johnston (la morenaza Jane Margolis en la segunda temporada de Breaking bad) y Malcolm McDowell asomando la gaita (también breve cameo de Marilu Henner), retomo con este reparto (Alicia Silverstone, pues eso, Alicia Silverstone) y lo anteriormente reseñado en cuanto a algún que otro gag, no defrauda en cuanto a ligero divertimento y se merece otro de esos recurrentes 5 de los que no engañan (al contrario de recientes films de mucho tronío cinéfilo a los que les he dado la misma nota por no llamarlos Rodrigo).

2. Es una película tontuna 100 %, como ya aviso en el título. Pero es de estas que te metes en la historia tontuna, los personajes tontunos resultan muy entrañables, y en fin…muy apta para pasar un buen rato relajado y sin complicarse uno mucho la cabeza. Y dentro de que es cine lígero no dan ganas de quitarla pasados 10 minutos, al revés, se disfruta.

3. Fallido intento de extrapolar la parodia divertida y fresca de Clueless a la moda de los vampiros, a pesar de sus dos acertadas protagonistas (Krysten Ritter y la resucitada Alicia Silverstone) y de las buenas intenciones que desprende Heckerling (referencias a la televisión True Blood, burla a la sociedad de la información).

4. Es una comedia muy ligera, inteligente y amena.
   
   Qué tanto lo será que tengo un hermano que odia todo el género vampírico (y anexas, como lo dark, hombres lobo, etc.) al que pienso proyectarle Vamps en la sala de la casa, en la creencia de que le va a gustar.
   
   A los que nacimos en los 70s y vivimos nuestra juventud o adolescencia en los 80s nos toca la fibra el concepto de la película del forever young (por siempre joven) que a pesar de estirarlo a dimensiones nunca antes vistas por el colectivo humano NO puede ser para siempre. A diferencia de la realidad, en la película se lo toman con gracia y hasta tiene un final aceptable en su propio universo.
   
   La cotidianidad de las vampiras amigas no es cruda ni gris. Al contrario: es luminosa (sin luz de día, claro), colorida, romántica (con romances), juvenil, amistosa, social… y sin embargo ahí están los temas vampíricos: la persecución del marginado (del monstruo), la noctambulidad, el pasado omnipresente incrustado en el presente, algunas preguntas o cuestionamientos existenciales solapados, la obligada alimentación por sangre, los espejos sin imagen, el ajo, etc.
   
   Ya había visto a Krysten Ritter en Apartamento 23 ( No confíes en la p… del Apartamento 23 -ya cancelada en 2a temporada-) y me gusta su trabajo ahí, acá sigue igual, además de que (para mi gusto personal) así debería ser el prototipo de las vampiritas.
   
   Alicia Silverstone: me gusta su actuación pues me transmitió el peso del tiempo de una vampira de mediana edad, a la que todo el trance se le ha hecho ligero gracias al amor (a veces a los hijos, otras a la pareja, otras a los amigos, otras a los recuerdos).
   
   El resto: divertidos con sus papeles de vampiros o de caza-vampiros, hasta la Sigourney (que nunca me ha llamado la atención) la tolero con agrado.
   
   El humor que cose todas las circunstancias es bastante inteligente, a veces sutil. Lo anterior y remaches de muchos recuerdos o referencias ochenteros quizá sean un lastre para las audiencias más jóvenes.
   
   Desafortunadamente hacia el final el ritmo cambia y se nota, además de que los efectos especiales no son lo mejor a lo que se puede aspirar o estamos acostumbrados en esta primera década de los dosmiles.

5. Desde ya el concepto es genial, una película de adolescentes (aunque la película esquiva géneros y los utiliza todos) que reflexiona sobre la vejez y el paso del tiempo.
   
   El cine arte del presente, dijo Daney. También el cine es un arte que tiene muy presente su historia, su historia es físicamente en si el cine (el celuloide), las imágenes están ahí. Y en esta película es donde la inmediatez del presente (gags sobre facebook y I-pods) hace aparecer el pasado y las imágenes de Caligari o Nosferatu pasan a habitar las pantallas plasmas rodeadas de colores chillones, el pasado y el presente se unen con excusa de una temática vampirica.
   
   Pero lo que pesa en el personaje de Silverstone es no solo el tiempo y la vejez si no el peso de la historia que esta conlleva, la memoria que no puede eludir.
   
   Es inentendible por que esta gran película del Hollywood contemporáneo no llego a salas argentinas.