Vámonos con Pancho Villa!
Sinopsis de la película
Durante la revolución mexicana, un grupo de valientes campesinos, conocidos como los Leones de San Pablo se unen al ejército de Pancho Villa. Después de algunas batallas, con más derrotas que victorias, el grupo original es reducido, y una serie de problemas les lleva a replantearse su posición.
Detalles de la película
- Titulo Original: Vámonos con Pancho Villa!
- Año: 1936
- Duración: 92
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Opinión de la crítica
Película
7.2
75 valoraciones en total
Un grupo de campesinos decide unirse a la revolución mexicana hartos de la situación y deseosos de demostrar su compromiso y valentía. Se hacen llamar los leones de San Pablo. Los lidera Pancho Villa, pero bien podría ser Maxi de La que se avecina: ¿Qué somos? ¿Leones o huevones?, Leoooneeees. Qué machos, que quieren morir peleando para complacer a don Pancho Villa, güey. Al principio el retrato del conflicto es bastante inocentón y superficial, con esas secuencias bélicas no del todo convincentes pero que tienen toda la gracia del mundo entre chumberas y musiquilla mariachi, y en realidad no terminas de entender la causa (quizá porque desconozco demasiado de la historia reciente de México) ni sus motivaciones ni mucho menos su adoración ciega por el líder revolucionario, amado Pancho. Conforme se acerca al final entran en escena lecturas más interesantes, se cuestiona ese fanatismo y ese luchar por luchar más que por la causa en sí. Me gusta que opte por este camino más crítico y reflexivo, pero la reflexión también llega de manera inocentona y superficial, y es que Tiburcio, el protagonista, es más tonto que una loma, y esas tres escenas clave que marcan este cambio (el ahorcamiento, la ruleta mexicana y el final) quedan aguadas porque, básicamente, Tiburcio es gilipollas. Como decía Panzón: ¡vaya y coma alfalfa!. Pero bueno, en realidad me parece una obra estimable. Al menos ha merecido la pena por escuchar la letra alternativa a La cucaracha: la cucaracha, la cucaracha, ya no puede caminar, porque no tiene, porque le falta, marihuana que fumar. Olé.
Película de 1935, relata la historia de un grupo de hombres que se alían al bando de José Doroteo Arango Arámbula, mejor conocido bajo el seudónimo de Pancho Villa, para hacer la revolución, famoso conflicto armado de la primera mitad del siglo XX en México.
Pancho Villa, en esta película, no cuadra con aquel jefe revolucionario que tanto nos han querido enseñar en las escuelas y colegios mexicanos. Este Villa tiene el tesón de dictador, lo que, creo, se acerca más a la realidad. Un hombre que le exigía mucho a sus tropas pero cuando alguno de sus soldados convalece mínimamente, él, sin mayor aplomo, se los quitaba de encima (como el terrible episodio donde algunos de sus soldados, un par de ellos realmente importantes en su campaña militar, caen atacados por la viruela, y Villa, sin trastabillar, los mandó matar para que no contagiaran al resto). Aunque no se puede negar la importancia clave de Villa en la revolución.
El grupo de hombres que se unen a Villa, y que son los protagonistas de este film, son conocidos en su pueblo como Los Leones de San Pablo, cuatro personajes que representan al pueblo llano mexicano. Son ellos con quienes nos tenemos que identificar la mayoría de nosotros porque, en el fondo, México y los mexicanos no han cambiado nada. Seguimos siendo demasiado soñadores, pasionales, hipócritas, bienquedas, burlones, parranderos, machistas, desmadrosos, hambrientos, harapientos, buscapleitos, resentidos sociales, perezosos, melodramáticos, astutos y llorones. México sigue siendo ese país que apuesta a lo grande pero pierde como siempre. México sigue siendo ese país de contrastes, en el que a unos les va excesivamente bien y a otros, la gran mayoría, les va desmedidamente mal.
Me gustaría decir que esta es una buena película, pero se tropieza las suficientes veces como para no considerarla como tal. Sin embargo, eso sí, habría que rescatarla del olvido y restaurarla porque (al menos la copia que yo vi proyectada en la Filmoteca de Madrid) está muy maltratada y es un documento histórico que abría que preservar.
En el FilmAffinity le he puesto 6 de calificación pero sólo porque sale Silvestre Revueltas (mi compositor favorito) haciendo un original cameo donde interpreta La Cucaracha en el piano de una cantina. En esa escena los ánimos se van calentado y algún borracho empieza a disparar, es en ese momento cuando Silvestre despliega un cartel donde pone escrito: Se suplica no tirarle al pianista. Monumental.
Pero si no fuera por eso le hubiera puesto un 5, o inclusive un 4 si me hubiera agarrado de mal humor. Es que la película divaga demasiado a nivel cinematográfico y literario (guión), además el trabajo de iluminación y fotografía no es muy limpio y algunas escenas se pierden en las tinieblas.
¡Viva la revolución!
Esta película calificada como la no. 1 de las mejores 100 del cine mexicano según la revista somos, esta bien lograda, mostrándonos a los tristemente célebres cuatro personajes llamados los leones de San Pablo. Quienes representan al pueblo que es arrastrado a la vorágine de la revolución a las ordenes del caudillo Pancho Villa. Y de como estos cuatro tipos se van carcomiendo con el paso de la historia, en la que desarrollan todo su miedo, su frustración , su fatiga… pero también su gran amistad y coraje hacia la muerte. Esta historia bien hilvanada nos adentra en el terrible conflicto de la revolución de 1910. En la que hubo héroes y villanos y que al final la historia la escriben los vencedores. Ahí queda la vida de estos leones indomables que se encaminaron hacia la muerte como un destino infranqueable. El mismo general Villa encontraría su tumba en Parral. Unos dicen que fue un bandolero, otros un héroe legendario. La verdad es que la oración ante el sepulcro de un fiel león dorado llora al ver la tumba abandonada y al recordar a los otros leones que también cayeron en el campo de batalla. ¡Ah que muchachitos! Vámonos a la bola… diría el general. Y los leones gritarían: estamos presentes general ¡Viva Villa!
Villa duerme bajo el cielo de Chihuahua.
Emblemática película de la cinematografía mexicana, estrenada dos años después de su realización y hasta que los productores vieron el éxito obtenido por su realizador con la ya estrenada comedia Allá en el rancho grande , cinta que marcaría el rumbo de la mayoría de las realizaciones en las siguientes dos décadas.
Sin embargo, la que hoy nos ocupa es una película que dejó un sabor amargo en los espectadores pues no es nada complaciente. Es decir, lejos de mostrar a Pancho Villa como un ídolo o como un ser mítico, el caudillo es presentado como un simple ser humano, un tipo que lo mismo reparte de sus mismas manos el maíz que será sembrado por los campesinos, como lidera las batallas y toma decisiones políticamente poco correctas.
Pero la película no se centra en la figura del caudillo, sino que mira y analiza la revolución desde los ojos de un grupo de campesinos que deciden enlistarse en las filas de Villa para poco tiempo después darse cuenta que la guerra no es como la pintan, recorriendo la historia desde muertes gloriosas y heroicas hasta llegar a las trágicas e inútiles, que terminan desencantando a Tiburcio, el protagonista de la historia.
Una película para rescatar del olvido.