Una pareja de tres (Hush!)
Sinopsis de la película
¿Cuál es el significado de la palabra familia en el mundo loco y tecnológico del Japón contemporáneo? Una joven y hedonista pareja gay debe contestar a esta pregunta cuando sus vidas son invadidas y cambiadas para siempre por una triste mujer soltera en busca de un padre para engendrar a su niño.
Detalles de la película
- Titulo Original: Hush!
- Año: 2001
- Duración: 130
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Opinión de la crítica
Película
5.3
35 valoraciones en total
La legalización en algunos países del primer mundo, entre ellos España, de los matrimonios entre personas del mismo sexo, la normalización de las familias monoparentales, así como los embarazos, posibilitados mediante técnicas de inseminación, de madres sexagenarias, son la prueba irrefutable de que la familia tradicional está, cuando menos, en proceso de regresión. De esos cambios incipientes, de consecuencias sociológicas aún imprevisibles, se hace eco Hush!, una comedia dramática que fue presentada en su día en la sección oficial del Festival de Toronto. Dirigida por Ryosuke Hashiguchi, uno de los principales portavoces del colectivo gay en Japón, la película parte de una propuesta argumental que resulta doblemente provocadora si tenemos en cuenta el marcado carácter tradicional de la sociedad nipona: Naoya y Katsuhiro son una pareja gay que verá alterada su vida por la irrupción de una solitaria joven que ha decidido ser madre soltera, y que ha elegido a Katsuhiro como padre fecundador. Reposada y contenida, Hush! reivindica la capacidad y el derecho de aquellos que no pertenecen al común denominador –es decir, solteros y homosexuales- a poder tener hijos, y, lo que es más importante, opta por describir a los gays como individuos discretos y responsables, huyendo así de la ofensiva imagen de locaza que de ellos brinda la mayoría de películas.
Lo mejor: Honestidad, mesura, rabiosa actualidad y una deliciosa BSO a cargo de Bobby McFerrin, ¿Qué más se puede pedir?
Lo peor: Metraje un poco dilatado y desarrollo algo plúmbeo en algunas fases del filme.
Y que no quede en entredicho.
¿Que los americanos realizan una película romántica cuyos protagonistas son una tía con el morro tamaño portaaviones y un tío de lo más soso e inútil? ¡Pues ellos están ahí para llevarles la contraria! Así que hacen una sobre una tía muda y un muchacho inteligente, que se tiran tooooda la película sin mediar palabra. ¡Y encima les sale bien el experimento! ¡Y encima no es un bodriete con la típica moralina yankee!
Y eso no es todo.
¿Que los estadounidenses hacen films carcelarios de toda clase, desde tipos que se hacen muy amigos hasta otros que son puteados? ¡Pues ellos lo llevan al extremo! Y cogen y se sacan de la manga una peli donde, partiendo de un sujeto encerrado en una habitación, ¡se montan el lío padre y todo desemboca en una maraña que ni las campañas publicitarias del Shyamalan! ¡Qué tíos estos! ¡Y encima ahora es una peli de culto! ¡Y no sé cuantas cosas más…!
Pero no queda ahí la cosa.
¿Que los yankees realizan una película de terror que desemboca en un mito y nos hace temer por qué a nuestra prima de 5 años el cuello le de una vuelta de 180 º? ¡Pues ellos son más chulos que nadie! Y contratan a una contorsionista, a un niño japo que ni el de El sexto sentido y hacen que toda una generación se cague por la pata abajo entre ruiditos, movimientos más propios de una iguana que de otra cosa y melenas largas, negras y chungas. Joder, si es qué, como son estos señores bajitos y extravagantes… ¡Hay que ver como se lo montan!
Pues no contentos con ello, ahora cogen una historieta sobre dos homosexuales, la pasan por la turmix añadiendo una tía que quiere un hijo de ellos y se arman una trama que ya quisiera el Hitchcock para esas pelis tras las cuales decían que ocultaba tanto mensaje filogay y demás. En cambio, y como no todos los experimentos pueden terminar como uno desea, pues este les quedó un poco espeso, demasiada paja, demasiado metraje y unos personajes a los que les falta hondura, así como ciertos secundarios cuyas intenciones resultan confusas o no terminan de ser vislumbradas como deberían. Aun y así, se agradece el intento, eso sí, siempre y que no se topen con mala gente como el Gilbert, ¡que no puede con los orientales el tío…!