Una mujer atrapada
Sinopsis de la película
Durante un fin de semana festivo en el que se queda sola, una madura escritora que se está recuperando de una lesión, se queda atrapada en el ascensor de su vivienda. Sin poder salir de allí, la situación alcanza un punto de desesperación mayor cuando la alarma de emergencia atrae a un enjambre de intrusos.
Detalles de la película
- Titulo Original: Lady in a Cage
- Año: 1964
- Duración: 94
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Opinión de la crítica
Película
6.7
36 valoraciones en total
Picado por la curiosidad me dispongo a ver esta película…. Al acabar de verla llego a la conclusión de que es una notable película olvidada.
En un principio me atrae ver en el reparto a Olivia de Havilland, una Olivia de havilland ya mayor, una actriz en la época perdida en la que se encontraron muchas actrices similares en aquellos años 60 y que les brindó la oportunidad de actuar (quizás sobreactuar con clase y gusto) en una serie de películas de gran efecto guiñolesco al estilo de ·¿Qué fue de Baby Jane? y Canción de cuna para un cadáver .
Lo que en un principio me atrae (su actriz y el momento) se convierte por si mismo en algo mas añadido al conjunto: secundarios a la altura, montaje que deja al espectador haciendo equilibrios en el suspense (quizás los mismo que de Havilland hace atrapada en su ascensor privado), una música punzante que llega a espeluznar con cierta estridencia y un tema, quizás también propio de aquellos años 60: la alineación del ser humano debido a la crueldad, ambición, castración, egoísmo… a la que nos someten nuestros semejantes . Un tema cuyos planteamientos filosóficos sean quizás lo mas flojo de la película aunque el director consiga superarlos con el efectismo y el suspense en muchas escenas ( y es aquí donde subyace la mejor baza de la película sin duda alguna).
Esta película me ha hecho, como no había sucedido desde hacia tiempo sentir un escalofrío en determinados momentos. A pesar de que muchos quizás no lleguen a considerarla una gran película, ha conseguido superar mi prueba de fuego: el que cuando pase el tiempo volveré a verla,
Yo, como siempre, seguiré apostando por las actrices de aquel cine clásico, elevando a producto fílmico notable, lo que por principio podría haber sido una mediocridad en imágenes.
Por un fallo del sistema una poetisa se queda atrapada en un ascensor privado el Dia de la Indenpendencia de los Estados Unidos. Expuesta y a merced del submundo marginal es sometida a una espiral de violencia sin código ético ninguno, donde los mecanismos establecidos de rescate no funcionan, los delincuentes se pisan entre ellos sin miramientos, se pone en evidencia la decadencia de la clase dirigente, y que acabará…
Un drama de extraordinaria potencia y claramente avanzado a su tiempo, empezando por unos títulos de crédito que sugieren los que cinco años más tarde montará Sam Peckinpah en Grupo salvaje , la crueldad del conflicto político-social-existencial que plantea, o un estilo de agresividad que Kubrick consagraría en La naranja mecánica .
Aquí podemos ver a una maravillosa Olivia de Havilland y a un jovencísimo James Caan -dos años antes de El Dorado -, arropados per secundarios de gran calidad. ¡Una perla! El que pueda que rastree el DVD.
115/11(08/04/21) Sorprendente y reivindicable es thriller de suspense psicológico dirigida por un desconocido Walter Grauman (veterano de las series de televisión, con capítulos dirigidos para The Untouchables, The Fugitive, Route 66, The Streets of San Francisco, The Twilight Zone o Murder, She Wrote), escrita y producida por Luther Davis (otro experto en tv), basada en una idea original de Davis, cuando estaba trabajando en una obra de teatro sobre los efectos de un apagón en los habitantes de una casa en una región petrolera del Medio Oeste. El incidente se convirtió en una batalla por la supervivencia, en la que Davis cambió la acción de su historia de una casa a un ascensor ya que, como tantos neoyorquinos, tengo una sensación de claustrofobia en estos pequeños ascensores automáticos . Más tarde dijo que también se inspiró en el apagón de Nueva York del 17 de agosto de 1959. Conocía a una señora que estaba atrapada en el ascensor de una residencia privada en el Upper East Side de la ciudad. Ella pidió ayuda y fue escuchada por dos hombres que la violaron. Durante su investigación, se enteró de que todos los ascensores en Nueva York deben estar equipados con un teléfono, lo que habría arruinado la historia, por lo que la película está ambientada en una ciudad sin nombre. También recuerda a otra cinta anterior como la francesa Ascensor para el cadalso (1958) de Louis Malle, con otra persona también atrapada en un susodicho ascensor. Siendo esta que me ocupa protagonizada por una estelar Olivia de Havilland y James Caan en su primer papel en una película. Grauman firmó para debutar en el largometraje como director. La filmación tuvo lugar durante 14 días de febrero de 1963.
Un film enmarcado en el sub género Home Invasion que con un marcado mensaje de como el humano es un lobo para los humanos, sobre la alienación social, el darwinismo, el clasismo, el choque generacional, el Complejo de Edipo, incidiendo en la avaricia, en el nihilismo, la castración marental, ello en film donde se transmite una gran claustrofobia, asfixia ambiental en un crescendo dramático penetrante, muy en la línea de la hitchcockiana Psycho (1960) y Que fue de Baby Jane? (1962), ello componiendo en esta casa un clima de terror opresivo, una jungla donde la vida pende de un hilo caprichoso, tanto que incluso pudo haber influido a Kubrick para La Naranja Mecánica (1971). Desarrollado un relato con ribetes de terror transgresor, donde caben apuñalamientos, caídas a gran altura, pinchazos en ojos, patadas en cabeza, y hasta aplastamiento de cráneos, todo un festival bizarro adelantado a su tiempo. Todo ello surtiendo la historia de personajes ricos en matices, actuados de forma formidable.
La cinta ya te engancha desde sus originales créditos iniciales, claramente inspirados es los del maestro Saul Bass, desplegándose en barras de un lado a otro de la pantalla (en vertical y horizontal), a modo de rejas (las del ascensor de la protagonista), ello en sinergia ominosa con la música, donde en su final vemos a un perro a punto de morir sobre el asfalto, y nadie le hace caso (metáfora de la desidia social a la que vamos a asistir). Vemos después a un joven que se mete con un borracho durmiendo, hay una pareja que se besa dentro de un auto, mientras oímos una emisora de radio cristiana que escupe un discurso anti satánico (¿?), escuchamos frenazos y el sonido de claxon. Todo esto conformando una atmósfera febril de alienamiento. Para en un crescendo intenso ir poco a poco sumergiéndonos en una trama a cada segunda más y más opresiva, entrando en acción más elementos dramáticos, componiendo momentos de una intensidad sofocante, donde la apatía de la gente, su aislamiento mental de lo que sucede alrededor es un torpedo de flotación contra nuestra abúlica sociedad.
Cinta que nos presenta en su devenir toda una fauna de seres con alma por sus defectos y humanidad derfectuosa que transpiran. Con una protagonista en la Sra. Hilyard ultra protectora con su hijo (recordando en cierta medida a la que encarnaba Katherine Hepburn en De repente el último verano), que tanto ha asfixiado a su retoño que este está al borde del suicidio. Mujer que por azar se encuentra atrapada primero en el ascensor y luego con todo un carrusel de carroñeros invasores. Representante de una clase alta hedonista, capaz de aprovecharse de las guerras en beneficio propio (se deja caer que su fortuna proviene del negocio de las armas) La actriz Olivia de Havilland da una de sus mejores interpretaciones (y eso para la Melania de lo que el viento se llevó) es pero muchísimo, demostrando toda una galería de sentimientos que van desarrollándose a medida que avanza el metraje, teniendo fabulosos ententes, sobre todo con el nihilista Randall, además de mostrar una fisicidad estremecedora, Un ratonil George, un semi-vagabundo borrachín que encuentra cual buitre al acecho un hogar al que robar sin importarle haya alguien sufriendo en su interior. Actuado por un notable Jeff Corey, una serpiente, Una ex prostituta, Sade, que acompaña a George, otra carroñera que parece ver en el ‘tesoro’ de la casa la salida a sus problemas. Ann Sothern le da vida con gran sentido realista, con una estimable evolución mostrada en su mirada.
Me uno al grupo de los sorprendidos por esta pequeña joya tan original y llena de personajes salvajes y depravados pero dentro de lo verosímil. El único que no lo es, es precisamente el que está enjaulado y rodeado por las fieras.
Bien dirigida por este hombre de TV que retrata en profundos picados y planos bien compuestos alrededor del espacio de la protagonista un viaje a la locura a través de la desesperación, con tensión constante de la que realmente te hace disfrutar, con trucos que no huelen a quemado, sino a fatalidad, como la escena del helicóptero o las del teléfono, por destacar algunas de ellas que ni mucho menos son las más potentes.
Plenamente disfrutable en la actualidad por el carácter psicológico de su terror y un tratamiento un tanto expresionista por momentos, tanto en la planificación como en las interpretaciones.
Poca literatura, presenta la situación y empieza la fiesta, a la que se van añadiendo invitados y que ya no para hasta el final. Difícil no verla del tirón, es una hora y media sin tregua.
Añádase el placer del descubrimiento y de la sorpresa que a medida que vemos pelis va siendo tan difícil encontrar y el resultado es una experiencia muy grata.
Gran trabajo de actores entre los que destaca de Havilland, unas de las últimas verdaderas leyendas vivas todavía junto con su odiada hermana, Joan Fontaine, y Maureen OHara.
Más que recomendable.
Grata sorpresa.
Me puse a ver esta película pensando que me enfrentaba a un film noir más, y no. Ni es un noir ni es una película más. En su lugar me encuentro con un tremendo thriller psicológico, con un clima asfixiante y desquiciante, que no deja títere con cabeza. Un guión que parece urdido por un Jim Thompson en horas bajas, pero que sigue siendo Thompson, curiosamente escrito por el productor y plagado de personajes crueles y abyectos. Si bien es cierto que el tema de la alienación, que quizás subraye demasiado la película, Thompson se lo pasaría por el forro de los cojones. Una dirección férrea de un Don Nadie con reminiscencias de Peckinpah y del Aldrich de Canción De Cuna o Baby Jane. Y un gran trabajo de Olivia de Havilland y de un primerizo James Caan en los albores de su carrera, aunque todos los secundarios rayan a buen nivel. Restadle unas gotas de emoción exaltada a estos comentarios y os seguirá quedando una película memorable e incomprensiblemente perdida en el túnel del tiempo.
Bastante recomendable.