Un ruso en Nueva York
Sinopsis de la película
Un saxofonista soviético, Vladimir Ivanoff (Robin Williams), logra escapar de la K.G.B. y se marcha a Estados Unidos, donde consigue asilo político. Vladimir se instala en Nueva York, en Harlem, en el superpoblado piso de Lionel Witherspoon (Cleavant Derricks), un guardia de seguridad. Allí conoce a una voluptuosa italiana, Lucia Lombardo (María Conchita Alonso), y a un perspicaz abogado cubano, Orlando Ramírez (Alejandro Rey), entre mucha otra gente. Vladimir experimentará la frialdad y el dolor que sienten, a menudo, los inmigrantes en una tierra extraña, pero poco a poco, aprenderá a querer a su nuevo país.
Detalles de la película
- Titulo Original: Moscow on the Hudson
- Año: 1984
- Duración: 115
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Opinión de la crítica
5.4
27 valoraciones en total
Esta película me la regaló un amigo en vhs. Siempre le estaré agradecido. Para todos aquellos que hayan tenido que emigrar , o sus antepasados o descendientes les gustará. La versión que he visto es en inglés. Parte del diálogo está en ruso, desconozco cómo está distribuida en el mercado de habla española. Algunas conversaciones de los personajes jamás las olvidaré.
Aun no sé que me animó a ver esta tragicomedia, ambientada en los finales de la Guerra Fría, pero la verdad es que es una película bastante buena del incombustible Robin Williams. La sinopsis es simple, un ruso recuerda a modo de gran flashback las peripecias que tuvo que hacer para poder llegar a Estados Unidos, lugar de grandes oportunidades, donde el mito del sueño americano vuelve a ponerse de moda para un producto muy superior a sus expectativas.
En el film vemos como la Rusia decadente de los 80 es un lugar inhabitable, y un hombre perteneciente a un circo ruso, más por incentivo de un amigo suyo aprende a saborear lo que es la libertad, para al final, en un descuido de las autoridades rusas desertar de la Rusia opresiva que poco a poco agota la creatividad de sus miembros. Pero esto no es más que la punta del iceberg de esta obra.
Es una película rodada con un ritmo extraño, porque a veces las cosas se suceden de forma precipitada y otras se narra con una lentitud pasmosa, pero estos cambios de ritmo, por contra de desesperar al espectador, le ofrecen la posibilidad de repensar lo que está viendo y de darse cuenta que en el fondo, lo que pretende es hacer caer en la cuenta que debajo de cualquier piel late un corazón similar entre todos los que formamos el género humano. Nuestros deseos, nuestras pasiones, nuestras chifladuras, etc., en el fondo son tan parecidas que sin darnos cuenta de ello tan sólo una mente libre es capaz de captar la grandeza de todo lo que significa ser una persona.
El humor y el drama se reparten por igual en todo el metraje, quedándote al final la sensación de que has visto una obra en la que guardarás imágenes de ella, pero que no pasará de ahí a pesar de ser una película muy buena, y el motivo quizá sea la lejanía temporal de la cinta, en un tiempo actual, en el que hemos visto por activa y por pasiva las miserias de la sociedad americana, que viene siendo muy contraria a la visión que nos intenta mostrar esta obra, a veces en exceso optimista.
En fin, gran película que no pasará a la historia, ni por sus actuaciones (simplemente correctas), ni por sus localizaciones (la América profunda tantas veces vista), ni por su historia (hoy ya desfasada y hasta contradictoria).
A ratos chispeante, no pasa de ser una película mediocre, pero muy entretenida que peca de ingenuidad y refleja muy bien ese optimismo incombustible de la sociedad estadounidense. Quizás porque la vemos con la perspectiva de los años nos puede parecer naive. Pero agradable.
Mazursky juega a la ruleta risa, y sale con rasguños, pero no pierde la vida en el intento.
La caricatura de las sociedades soviética y estadounidense son muy logradas, en la opinión de alguien que vivó ambos modelos.
F.B.I, K.G.B y G.A.Y.
Y la escena del papel higiénico: Tú si sabes, cariño, cómo llegar al corazón de una chica .
Grandes momentos de humor sin malicia.
Una película que es heredera de su tiempo. Básicamente es un anuncio publicitario de lo bueno que es el capitalismo estadounidense frente al comunismo soviético en plena guerra fría. Me gusta Robin Williams, pero creo que en esta ocasión brilló poco en una película que es poco más que propaganda barata.