Un rey en Nueva York
Sinopsis de la película
Shahdov (Charles Chaplin), rey de Estrovia, tiene que huir precipitadamente de su país al estallar una revolución. Llega a los Estados Unidos sin recursos económicos, pero una joven publicista de televisión (Dawn Addams) le sugiere que protagonice algunos anuncios, aunque no parece la persona más adecuada para este trabajo… Penúltima película del maestro Chaplin, que tres años antes había tenido que exiliarse de Estados Unidos debido a la caza de brujas promovida por el senador McCarthy.
Detalles de la película
- Titulo Original: A King in New York
- Año: 1957
- Duración: 100
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Opinión de la crítica
Película
7
57 valoraciones en total
La penúltima película del gran Chaplin, rodada ya en el exilio británico, y que se plantea como una especie de revancha indisimulable contra el estúpido maccarthysmo anticomunista yanqui que tanteos disgustos le costase al genio.
La película se puede dividir en una parte frívola, bastante chapliniana y charlotesca, de gags elaborados, inteligentes y brillantes (la parte del ascensor, lo referente a la publicidad) pero dónde se atisba un diáfano poso de amargura y desencanto, y de este poso, cabe pasar a la otra parte, bien crítica y política, o más bien antipolítica, con el más que significativo personaje del niño delator e intelectual (Michael Chaplin) confiriendo al conjunto un caracter agridulce. De entre partes, surge un equilibrio apreciable y que deja un gustoso sabor de boca
Los sartenazos que reparte esta comedia saben a poco, el personaje del niño (alter ego del propio Chaplin) defendiendo la libertad, y los momentos visionarios de la cinta (la celebridad absurda, el ridículo en el que cayo el Mcarthismo) dan señales de que a Chaplin aún le quedaban cosas que contar.
Muy barato le salió al Mcarthismo cargarse a Chaplin, esta comedia es simpática y disfrutable, Chaplin era así, todas sus películas son amables, incluso intentando ser ácido y crítico resulta amable. En cambio muy caro le resultó a Usa cargarse a Chaplin, se les fué un genio y no volvió jamás, solo a recoger un Oscar honorífico ridículo para uno de los más grandes, que como Welles o Hitchcock no ganaron Jamás un Oscar principal.
El tiempo si que puso al Mcarthismo en su sitio, como una aberración que se cargó a un monton de artistas con talento y a Chaplin en el suyo como un genio represaliado políticamente.
Un Chaplin acosado por el macartismo y por la intolerancia hacia ideas distintas y con el derecho de expresión reducido a la mínima expresión se aventura a rodar Un rey en Nueva York. Un alegato a la defensa de la libertad de expresión realizada con calidad y como siempre, buen humor.
Su hijo Michael Chaplin, interviene en el film con un papel que lleva algunas de las mejores escenas de la película. Evidentemente Chaplin, poseía mano de oro a la hora de rodar con niños (esa asignatura que a algunos se les atraganta y a otros ni lo intentan) y una vez más, lo demuestra aquí.
Risas y ternura garantizadas, aderezadas por el convencimiento que Chaplin tenía de que la caza de brujas emprendida por McCarthy, arrastraba al país hacía un halo de vergüenza y retroceso democrático.
Chaplin, rey de reyes.
Por aquel entonces, se perseguían a todos los comunistas y la libertad de expresión no era vigente. En esta película, vemos una muestra de sucesos que ocurrían por culpa de esto, en donde el viejo Chaplin ( con casi 70 años y bien conservado que estaba, el tío ) fue expulsado de EEUU por comunismo. Aquí está su crítica hacia ese país que le echó.
Destaco la variedad de gags que abundan en la película, la excelente actuación de Michael Chaplin ( el hijo, y eso que podría ser su abuelo por diferencia de edad ) y los escenarios de la ciudad de Nueva York. Parte de la película puede resultar algo pesada, pero tengamos en cuenta la finalidad con la que la hizo, que perfectamente ocurría en aquel entonces por allí y ya sobretodo siendo alguien popular como un rey destronado.
Además, he de reconocer que con verle el jeto a este hombre, ya sonrío. En total, con todo, le pongo un 8 ( hay cosas que pueden sobrar ). Ha bajado un poco el listón en comparación con otras películas como Tiempos Modernos o El Gran Dictador , pero con el paso de los años, todo comienza a repetirse y a acabarse las ideas.
Como toda víctima de injusticias, Charlie Chaplin estaba en su pleno derecho de denunciar los hechos. Y lo hace de forma entretenida e ingeniosa, muy lejos de los cínicos panfletos de otros directores (injustamente) más reconocidos que él.
En ningún momento veo una defensa maniquea del comunismo –ni de doctrina política alguna–, y sí de la libertad de expresión y pensamiento.
Es cierto que el nivel es de los más bajos de su filmografía, ¡pero es que estamos hablando de uno de los mejores cineastas de la historia! Por eso me pareció justo un 7.5: porque pasa en un suspiro, porque sugiere más de lo que cuenta (interesante es la alegoría de su propia historia, reflejada en ese chico tan idealista pero indefenso y asustado que se ve obligado a buscar refugio en un monarca), porque los gags son muy variados y dinámicos, porque me río mucho (sobre todo cuando llega tarde al juicio y no se le ocurre otra cosa que meter el dedo en la boquilla de una manguera, pero también con los resultados de la operación de estética, con el misterioso espía del pasillo, con los apasionados discurso del chaval –el hijo de Chaplin–, etc., etc.).