Un niño grande
Sinopsis de la película
Will Lightman (Hugh Grant) es un soltero de 38 años que vive de los derechos de autor de una canción compuesta hace años por su padre. Su miedo al compromiso es tal que sólo se relaciona con madres solteras, porque piensa que es más fácil romper con ellas. Sin embargo, sus convicciones se tambalean cuando se convierte en el mejor amigo de Marcus, un niño de 12 años al que conoce en una de sus citas.
Detalles de la película
- Titulo Original: About a Boy
- Año: 2002
- Duración: 105
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Opinión de la crítica
Película
6
20 valoraciones en total
Pais
Directores
Actores
- Aaron Keeling
- Alex Kew
- Annabelle Apsion
- Augustus Prew
- Ben Ridgeway
- Bethany Muir
- Bruce Lawrence
- Cathy Murphy
- Chris Webster
- Claire Harman
- Denise Stephenson
- Edna Johnson
- Fritha Goodey
- Hugh Grant
- Isabel Brook
- Janine Duvitski
- Jason Salkey
- Jenny Galloway
- Jonathan Franklin
- Jordan Cook
- Joyce Henderson
- Mark Drewry
- Mark Heap
- Matt Wilkinson
- Matthew James Thomas
- Murray Lachlan Young
- Natalia Tena
- Nicholas Hoult
- Nicholas Hutchison
- Paulette P. Williams
- Rachel Weisz
- Roger Brierley
- Rosalind Knight
- Russell Barr
- Scott Charles
- Sharon Small
- Sidney Livingstone
- Susannah Doyle
- Toni Collette
- Victoria Smurfit
Han pasado nada más y nada menos que ocho años desde el estreno de esta película hasta que la he visto. ¿Por qué? Porque pese a su buena acogida crítica y comercial en el momento de su lanzamiento, una comedia dirigida por los creadores de American Pie y con Hugh Grant de absoluto protagonista, no podía darme más pereza.
Pero me he llevado una gratísima sorpresa al revisar Un Niño Grande, cuando he encontrado una cinta mucho más profunda de lo que me esperaba, una comedia mucho más irónica de lo habitual, y un Hugh Grant que deja atrás lo insoportable y lo soportable para convertirse de una vez por todas en un actor (aunque sólo lo haya hecho en contadas ocasiones).
Un niño grande habla de gente solitaria y perdida, de románticos incurables (en el fondo de si mismos), y de lo que ocurre cuando yo se convierte en nosotros. A esa disyuntiva llega el protagonista, un hombre pagado de si mismo, en cuyo mundo no hay nada excepto él, el retrato perfecto de un vividor en nuestros días. Pero a un hombre cuyo mayor compromiso es la hora en el spa y cuyo bien más preciado es su equipo de música Bang & Olufsen, se le presenta una situación inesperada cuando por accidente entra en la vida de un solitario niño (excelente Nicholas Hoult) y de su madre, una hippie maniaco depresiva (inconmensurable Toni Collete), que sin quererlo le hacen ver sus propias carencias afectivas y la innegable necesidad de amar y ser amado que tenemos cada uno de nosotros.
Y con semejante argumento, los directores Paul Weitz y Chris Weitz, emocionan al espectador por su realista retrato de las sensibilidades contemporáneas, con un guión magnífico que rebosa ironía e inteligencia, y utilizando el montaje, el diseño de producción, el vestuario y la música, cuentan la historia, lo que sin duda diferencia a una buena película de las demás.
Un niño grande podría haberse quedado en una sencilla y superficial peliculita sobre enredos familiares, con mucho lío disparatado. Pero no. Nos ofrece una historia bastante más interesante, con trasfondo.
-No se trata sólo de una comedia. Tiene muchos puntos divertidos, pero además ofrece momentos verdaderamente dramáticos. Los problemas de Marcus, el niño, nos conmueven. Ese chico que, por causa de sus problemas familiares, se siente perdido y no tiene más remedio que madurar prematuramente y buscar en Will (Hugh Grant) una especie de figura paterna o amigo que le ayude a paliar su soledad… Su desamparo nos cala hondo a veces. No es necesario un gran drama para transmitir esa sensación.
-Will es un tipo sin oficio ni beneficio que no tiene que trabajar para ganarse la vida, con alergia al compromiso y a la familia. Es un solitario redomado que siempre busca su propia comodidad en relaciones esporádicas que no le impliquen demasiado emocionalmente. Pero su mundo cómodo se verá alterado cuando Marcus entre en su vida.
-Entre esos dos seres inadaptados se establece, por pura necesidad, una extraña relación que los irá vinculando emocionalmente y que ayudará a ambos a superar algunos de sus problemas. Es divertido ver cómo se va entablando una poco convencional amistad entre ellos, que parecen los menos indicados para ello.
-También es una historia sobre familias rotas y desestructuradas. No hay familias idílicas. Will es un solterón empedernido, Marcus es hijo de una mujer soltera maníaco-depresiva, las mujeres con las que sale Will son todas divorciadas o separadas con hijos…
-Las citas de Will (en una de ellas conoce a Marcus) y su hábito de mentir a sus ligues para hacerse encantador, dan lugar a situaciones a veces un poco extrañas, con multitud de escenas humorísticas y, en ocasiones, tristes.
-Las voces en off de Will y de Marcus van narrando ocasionalmente.
-La trama evoluciona con fluidez, sin hacerse pesada.
Lo cierto es que me gustó. La vi hace algunos años, cuando se estrenó, y salí contenta del cine. He vuelto a verla alguna vez en la tele y me sigue gustando.
Bastante recomendable, incluso aunque no sean adeptos del rey de la comedia romántica Hugh Grant. Aquí su interpretación tiene más profundidad y matices más variados que en otras de sus películas y el cambio que va experimentando su personaje es creíble y cercano.
Una nota demasiado elevada?
Pues quizá he exagerado un poco pero no del todo, siempre me ha parecido bien que los personajes piensen de forma diferente de lo que dicen, para quedar bien…
Aquí, Hugh hace un buen papel, donde interpreta lo que muchos desearían ser, es decir, gente independiente, con dinero, y sin ataduras, y se refleja que clase de pensamientos tiene.
Y también cómo evoluciona, y se da cuenta, que merece la pena que te importe alguien más que no tu mismo, y es cuando le das más valor a las cosas.
Más que valorar a la película, valoro el mensaje que intenta dar.
Increíble pero cierto. Comedia romántica (ufffffff), Hugh Grant de cabecilla (aaaaarrrgggg), los autores del engendro American Pie al mando (puaaaaggg)… Diossss, cómo me he puesto a ver esto?
Pues muy fácil. Mis pretensiones (encomiables, diría yo) eran ver Brigadoon , un musical de Vincente Minnelli bastante alabado por la crítica, un clásico, algo reconfortante para el espíritu y formativo para mi intelecto de cinéfila. Ayyyy, señor, pero el hombre propone y el cine dispone. Fue ver la primera escena musical con unas vaquitas de fondo y un montón de gente saltando y bailando y todas mis buenas intenciones se fueron al traste. Agarré el mando a distancia y comencé a apretarlo compulsivamente y hasta diría que convulsivamente.
Y qué me encontré? Pues a Hugh Grant. Sí, qué horror, pero al lado de las vaquitas cantarinas un alivio mayúsculo. Total, que digo bueno, mira, así mañana lo puedes volver a poner verde en tu crítica. No hay mal que por bien no venga. Más se perdió en Cuba . Casi todo mi repertorio refranero sale en mi ayuda y suelto el mando. Veamos este bodrio.
Y, oh, sorpresa mayúscula. Me lo estoy pasando bien y hasta puedo mirar los tics de Hugh Grant sin tener que rascarme por el sarpullido. Resulta que el guión me parece inteligente (ojo, sin exagerar, sólo a ratillos), que la historia, dentro de lo que es, me divierte, y que me encuentro a una tremendísima Toni Collette haciendo de perroflauta depresiva que casi casi consigue que a Hugh ni lo vea. Coño, que hasta el niño me parece soportable, dentro del repelús natural que me provoca normalmente la infancia en el cine.
Ni siquiera es una historia de amor, que es lo que más me gusta de esta supuesta comedia romántica . O al menos no de amor romántico. O al menos eso aquí es secundario. Joder, por no haber creo que no hay ni besos. Alguien ha visto alguna vez una comedia romántica americana sin besos? Pues en ésta no hay, y si los hay yo no los he visto. Es un milagro? Tal vez. En todo caso siempre se lo agradeceré a Vincente Minnelli, el padre de la gran Liza, y a sus vaquitas.
Lo mejor de todo en el cine es la sorpresa, cuando esperas un truño de tomo y lomo y casi miras la peli acojonada con los ojillos entrecerrados, y te encuentras algo que ni por asomo podías imaginar.
Oye, no os entusiasméis, que tampoco es la hostia. Sólo es… que se puede ver sin vomitar. Vedla y juzgad.
Quien diría, que después de un inicio tan atropellado, soso y aburrido los Weitz levantarían esta película para convertirla en una de las más gratas sorpresas que me haya llevado últimamente. Así, después de un primer tramo bastante flojo, los hermanos reavivan la trama aportando elementos más interesantes que las poco sugestivas voces en off de Will o sus irrelevantes desmadres amorosos, y haciendo que los dos protagonistas, tanto el caracterizado por Grant como Marcus, se transformen en los principales engranajes del proyecto.
Y es que me encanta como se desarrolla la mentalidad de un sujeto como Will a lo largo del film, en un principio un tipo bastante ficticio y superfluo que, a medida que va viviendo distintas situaciones, va tomando responsabilidad de como y porqué debe reaccionar de un modo u otro, transformándose en una persona más fructífera para quienes le rodean y, sobretodo, mucho más sincera de lo que jamás se hubiese estimado durante el inicio. Quizá el personaje de Rachel quede bastante descuidado, puesto que se le podría haber sacado más partido, y sólo llega a deslumbrar en un par de secuencias donde desmuestra ser bastante perspicaz. También Nicholas Hoult se comporta, dando la réplica a Grant de una personalidad un tanto distinta, quizá más extraña y distante, pero tierna una vez has tomado contacto. Eso sí, el doblaje de dicho personaje es HORRIBLE.
El toque gamberro que aportan los realizadores resulta sugestivo en varias ocasiones, funcionando a la perfección algunos diálogos interiores, que tan poca fortuna habían cobrado en un inicio, y resultando bastante divertidos en según que circunstancias. Asimismo, resulta harto amena la dirección, que sólo se hace un tanto pesada durante el periplo inicial, pero que resuelve la papeleta del mejor modo posible. Otra de sus grandes bazas, es una impresionante banda sonora, una joya en estado puro que merece un excelente por mi parte.
Si a ello añadimos que Grant ofrece uno de sus mejores registros, el relato es bastante entrañable y, pese a ser rematadamente predecible en su final, funciona y conmueve, podriamos decir que About a boy es una de las cintas más agradables que hayan podido rondar la senda del algo desafortunado últimamente humor inglés. Para pasar un rato de lo más simpático.