Un film dans les rêves
Sinopsis de la película
Sandra relata una extraña experiencia con el amor, un amor de juventud, que le fue ofrecido por el espectro del cine, quién se va apoderando de ella y de sus sentimientos, haciéndola partícipe de las emociones que lo constituyen, emanando desde las imágenes una belleza sobrenatural que se apoderan lentamente de la realidad en la que cree vivir.
Detalles de la película
- Titulo Original: Un film dans les rêves
- Año: 2021
- Duración: 82
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Esta película es cine en estado puro. Esta película es Arte. Esta película ama el cine y la vida. Sus imágenes son poesía visual, la actuación de la actriz desprende un constante sentido de la belleza, el guión humana sensibilidad. Déjense llevar. Disfrútenla.
Ahora, el párrafo para que parezca una crítica y que sea publicable.
Francesc Alarcón rompe, con este film, las fronteras que limitan vida y ensoñación. Con un guión estructurado en tres partes, y partiendo del relato La muerte enamorada de Théophile Gautier, la película actua a modo de espejo de todos aquellos que, de un modo u otro, se sienten sumidos en el desdoblamiento vital entre el estar y el ser, entre el de donde son y el a donde pertenecen, entre la esencia y el ejercer.
Un film en el que las referencias cinéfilas, literarias y musicales son constantes, pero sin entorpecer la posibilidad de disfrutarla no percibiéndolas.
Cada secuencia está planteada casi a modo de piezas independientes de un poemario, con lo que el tratamiento de la imagen, la luz y el sonido se disponen al servicio distinto y variado de cada una de ellas. El uso de la banda sonora musical tampoco no es inocente, y se estructura a modo de juego de espejos con eje de simetría.
Un film dans les rêves es una prolongación de la línea que trazaron en en su momento films como El fantasma y la señora Muir (Mankiewicz, 1947), LAtalante (Vigo, 1934), Laura (Preminger, 1944) o La muerte de vacaciones (Leisen, 1934), entre otros…
Una excelente dirección e interpretación, mágicos y pictóricos planos que evocan los anhelos y sueños de la protagonista tan bien expresados por ella. Una delicadeza y sabiduría en el lenguaje cinematográfico y en la elección de todos los elementos que salen en escena que hacen de la película una película de ensueño. Una commovedora emoción que se desprendre en cada secuencia en el orden de los sueños de la protagonista mezclados con su otra vida, realidad y sueño se combinan para mostrar al público que todo es posible.
Una película necesaria en todos los Buenos sentidos.
Me vienen imágenes que creaba de las lecturas.
Esas imágenes se entremezclan entre sí.
Los sueños son imágenes que crea nuestra conciencia de la lectura de la vida.
Los sueños se entremezclan entre sí.
Se me hace injusto no valorar todo el conocimiento, la voluntad y la necesidad de expresar y hacer sentir de esta película. El cine es en gran parte emoción, y es algo que sigue 82 minutos después de verla, porque dura tanto como la necesidad que tengas de seguir creando sueños.
Florece como una margarita entre los cristales de un frasco roto , eres el brote de vida entre la muerte, entre la nada, entre lo inservible o inútil, casi lo que es esta película entre la mayoría: un brote verde de esperanza ante un cine cada vez más superfluo, vacío y sin vida.
En los sueños todo es posible.
En el cine ocurre lo mismo, sobre todo en sus primeros años, cuando alguien se dio cuenta de que aquella atracción de feria que te proporcionaba ilusión a cambio de una moneda podía aportar mucho más que eso. Porque, además, el público enseguida se volvió exigente: la ilusión previsible ya no era suficiente, pedía historia elaboradas, que encadenaran otras historias y personajes inolvidables destinados a ser recordados ya vivir para siempre.
El arte nos permite explorar los sueños y, más increíble, nos permite vivirlos y revivirlos. Gracias al arte podemos volver al pasado y tener una conversación con Théophile Gautier sobre una historia avanzada en su tiempo. Podemos encontrarnos con Chaplin y compartir con él una nueva (a la vez vieja) escena mítica. Podemos visitar mundos diferentes, hablar varias lenguas en una misma conversación… de hecho, ¿no son todas las conversaciones la misma? La magia del cine y el montaje nos permite concentrar todo un día (e incluso toda una vida) en una escena de unos minutos. Podemos cantar, bailar, soñar… Y después despertar y descubrir que la realidad parece mucho más irreal que los sueños. Las escenas cotidianas, las vacaciones, los paseos, un desayuno en la terraza, una cerveza, una conversación telefónica, un trabajo anodino en un museo… Todo esto parece mucho más ajeno a nosotros que la última película que me visto o el libro que tenemos en nuestras manos.
Entonces es la realidad la que se convierte en sueño. La informadora del museo es una actriz interpretando un papel, alguien a quien peinan y preparen para representar a su personaje: ella misma. Cuando va al cine, a ver una película clásica que no podemos dejar de ver una y otra vez, el resto de los espectadores son estatuas, siluetas inmóviles, fantasmas, atrezzo más que extras… Y la actriz que vemos en la pantalla, en cambio, se mueve, nos mira, está viva, todo para nosotros.
En los sueños todo es posible.