Two Smart People
Sinopsis de la película
Ace Connors (John Hodiak) es un estafador que tiene medio millón de dólares en bonos escondidos en un libro de cocina. Cuando trata de venderle una inversión petrolera falsa a Dwight Chadwick (Lloyd Corrigan) en un hotel de Beverly Hills, la atractiva amiga de Dwight, Ricki Woodner (Lucille Ball), interviene con una estafa por su cuenta.
Ace está a punto de ir a la cárcel por su participación en el robo de los bonos. Él hace un trato para reducir su pena testificando. Esto no agrada a su ex socio en el crimen, Fly Feletti (Elisha Cook, Jr.).
Un policía, Bob Simms (Lloyd Nolan), es asignado para acompañar a Ace en el tren desde Los Ángeles a Nueva York. Entre los pasajeros se encuentra Ricki, que está enamorada de Ace y quiere ayudarle, y Fly, que quiere que Ace no llegue a Nueva York…
Detalles de la película
- Titulo Original: Two Smart People
- Año: 1946
- Duración: 93
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Opinión de la crítica
5.3
71 valoraciones en total
Aburrido noir con toques de comedia romántica, falto de chispa e ingenio, sobre un par de estafadores rivales que combinarán sus talentos para el fraude, acompañados de un comprensivo policía que busca unos bonos robados.
Jules Dassin, antes de su gran etapa de obras maestras que va de 1947 a 1955, cuando encadenó una serie de extraordinarias obras maestras –desde Fuerza Bruta a Rififí pasando por La ciudad desnuda, Mercado de ladrones y ese prodigio llamado Noche en la ciudad- , dirigió una serie de comedias y películas de propaganda, algunas bastante conseguidas, entre las que no se encuentra esta con la que cierra dicha etapa de aprendizaje.
No hay una gran química en la pareja protagonista, algo básico para el funcionamiento de este tipo de películas: John Hodiak, aunque tuvo algunos grandes papeles en su carrera, nunca pudo sobrepasar cierta medianía -además moriría trágicamente de infarto a los 41 años- mientras que Lucille Ball parece un poco ahogada y sin espacio para sus indudables dotes cómicas, aquí completamente reprimidas.
La presencia de veteranos secundarios del cine negro como Lloyd Nolan, Elisha Cook Jr., el director checo Hugo Hass, que aparece como comisario mexicano, o el trabajo del mítico Karl Freund como director de fotografía dan algo de realce a la película, que mejora ligeramente en la parte final, desarrollada durante el Martes de Carnaval de Nueva Orleans -Mardi Gras- aunque el resultado general sea bastante decepcionante.
El mismo día en que se conocen, Ace Connors y Ricki Woodner, ella va a arruinarle un bonito día y él va a darle la misma dosis que ella le ha dado. La única diferencia es que, Ricki se ha servido de la verdad, y la estratagema de Ace, ha sido una completa patraña. Sin embargo, cada uno comprende que ha conocido a alguien atractivo y seductor que, además, cuenta con las apreciables cualidades de la inteligencia y la astucia.
Comienza así otra simpática guerra de sexos y una comedia con pintas de film noir bastante satisfactoria, en la que, el triunfo -como solía ocurrir en los viejos tiempos de la fábrica de sueños-, no se lo llevan primeramente las personas, sino ese sentimiento que todo lo puede, todo lo transforma, y todo lo ilumina. ¿Cómo es que se llama? ¡Vamos, dilo alto!
Lo que aquí sucede, bien puede parecer un cuento de hadas: Dos pícaros se juntan. El quiere huir con los últimos bonos que ha timado, ella quiere hacerse con los bonos sirviendo a otro picarillo (por lo chiquito) … y un policía confiará, ¿más de lo que debe?, en un pacto que hace con el timador. Los dos primeros resultan bastante simpáticos hasta el punto de que, casi (¿o del todo?) nos solidarizamos con su causa. El tercero, se nos antoja una suerte de zancudo que nos inspira juntar las palmas, y el policía es de los que sólo se ven en las películas o como los que de veras existían en otros tiempos… ¡¿Cómo que en cuales?!
Con un guión de Ethel Hill y Leslie Charteris (a este último, imposible olvidarlo ya que fue el autor de la serie El Santo que protagonizaran, en el cine George Sanders y en la tv., Roger Moore), la película conserva algo de ese toque seductor y pleno de astucia del popular personaje, pero, el director, Jules Dassin, procura que tenga su sello y se inclina más por el cine negro que por la comedia, el cual pareciera ser el interés del guion. Con mejores actores -puesto que, John Hodiak, no tiene suficiente ángel ni bastante chispa y, Lucille Ball, no luce lo bastante cómoda ya que su fuerte era la comedia-, TWO SMART PEOPLE (Una brillante pareja), hubiese subido mucho más alto su nivel de aceptación, porque la historia tiene sustancia, divertidos diálogos, una intachable fotografía… y hasta se aplaude que la sensatez ocupe su merecido lugar.
Muy buenos los apuntes con el souvenir de Arizona, el paseo por México tan romántico como divertido, impecable el trabajo de cámaras durante la secuencia del Mardi Gras, y reconocimiento a Lloyd Nolan, pues, fue el único personaje protagónico que estuvo muy preciso en su lugar.
Y para terminar, valga mencionar que, el autor del primer tratado de gastronomía, The Physiology of Taste (La Fisiología del gusto, 1825) -citado en el filme como Fine Art of Cookery-, Jean Anthelme Brillat-Savarin (1755-1826), fue un jurista de éxito después de la Revolución Francesa y se hizo famoso, no sólo por su libro, sino también por su particular sentido del humor y caballerosidad:
El descubrimiento de un nuevo plato, hace más por la felicidad de la humanidad que el descubrimiento de una nueva estrella. ¡Estrellas ya hay suficientes!.
Esperar en exceso al invitado que se retrasa, es una falta de respeto para con aquellos que han llegado a tiempo.