Tuya
Sinopsis de la película
La cómoda y apacible vida de Inés se ve convulsionada cuando por azar descubre una carta de amor dirigida hacia Ernesto, su marido. No hay remitente. Sólo un corazón dibujado con rouge rojo, cruzado por un te quiero y firmado: tuya . Una prueba irrefutable de un engaño…
Detalles de la película
- Titulo Original: Tuya
- Año: 2015
- Duración: 94
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Opinión de la crítica
Película
4.9
49 valoraciones en total
Tarde o temprano, a todas las mujeres en algún momento nos meten los cuernos. Eso es lo que piensa Inés (Andrea Pietra), la protagonista de la película basada en la novela homónima de Claudia Piñeiro (de quien ya se adaptaron La viuda de los jueves y Betibú). Es que cuando su perfecta aunque monótona vida se ve dada vueltas tras el descubrimiento de una carta de una amante de su marido (Jorge Marrale), ella se encuentra con una parte de sí misma que hasta el momento nunca había sido capaz de salir.
Este thriller con muchos tintes de humor negro muestra cómo esta mujer es capaz de hacer cualquier cosa con tal de tener a su marido para ella sola. Será de ella o no será de nadie. En el medio, una hija adolescente no encuentra su lugar y se aísla cada vez más a causa de una realidad que no le escapa a las clases sociales: un embarazo no deseado, que mantiene a escondidas de una madre que está muy ocupada vigilando a su marido y éste dando rienda suelta a sus pasiones.
Porque lo que hace Piñeiro en su novela, y Edgardo González Amer en esta adaptación cinematográfica, es retratar a una familia de buen pasar económico que tiene una vida aparentemente perfecta pero con quiebres que amenazan con romperla.
De una simple historia, la reacción imprevisible (porque nadie sabe cómo reaccionar hasta que le sucede) ante el descubrimiento del engaño, surge una historia con diferentes capas, que hablan sobre el amor, la posesión, el matrimonio como institución, el deseo de lo prohibido, la familia como entidad. De a poco se van desplegando las diferentes aristas.
Inés se convierte de repente en una talentosa detective que va tras las huellas de su marido borrando rastros que lo perjudiquen (porque si se perjudica él, se perjudica su matrimonio) y pasa a ser la mujer que todo marido quisiera tener… en su casa. Aquella que lo apoya incondicionalmente aún en el peor de los casos, y también quien le cocina, le lava la ropa y le hace casi de sirvienta. Pero a ella no le importa, siempre y cuando no haya otra, esa tal Tuya que le firma cartas con lápiz labial.
Es cierto que algunos detalles de guión se pueden cuestionar (lo poco discreto que es el marido infiel, o la repetición de alguna escena temprana en el último tercio de la película para refrescar algo que seguramente no necesitábamos que nos recuerden) pero Tuya es una película más que correcta y muy entretenida, con una Andrea Pietra brillante que se carga la película a cuestas (porque todo sucede desde su punto de vista) y que demuestra que es capaz de ser una talentosa actriz tanto de comedia como de drama. Lo acompaña un Jorge Marrale destacable y hasta Juana Viale está muy bien, aunque también es cierto que su personaje no tiene muchas exigencias, ya que en general se la ve siempre de lejos, por algo es un personaje al que nunca se termina de conocer.
Divertida y atrapante, con varias vueltas, algunas más previsibles que otras pero sin sentirse forzadas, Tuya es un retrato cínico sobre la familia y el matrimonio, basados en lo que aparentan ser pero que en la realidad sólo son personas no terminan nunca de conocerse aunque vivan desde hace años bajo el mismo techo.
Escrita para http://elespectadoravezado.com.ar/
A Tuya no le faltan elementos de interés. Es entretenida, tiene ritmo atrapante y una atractiva base de sustentación en la novela policial irónica y sociológicamente radiográfica de Claudia Piñeiro y su impiadosa mirada a las miserias de la clase media-alta argentina. Es una película llena de sorpresas que derivan en un thriller desde la intimidad doméstica de un matrimonio aparentemente perfecto, donde Inés (Andrea Pietra) es una atractiva ama de casa con una hija adolescente a la que presta poca atención. Pero el confortable entorno mantenido por el trabajo de su marido (Jorge Marrale), un profesional exitoso y el permanente control del orden exterior que ella misma se encarga de supervisar, un día empieza inesperadamente a nublarse, cuando la mujer descubre una carta amorosa dirigida a su marido, con el sello inconfundible de una infidelidad. Ante la certeza de que está siendo engañada, la protagonista no tiene ninguna de las reacciones previsibles y oculta su hallazgo. Entonces, su obsesión se direcciona al encuentro de esa mujer desconocida que firma sus cartas como Tuya. Cuando cree que ha logrado su objetivo, aparece una vuelta de tuerca inesperada: ella ha descubierto personajes y lugares, pero se ha equivocado en la forma de interpretar los nuevos vínculos descubiertos y sus respectivas claves. Y aquí aparece lo más interesante de la trama, cuando la improvisada ama de casa devenida en detective, pasa de espectadora a protagonista de la historia.
Tuya es la primera y más breve novela de las tres de Claudia Piñeiro llevadas al cine (Las viudas de los jueves y Betibú fueron las otras). Todas tienen en común el retrato de un sector social que trata de mantener las apariencias y su estilo de vida más allá de cualquier obstáculo. El espíritu de los personajes es el mismo y el acento vuelve a estar puesto en la veta policial de la historia. El punto de vista de la protagonista se complementa con su propia voz en off y sus reflexiones acerca de la fidelidad y el matrimonio.
Cada uno de los personajes acumula importantes secretos y mentiras que terminan revelándose de la forma más insólita y con las consecuencias más inesperadas. Pero a diferencia de la tragedia que se imponía en las otras, aquí todo es más light. Hay un registro ligeramente humorístico en las reacciones de esa mujer despechada y en el funcionamiento interno de la pareja, donde el marido siempre le pregunta por aspectos domésticos, como si mandó el traje a la tintorería o dónde puso la pomada para lustrar zapatos. Por otra parte, Lali, la hija adolescente interpretada por Malena Sánchez, prefiere buscar ayuda en amistades de su edad, desconfiando del mundo adulto. Su personaje es muy similar a la teenager de El hombre de al lado, una presencia irrefutable de que algo anda familiarmente muy mal.
Cuando la trama se pone más densa y se empiezan a suceder situaciones de riesgo, las escenas se resuelven de forma poco creíble. Estos momentos, con un acotado presupuesto de producción y unos cuantos detalles poco logrados, se asemejan más a una ficción televisiva que cinematográfica.
El problema principal de Tuya pasa por una puesta en escena poco fluida, por momentos incluso forzada, por parte del guionista y director Edgardo González Amer, quien construye un relato que sale a flote gracias a las actuaciones y las sorpresas del guión. Lo que más se destaca en esta historia es la construcción de los personajes: como en la novela, se refleja bien la complejidad del carácter de Inés, quien por un lado busca constantemente mantener a su familia unida y cuidar las apariencias frente al resto de la sociedad pero, por el otro, no deja de ser una clásica mujer traicionada que intentará vengarse de su humillación. Andrea Pietra encarna esa dualidad de Inés, representada también en la convivencia de un sofisticado vestuario con sus guantes de lavar.
Jorge Marrale es convincente como su marido Ernesto, al que la banda sonora dedica el conocido tema Mentiroso. La joven Malena Sánchez termina de constituir la tercera pata de esta familia disfuncional, mostrando el desinterés de la pareja para con su hija, protagonista de una lucha interna de la cual los padres no están enterados. El resto del elenco, Juana Viale y Ana Celentano, cumplen breves pero certeros roles que aportan matices al inagotable prototipo femenino.
Tuya es el claro ejemplo de como un buen guión es destrozado por el director de turno y es una lástima por que la base, el trasfondo del film esta bien narrado, lamentablemente algunas malas actuaciones y gravísimos errores estructurales y de puesta en escena hacen que el relato caiga en simpleza y obviedad.
Hay dos formas distintas de acercarse a este film.
Una, como yo, sí has leído la novela y te ha gustado mucho, con lo que vas recordando todo el proceso siguiendo a los actores o desde el desconocimiento con lo cual la sorpresa debe ser el desencadenante normal.
No se en este segundo caso si uno se dejaría llevar o lo vería con incredulidad.
A mí como de deslumbro la obra de Claudia Piñeiro entro con ganas y recuerdo lo leído años atrás con agrado.
Calcada versión de la novela Tuya escrita por Claudia Piñeiro, quién hace un cameo, la mujer que está junto al hombre canoso recibiendo a una chica rubia, en el aeropuerto, es ella.
Una ama de casa de más o menos 45 años, descubre que su marido 50 años, la engaña, lo sigue y descubre que lo hace con su secretaria, con quién este se está peleando en ese momento, aunque no este no se de cuenta que ella está ahí, la mujer ve como el hombre accidentalmente mata a su amante, y de todo lo que trata de hacer la protagonista para que ese crimen le ayude de alguna forma absurda a recuperar su matrimonio y lograr que su marido permanezca a su lado.
Para cualquiera que haya leído la novela, no hay ningún misterio y diría iteres, más allá de ponerle determinados rostros a los diferentes personajes, porque en lo demás, la película no aporta nada, salvo una escena al final, que es un agregado del director, ya que no existe en la novela, que la verdad no aporta nada salvo un evidente toque moralista, bastante obvio.
La forma de llevarla a cabo de González Amer, es impersonal, se podría decir que es un trabajo hecho por encargo, ya que fuera de una puesta en escena correcta, no le imprime nada,podría haberla dirigido cualquiera.
En el plano actoral, creo que se equivocaron al poner a Marrale como Ernesto, ese personaje hubiera calzado mucho mejor con Raúl Taibo.
Una pena que una novela muy atrapante, que bajo su aparente ligereza, hace una critica mordaz al matrimonio, el lugar de la mujer, la paternidad, los adolescentes etc, que acá queda como un trabajo anodino, casi como un telefilme.