Tomorrow Ill Wake Up and Scald Myself with Tea
Sinopsis de la película
En 1996, los viajes turísticos a la prehistoria y las pastillas antienvejecimiento son algo normal. Aprovechando la coyuntura, un grupo de nazis que escaparon de incógnito de la Segunda Guerra Mundial urde un plan secreto para llevarle una bomba de hidrógeno a Hitler en uno de estos viajes en el tiempo, que redirigirán a 1944 con la complicidad del piloto, un mujeriego despreciable. Con lo que no cuentan es con que el piloto va a morir de forma absurda desayunando, ni con que su hermano gemelo, apocado y buenazo y en absoluto fascista, se va a hacer pasar por él porque envidia su vida llena de sensaciones fuertes.
Detalles de la película
- Titulo Original: Zítra vstanu a oparím se cajem (Tomorrow Ill Wake Up and Scald Myself with Tea)
- Año: 1977
- Duración: 93
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Opinión de la crítica
6.4
28 valoraciones en total
Planets crash, world goes nova. Sun explodes, all goes black.
You went off swinging London and forgot to come back.
Swinging London, Magnetic Fields
Yo Maté A Einstein, Caballeros, del gran Oldrich Lipský, tiene el mejor título, sí, pero de la ya de por sí bastante tronada cinematografía checa la más loca de todas es ésta Mañana Despertaré y Me Quemaré Con El Té. Adaptando un relato corto de Josef Nesvadba el muy tronado Jindrich Polák funde dos de los pilares básicos de la cultura pop (lo nazi y los viajes en el tiempo) para entregar un film de premisa disparatada, desarrollo pantuflo y desenlace determinista. La movida es que en 1996 Checoslovaquia es potencia mundial en los viajes turísticos en el tiempo y esto es aprovechado por varios mandos intermedios del Tercer Reich para urdir un plan consistente en entregar a Hitler una bomba atómica cuando las cosas ya pintaban socarrat para sus intereses y poder vencer así la guerra. Claro que luego son unos incompetentes y en vez de personarse en 1944 lo hacen en 1941, dando lugar esta confusión a unos ires y venires constantes de toda la tropa protagonista de una línea temporal a otra para enmendar el cada vez más difícil de solventar cenagal paradójico temporal en el que se están metiendo.
Polák huye de no complicarse la vida y a la dificultad inherente de abordar toda ficción de viajes en el tiempo con las secuencias de encontrarse un individuo consigo mismo en distinta línea temporal decide que el protagonismo recaiga sobre gemelos, lo que además le sirve para en el último tramo convertir el film en un lío maravilloso y apuntalar cierta moraleja determinista con el desenlace no muy alejada de la propuesta en el sublime episodio de Man Seeking Woman llamado Scepter, aquel del futuro distópico con Hakanon sometiendo a la raza humana por alterar el contínuo con una relación imposible. Aunque donde mejor anda Mañana Despertaré y Me Quemaré Con Té es en el campo de la comedia, cuando la ciencia ficción no es más que una escusa para insertar chorradas como la del matrimonio estadounidense eufórico perdido al ver a Hitler para pasar a hacerse fotos con él a lo fanáticos de una estrella del pop quizá una reflexión sobre el papel de lo nazi en la cultura popular (semejante a la que expresaba el subtexto de Top Secret) o el loro que repite Heil Hitler al oírselo a los nazis, modo nada disimulado de reírse de los seguidores de este señor. Y puede que Robert Zemeckis y Bob Gale tuviesen presente este film para su esencial trilogía Regreso Al Futuro, pues cuenta con no pocos paralelismos y en su día se emitió en la BBC y varias cadenas estadounidenses.