Tomates verdes fritos
Sinopsis de la película
Evelyn (Kathy Bates), una mujer madura que vive frustrada por su gordura y por la insensibilidad y simpleza de su marido, conoce casualmente en un asilo a Ninny (Jessica Tandy), una anciana que le va contando poco a poco una dramática historia ocurrida en un pequeño pueblo de Alabama. El relato se hace cada vez más fascinante: gira en torno a la gran amistad entre dos mujeres (Mary Stuart Masterson y Mary-Louise Parker) y al misterioso asesinato del marido de una de ellas. Adaptación de una novela de Fannie Flagg.
Detalles de la película
- Titulo Original: Fried Green Tomatoes
- Año: 1991
- Duración: 129
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Opinión de la crítica
Película
7.4
36 valoraciones en total
Jon Avnet firma un relato de exquisita ambientación sureña no exento de intriga que gira en torno a Whistle Stop, un pequeño pueblo de Alabama donde se cometió un asesinato. Pero esta película es sobre todo la historia tratada con delicadeza y cariño en cada fotograma de lo que es mucho más que una amistad entre dos mujeres: la encantadora de abejas Idgie y la resplandeciente Ruth, para cuyo desarrollo el perfecto trabajo de diálogos, gestos y miradas entre Mary Stuart Masterson y Mary-Louise Parker resulta crucial.
La novela de Fannie Flagg en la que se basa el guión es más explícita respecto a los sentimientos entre las dos protagonistas. Sin embargo, es precisamente ese tratamiento sutil, leído entre líneas, de una poderosa relación de amor lo que hace a Tomates verdes fritos una gran película, pues esos sentimientos se nos presentan como poesía visual y argumental. De este modo, al principio, cuando el espectador aún no sabe hacia dónde caminará la historia ni quiénes son sus verdaderas protagonistas, el director ofrece un primer plano fugaz de una pequeña Idgie cogiendo la mano de una adolescente Ruth mientras cruzan un puente. Toda una declaración sobre lo que nos queda por descubrir en las dos horas de metraje.
Estos hechos se desarrollan como un suceso del pasado que se nos desvela retrospectivamente intercalándose poco a poco dentro de otra historia contemporánea de boca de Ninny Threadgoode –una entrañable anciana interpretada en un gran trabajo por Jessica Tandy–. Acaso es este hilo paralelo el que contiene las partes más flojas de la película cuando se nos muestran algunos detalles de la vida conyugal de Evelyn Couch: otro personaje femenino encarnado por Kathy Bates, que es a quien Ninny cuenta esa historia que tanto terminará influyendo en su modo de ver la vida. El espectador no desea sino que cuanto antes Evelyn se reúna otra vez con Ninny para que ésta continúe ese tan absorbente y poderoso relato, tanto para Evelyn como para nosotros, que una vez sucedió entre los olores a tomates verdes fritos del Café de Whistle Stop y que permanecerá vivo, como sus personajes, mientras quede alguien para seguir contándolo.
La primera vez que ví esta película tenia 14 años y desde entonces es mi favorita. La he visto una y otra vez y siempre con el mismo placer. Es una película que habla de las cosas importantes en la vida como son la amistad, la lealtad, el amor (en cualquiera de sus formas) sin ser pretenciosa.
Soberbia adaptación cinematográfica, que Jon Avnet realizó de la novela de Fannie Flagg (no en vano tardó más de cuatro años en terminarla), si le añadimos la excelente fotografía de Simpson, la composición musical de Newman y un reparto de actores magnífico, Tomates verdes fritos resulta ser una de esas obras optimistas y esperanzadoras que te alegra el alma después de haberte metido un atracón de dramas en la antesala de los Oscar, la película de Jon Avnet asoma la cabeza como un canto a la amistad lleno de cariño y sensibilidad por medio de dos historias que se narran en paralelo.
Tomates verdes fritos, tiene mucho mérito pues consigue llevar algo de la magia que desgrana, dulcemente, como la sangre de una herida, la melancolía de las historias de una anciana de ochenta y pico de años en una residencia de ancianos al hablar de su infancia y juventud en un pequeño pueblecito del sur de la llamada América profunda, en el corazón de Estados Unidos. La película tiene que fundir varios personajes en uno, recortar las historias y acelerar los diálogos para poder incluir en un metraje adecuado la colección de recuerdos y anécdotas centrados, muy curiosamente, no en las vivencias de la anciana sino en la vida de dos amigas suyas que regentaban un café en el pueblecito de Whistle Stop.
La película se centra, al igual que la novela, en la relación entre dos mujeres, Idgie y Ruth, desde que se conocen a los trece o catorce años y a lo largo de sus vidas. En el libro se revela que Idgie estaba enamorada de Ruth, pero no se habla de los sentimientos de Ruth por ella, ni de sus relaciones en los años en que vivieron juntas, y la película respeta hábilmente la misma ambigüedad. Una historia de personajes, de pensamientos y sentimientos, llevada correctamente, sin sensiblerías innecesarias pero con mucha emotividad.
Una mujer de mediana edad en plena crisis traba una improbable amistad con una ancianita sureña encantadora a la que conoce por casualidad en un asilo. Poco después de conocerse, la primera mujer (interpretada por la magnífica Kathy Bates) conoce de labios de la segunda (Jessica Tandy, siempre perfecta) la historia de otras dos jóvenes mujeres de su familia que vivieron durante la Gran Depresión.
Las vidas de las cuatro mujeres, aparentemente tan distintas entre sí, van entrecruzándose de manera misteriosa a lo largo de la película, finalmente entendemos la existencia de una única entidad femenina que lleva el genérico nombre de Towanda. Porque aunque esta película toca temas como el racismo, el maltrato, el amor, la religión, la amistad y la muerte, el mensaje subyacente no es más que la herencia vital que pueden transmitirse unas mujeres a otras desde el principio de los tiempos. De cómo las experiencias vividas por unas personas a las que nunca conoceremos pueden adquirir más significado e importancia para nosotros que para el resto del mundo, porque constituyen, no sólo una lección, sino también un mensaje.
Esta película aguanta el paso de los años con inaudita entereza. Quizás, porque su significado es eterno, su historia no se pasa de moda. Yo la recomiendo a cualquier tipo de espectador, desde el menos exigente hasta el más cinéfilo.
Antes de empezar con la crítica en sí, me gustaría que me permitan hacer un inciso. Quiero mencionar una triste realidad.
He comprobado que hay por ahí un número nada desdeñable de usuarios aficionados a declarar como no útiles montones de críticas. Hay críticas que literalmente están acribilladas (incluidas algunas de esta servidora) y les aseguro que a menudo no puedo entender el motivo. Y me pregunto si realmente es viable el sistema del sí y del no , porque al parecer hay muchos que pulsan el no por el simple hecho de que una opinión difiera de la suya, sin pararse a considerar si la crítica está bien escrita, o bien expresada, o si tiene algún rasgo original y brillante, o simplemente exprese el sentir de su autor aunque no sea un experto en terminología cinematográfica. ¿Tan ofensivas son para los delicados paladares? Incluso me atrevería a afirmar que muchos pulsan el no sin haber leído siquiera la crítica, simplemente porque no están de acuerdo o… ¿tal vez acierte? Porque ya le han cogido una ojeriza irracional a un determinado usuario y le revientan todas las críticas por haber cometido el crimen de ser sincero. Por mi parte, ninguna de mis críticas es tan monstruosa que se merezca los noes que está recibiendo. Lo que pasa es que habrá mucha gente que no sabe apreciar algo decente cuando lo tiene delante, o que no respeta la libertad de expresión.
En fin, aclarado todo esto (que si no lo decía reventaba, no puedo hacer como que ignoro las injusticias que se están cometiendo), empiezo con la película.
Esta es una historia que retrata el profundo sur de los Estados Unidos. El planteamiento en sí no es original: el racismo, que es la base, ya ha sido analizado en montones de películas y series. Pero hay ciertos ingredientes que convierten a esta película en algo grande, fresco y demoledor.
Es una historia de mujeres fuertes que unieron sus vidas y lucharon, cada una a su manera, por lograr que a su alrededor el mundo fuese mejor y más justo, es una historia inteligente sobre las lacras de los prejuicios en un entorno en el que ser diferente es una condena. Y es apasionante seguir las peripecias de las dos magníficas protagonistas que, en su rebeldía, no se conforman con agachar la cabeza y dejar que se cometan injusticias delante de sus narices. Y la historia de estas dos interesantes mujeres servirá como aliciente y motivación para otra mujer, que ha perdido el rumbo y encuentra que su vida es insulsa. Estupendas interpretaciones del cuarteto principal, mencionando especialmente a Jessica Tandy, Kathy Bates y Mary Stuart Masterson. Impresionantes.
Una película para reflexionar sobre los prejuicios, para experimentar la nostalgia de un pasado luminoso, para darnos cuenta de que siempre podemos empezar de nuevo por muchos errores que hayamos cometido.
Verdaderamente hermosa y emocionante. Llega al corazón.
No se corten, pulsen el no . Total, qué crítica tan apestosa, diciendo verdades y elogiando una bonita película.