Todo es una mierda (Serie de TV)
Sinopsis de la película
Serie de TV (2018). 10 episodios. Boring, Oregón, 1996. Dos grupos de adolescentes inadaptados, el club de audiovisuales y el club de teatro, se enfrentan en esta peculiar historia sobre el paso a la madurez.
Detalles de la película
- Titulo Original: Everything Sucks! (TV Series)
- Año: 2018
- Duración: 30
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Opinión de la crítica
Película
6.5
34 valoraciones en total
Pais
Directores
Actores
- Abi Brittle
- Andy Sims
- Anjini Taneja Azhar
- Audrey Boos
- Betsy Baxter
- Cade Guerins
- Calvin Pearson
- Claudine Mboligikpelani Nako
- Colton Baumgartner
- Connor Muhl
- Dylan Hall
- Elijah Stevenson
- Elizabeth Tyler Creach
- Jahi DiAllo Winston
- Jalon Howard
- Jeb Berrier
- Kasey Brown
- Katie OGrady
- Kevin Michael Watson
- Lien Mya Nguyen
- Luke Schuck
- Max Huskins
- Megan Yacapin
- Nicole McCullough
- Patch Darragh
- Peter James DeLuca
- Peyton Kennedy
- Quinn Liebling
- Rio Mangini
- Rosario Maggio
- Sarah Winsor
- Sterling Beaty
- Sunday Manisto-Saari
- Sydney Sweeney
- Zachary Ray Sherman
10 capítulos de 20 minutos aproximadamente que pasan volando. En un momento actual en el que el mundo y los niños están concienciados de la homofobia, el bullying, el clasismo y en consecuencia viven en tolerancia a la condición física, estética, sexual y espiritual de cada cual, buscando ser el diferente , hubo un tiempo en el que no era así (y por desgracia aún quedan rincones del mundo y personas aisladas de toda evolución moral) y en estas micro-comunidades de instituto, en concreto en un 5th grade o 6º de primaria que nos presenta la serie, con niños de 10 y 11 años desarrollados físicamente de manera irregular y llenos de clichés de lo que supone ser mayor, ser más o menos femenina y gustarles a todos los chicos (thank God las niñas se han liberado de la necesidad de parecer furcias… o no) o ser más o menos masculino y ser el macho alfa, surgen sus primeras dudas de identidad sexual, relaciones torpes, comparaciones odiosas, complejos, envidias, difamaciones y acoso hasta descifrar la débil y cobarde verdadera naturaleza de sus actos.
También se retrata cómo lidian el padre y la madre de dos de los niños, ambos solteros por distintas circunstancias y cómo es su relación madre-hijo y padre-hija en una familia monoparental y cómo entienden o no, la nueva situación sentimental de su progenitor, su sufrimiento pasado o su derecho a la plenitud sentimental. En cuanto al chico protagonista, Luke, refleja con su enorme valentía y seguridad venir de un hogar, aunque monoparental y dejando a un lado su anhelo secreto, en el que se le ha validado, reconocido e inspirado sin presión, reflejando la tónica general en las familias afroamericanas, de saberse histórica y socialmente en desventaja, y forjando grandes recursos morales y emocionales en su clan familiar, entre ellos y a sus hijos, para afrontar y comerse el mundo. En contraposición a las familias blancas, de naturaleza general paternalista, narcisista y disfuncional, creando niños reprimidos, rebeldes, acomplejados y con necesidad de dominación. En el caso del padre soltero de la niña protagonista, Kate, las circunstancias han hecho de él un hombre con fe en las personas, que abraza su vulnerabilidad y que se desvive por procurar comprender y estar ahí para su hija, a veces más sobrepasado por su labor de padre soltero de un niña adolescente que crece y tiene necesidades que atender, que por su profesión como director del colegio. Él también consigue dar escape a su lado rebelde tras una juventud reprimida.
En cuanto a la estética es genial, sobretodo por la nostalgia de todos esos armatostes noventeros que no entorpecían a establecer amistades más profundas y nos hicieron expertos reparadores caseros de hardware de todo tipo. En cuanto a la moda, teniendo en cuenta que hemos vuelto a esa época, es como si no hubiese pasado el tiempo y por momentos nos hace olvidar que está basada en más de 20 años atrás.
Sin reírme a carcajadas pero sin dejar de sonreír. Sin llorar pero con una cierta sensación de tristeza. En ese punto a medio camino entre la comedia y el drama he visto la mayor parte de los capítulos de Everything sucks . Una comedia dramática en toda regla que he tenido que verme en solamente dos sentadas (sentadas muy atentas). He sido absorbido por el universo que se crea en ella empatizando con todos (o casi todos) los personajes. Los momentos cómicos son muy sutiles generando situaciones incómodas con bastante inteligencia, basándose en estereotipos pero sin caer en los tópicos. Se pueden dar muchas vueltas pero la conclusión será la misma: son 200 fantásticos minutos. Infantiles, tiernos, sensibles, tristes, complejos, graciosos, nostálgicos…
200 buenos minutos.
Yo me crié con series como «Salvados por la campana», «El príncipe de Bel-Air», «Los rompecorazones», «Buffy», entre otras. Las pelis que marcaban mi niñez y adolescencia eran «The craft», «10 razones para odiarte» y la música que se oía tenía voz de mujer, Gwen Stefani con No doubt, las Spice Girls, Alanis Morissette, Dolores ORiordan con The Cranberries. Los 80 pesaban mucho, pero los 90 con sus pantalones rotos, collares surferos, tamagochis, chucherias gigantes, discmans, también venían para crear tendencia. Llegaron los 2000 y los 90 quedaron relegados como una época sin pena ni gloria. Pero en «Everything sucks», por fin una serie hace que sintamos cierta nostalgia por la música y cine de la época, por esos peinados, ropa inclasificable, etc. Los 90 nos dieron muchas comedias teen. Me alegra que en esta serie como también ocurre con «Stranger Things» el elenco vuelvan a ser críos, parecía que en los 2000 habían agilipollado a las generaciones más jovenes sin papeles complejos en la tele ni cine. Pues aquí no, esa época de transición que ni son niños, ni adultos está muy bien reflejada por los protagonistas. Me encanta el homenaje al videoclip, yo veía horas de videoclips, me he reído mucho con momentos preinternet que ahora serían inimaginables, pero yo los viví y sobreviví, incluso he sentido cierta nostalgia de vivir sin está hiperconectividad. Pues quizás no «Todo es una mierda», porque es una serie nostálgica, simpática, dramática y teen. Me falta Joseph Gordon Levitt en ella como guiño.
Sería por el título… español, por el cartel, por parecer una más de adolescentes rebeldes, por la profileración de dramedys juveniles…, por su pinta, en definitiva, pero nada me hacía pensar a priori que esta -digámoslo ya- entrañable e inspiradísima serie iba a suponer la sorpresa que ha sido.
Deseando por tanto ya que vengan más temporadas para poder seguir enamorándome de personajes tan interesantes y empáticos como Kate o Luke, los niños protagonistas, y tan frikis y divertidos como Tyler y McQuaid, dos de esos personajes-comparsa de los principales, pero con la suficientemente entidad propia como para robarles escenas y hacer suyos numerosos momentos.
Y aquí, a diferencia de muchas otras ficciones, cinematográficas o televisivas, se tratan asuntos como la homosexualidad, el bullying, las múltiples inseguridades de la adolescencia, etc, con inteligencia y sin moñadas ni moralismos, convirtiendo en muy apetecible de seguir una serie con algunas limitaciones pero mucho corazón.
Empecé a ver esta serie simplemente por pura casualidad, básicamente por la atracción del nombre. Pero me quedé impresionada al ver la dinámica que llevaba la serie. Lejos de parecer la típica serie de adolescentes cínica en el que los populares machacan a los pringados , da un soplo de aire fresco al mundo adolescente. No refleja está subdivisión que es muy repetitiva en otras series, sino que te lleva a un mundo más realista en el que sinceramente, cada uno va un poco a su bola. Me gustó la delicadeza de abordar los temas y de la forma de transmitirlos, por ello la cancelación de esta serie me ha dolido demasiado. Es fácil de ver, entretenida y acoge a varias edades delante de la pantalla. La recomiendo enormemente, no os defraudará