Tierra a Eco
Sinopsis de la película
Tuck, Munch y Alex, tres extraños amigos, empiezan a investigar una serie de extraños mensajes de texto que reciben en sus teléfonos inmediatamente después de la puesta en marcha en su barrio de un proyecto de construcción de una autopista.
Detalles de la película
- Titulo Original: Earth to Echo
- Año: 2014
- Duración: 89
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Opinión de la crítica
Película
4.9
34 valoraciones en total
Dave Green, director, asistente de producción y cámara de algunos cortometrajes y series, lanza en el 2014 esta película que no llega a la hora y media de duración.
Empezando la casa por el tejado, diré que el mejor aliciente que tiene este filme es la simpatía que desprende todo, o lo fundamental: un grupo de niños (casi adolescentes) muy amigos y un alienígena al que le ponen de nombre Eco. Es decir, por separado ya tienen su encanto, pero cuando trazan amistad o relación entre ellos la cosa mejora mucho. A esto se le añade unos personajes secundarios también bastante amigables y graciosos (la gente de los diferentes lugares que visitarán, algunos padres, etc.), y un argumento o características no muy violentas, sino más bien afables , inocentes y dulces. De ahí que se le haya encuadrado también en el género de cine familiar. No obstante, lo que nos ocupa bien podría ser para cualquier tipo de público -para diferentes edades-. Las actuaciones en general están bien, notables casi, la profundidad de personajes es más que correcta, aunque aún se podría haber trabajado un poco más.
Lo que es el argumento no es demasiado original, de hecho os recordará a cintas como Super 8 (2011) o E. T., el extraterrestre (1982). De todas formas, está bien llevado a cabo.
Y aquí llega un punto fuerte: el diseño, animación y caracterización de Eco. Tiene personalidad y llega a ser encantador. En cuanto a los efectos especiales, que vienen ligados a Eco y por supuesto al dinero invertido en la obra, son notables, impresionantes en ocasiones.
A lo largo del filme contemplaréis: jóvenes, travesuras, diálogos cachondos, una fuerte amistad -y una pequeña relación amorosa-, los poderes de Eco, momentos curiosos, acción, etc.
En cuanto a la fotografía o capturas de pantalla, se emplea en la mayor parte del tiempo la cámara en mano, haciendo de esta un uso bastante adecuado (no es excesivamente mareante). Unido a esto hay que decir que, a diferencia por ejemplo de Rec (2007) o La cueva (2012), suenan notables melodías o fragmentos musicales que no provienen de dentro del relato (de ningún elemento que se ve en pantalla) que matizan o acompañan lo que ocurre.
El ritmo del metraje no llega a ser lento y no aburre.
Como conclusión se puede decir que Tierra a Eco tiene su encanto, entretiene y está bien realizada, pero le pesa (como puntos negativos ) que se asemeje bastante a otras obras -a Super 8 por ejemplo- y que por tanto peque de poca originalidad.
Es imposible no tocar la fibra con los viajes a la madurez.
Todos podemos vernos en ese último verano, en esa gran aventura, o en esa última gran locura, quizá es por eso que cada generación ha recibido un referente cinematográfico de ese momento, adoptando las maneras y entornos de una cada vez más volátil infancia.
Tierra a Eco realmente no puede deshonrar ese canon.
Posee al grupo disfuncional pero unido hasta la muerte, esa aventura que los padres no pueden saber y el descubrimiento de que las cosas no son para siempre. Pero tiene un problema, que es su falta de calado.
La cámara encontrada , de nuevo, nos convierte en protagonistas forzosos de una historia que quizás desde fuera habría provocado reacciones más auténticas, y nos priva de emoción real, valga la paradoja, a fuerza de querer sumergirnos en ella.
Eco es el misterioso extraterrestre que encuentran los niños, y realmente nunca llegamos a conocerle: a una (bastante érronea) falta de expresividad se suma el no saber lo que es realmente y por qué los niños llegan a quererle como le quieren.
No hay tiempo, porque nos persigue el funcionario que nos lo quiere quitar. Hay que salir corriendo. Ahora. Ya.
Una narración en off desde una óptica más adulta evita que nos perdamos, pero lucha contra viento y marea las más de las veces.
Quizá sea la tecnología, el whatsapp, el Skype y demás referencias a la cultura youtuber lo que actualiza esta historia y a la vez ironiza sobre su situación: como el niño-cámara, estaban tan ocupados tratando de captar el espectáculo, que se olvidan donde está la razón de ser de este.
No es de extrañar que sean los momentos rodados convencionalmente los que más signifiquen: por primera vez, veo a esos niños hablar, hacer otras cosas, gastarse bromas y no crecer. Sin darte cuenta, has vuelto a ese verano de aventuras extraordinarias, y eso probablemente sea lo más puro que sacaremos en claro.
Por lo demás, que se sigan pasando extraterrestres por la Tierra a cada generación, que hasta ahora no les ha ido muy mal.
Es curioso que con apenas poco más de 10 millones de dólares se haya hecho una película con más alma y más atractiva que muchos otros blockbusters pretenciosos, como con la fórmula ya algo quemada y prescindible en algunas cintas como lo es lo de la cámara en mano que estropea el seguimiento de la cinta y la fotografía como logra ser un aspecto realmente positivo y revolucionario visualmente en la cinta de poco más de 80 minutos. Logra ser solvente como entretenimiento y aunque beba de clásicos como E.T. y de homenajes como Super 8 si logra convencer e incluso sorprender pese a sus agujeros, exageraciones y deus ex machina además de cortes en el montaje. Pero quitándonos de tonterías, Tierra a Eco logra ser una película que te atrapa desde el primer minuto dejando una tensión constante hasta la aparición del adorable extraterrestre. Una proeza visual que impacta con la escena del camión, una de las escenas visuales que más me han impactado en el género y eso que son solo unos segundos pero que te deja anonadado. No tiene un guión original ni es imprevisible pero como película familiar cumple bastante bien y es una lástima que no la hayan traído a los cines porque lanzándola directamente a dvd solo conseguirán unos pocos seguidores pero no logrará romper ni ser conocida al menos en España.
Interesante, divertida y bonita por momentos donde se valora mucho las amistades pese a los problemas y egoísmos y encima se despide de la mejor manera con Counting stars de One Republic. Interesante.
El found footage que naciese de experimentos cinematográficos de vanguardia cuya antigüedad es difícil de identificar, es hoy casi un recurso exclusivo del género de terror. El hecho de fingir que el material rodado no ha sido previamente preparado y se trata de un material verídico, documental, ha convertido al recurso en un vehículo de transmisión del miedo, perfecto.
Desde que Ruggero Deodato filmase la horripilante Holocausto caníbal, el género de terror ha visto en el metraje encontrado una manera de hacer verídicos miedos infundados de tal manera que su transmisión y recepción por parte de un espectador cada vez más incrédulo, sea más efectiva. Años después, El proyecto de la bruja de Blair ( Daniel Myrick, Eduardo Sánchez, 1999) hizo pasar miedo a una generación entera que ahora niega en su mayoría el experimento que en su momento ganó el Premio de la Juventud en la respetada Quinzanne des Realisateurs de Cannes.
Larga sería la lista de las películas de terror que, de un tiempo a esta parte, han utilizado el metraje encontrado (found footage) la manera de contar una historia innovando no tanto en su mensaje como en su formato. Así, Monstruoso (Matt Reeves, 2008), Paranormal Activity (Oren Peli, 2007) iniciadora de una saga, El último exorcismo (Daniel Stamm, 2010), la saga de sello patrio [·REC] (Jaume Balagueró, Paco Plaza, 2010) serían algunos de los ejemplos.
En este sentido, Tierra a Eco plantea, a priori, algo tal vez inédito: ampliar los límites comerciales del metraje encontrado hasta hacerlo accesible al cine familiar de toda la vida. Sólo por esto, el juicio sobre ella pesa de manera más laxa, en tanto que intenta innovar al menos en algún aspecto de su planteamiento. Aunque su toqueteo con el homenaje al cine de aventuras de los ochenta resulte tan torpe como simpático.
Tierra a Eco es una aventura familiar, casi infantil, de viaje iniciático, ensalzamiento de la amistad y primeros tanteos con los estertores de la adolescencia. Exactamente a medio camino entre Cuenta conmigo (Rob Reiner, 1989) y E.T. (Steven Spielberg, 1982).
Lee el resto del artículo en: http://macguffilms.wordpress.com/2014/11/27/tierra-a-eco-found-footage-para-todos-los-publicos/
No es nada nuevo, uso total de las nuevas tecnologías al servicio doméstico, vídeos en Youtube y smarphones por doquier. Hasta las capacidades alienígenas entienden de estas nuevas tecnologías, es una película que va a durar 2 años, dentro de 3 años cuando la tecnología que usamos ahora sea algo que nos parezca jurásico, esta película también.
Así que no tarden en verla, es como una versión más juvenil y googlera de Super8…