Tiempos de guerra (Serie de TV)
Sinopsis de la película
Serie de TV (2017). 13 episodios. En el norte de África, el gobierno español lucha por mantener sus posesiones en la zona del Rif, donde se enfrenta a grupos autóctonos que se resisten a ser dominados por el protectorado español. El avance de los sublevados rifeños liderados por Abd El Krim parece imparable, infligiendo al Ejército Español una dura derrota en la decisiva plaza de Annual. Por orden de la Reina Victoria Eugenia, la Cruz Roja Española envió a un grupo de enfermeras comandadas por la Duquesa de la Victoria, con el fin de instalar hospitales de sangre en todas las zonas del conflicto. Hasta esta zona bélica acudirán hijas acomodadas que comenzarán a trabajar como enfermeras.
Detalles de la película
- Titulo Original: Tiempos de guerra (TV Series)
- Año: 2017
- Duración:
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Opinión de la crítica
5.4
34 valoraciones en total
Bambú produjo esta serie que pretende ser histórica sobre la guerra del Rif, y la labor hospitalaria de María del Carmen Angoloti y la bisabuela del actual rey de España, Felipe VI, doña Victoria Eugenia de Battenberg, en la ciudad de Melilla y el resto del Protectorado español en Marruecos.
A pesar de su trasfondo histórico, la serie ahonda en las relaciones personales y los amoríos de las damas enfermeras con el personal militar e incluso nativo, con pocos momentos bélicos propiamente dichos, con una prácticamente somera pasada por lo realmente importante, la labor sanitaria de médicos y enfermeras con los heridos españoles y la llevada a cabo de un hospital de campaña según las ideas e informes del Doctor Gómez Ulla, al que sólo se le hace referencia, y de pasada, la corrupción de los altos mandos militares que se quedaban para su propio peculio los fondos destinados a los hospitales, medicamentos y alimentos.
Destacar la actuación de Alicia Borrachero y José Sacristán, y del grupo de enfermeras protagonistas, donde se aprecia la mediocridad interpretativa de Amaia Salamanca y Verónica Sánchez.
Aprobado 5.
Dejo una sucinta biografía del personaje histórico de Carmen Angoloti.
María del Carmen Angoloti y Mesa, duquesa de la Victoria y condesa de Luchana (Madrid, 7 de septiembre de 1875-Madrid, 4 de noviembre de 1959), fue una aristócrata española. Estuvo casada con Pablo Montesinos Espartero, III duque de la Victoria y III conde de Luchana, coronel de caballería. Fue dama de la reina Victoria Eugenia de Battenberg desde el 2 de enero de 1911 y dama noble de la Orden de María Luisa. Organizó la actividad de la Cruz Roja española durante la guerra del Rif, fue inspectora general de los hospitales del Marruecos español entre los años 1924 y 1927 y presidenta de los hospitales de la Cruz Roja en España desde 1939.
Era hija de Carmen Mesa y Joaquín Angoloti y Merlo, senador por la provincia de Orense y presidente de la Cámara de Comercio de Madrid. Ingresó en la Cruz Roja en 1913, colaboró en el establecimiento de la red de hospitales de esta institución en España, obteniendo ella misma el título de dama enfermera de la Cruz Roja en 1920.
En 1921, mientras se encontraba veraneando en San Sebastián, se recibió la noticia de la derrota del ejército español conocida como desastre de Annual. La reina Victoria Eugenia de Battenberg, decidió enviar a Melilla una misión de ayuda de la Cruz Roja encomendándole a María del Carmen Angoloti la dirección de la misma, partiendo inmediatamente hacia dicha ciudad al frente de un grupo de enfermeras. Ya en Melilla y tras un enfrentamiento inicial con el militar al mando de la sanidad, coronel Francisco Triviño, organizó un nuevo centro de atención a los heridos en el que impuso una serie de normas básicas, destacando entre ellas la clasificación y vigilancia de los ingresados en función de la gravedad de sus heridas y no por su grado militar, el control estricto en los postoperatorios, mejoras en la alimentación y vigilancia exhaustiva de la limpieza y antisepsia, muy descuidada en los hospitales militares existentes. La actividad de María del Carmen Angoloti al frente de la Cruz Roja logró abrir dos hospitales en Melilla, el primero de ellos, inaugurado en 1921, disponía de 86 camas, el segundo se abrió en 1922 y contaba con 150 camas. Más tarde se instalaron otros dos hospitales provisionales, uno de ellos en Larache en 1923 y el segundo en Tetuán en 1924.
Con la proclamación de la II República, abandonó España para acompañar a los reyes en su exilio en Roma. Durante la guerra civil española fue detenida por el bando republicano y poco después puesta en libertad, sin embargo su marido Pablo Montesinos Espartero fue fusilado el 3 de noviembre de 1936. En 1939 fue nombrada presidenta de los hospitales de la Cruz Roja en España, cargo que ostentó hasta poco antes de su fallecimiento ocurrido en 1959.
Según la última encuesta del CIS, el 98% de las series made in Spain derivan en un fracaso absoluto debido a su pésimo guión, sus tramas excesivamente flojas y su constante pasarse por el forro la Historia del país que las vio nacer.
Vale, admito que me he inventado lo de la encuesta, pero podéis estar seguros de que los motivos por los que una serie española deja de gustar al público aúnan esos tres conceptos. Al principio todas empiezan muy bien, con un trailer muy atractivo y unas pinceladas de la trama que captan la atención de los espectadores y les infunden la esperanza de que van a encontrarse con una joya de serie.
Pero la ilusión se desvanece pronto, y el caso de Tiempos de Guerra no es la excepción. La acción nos traslada al Marruecos de principios del siglo XX, en plena guerra del Rif. Las historias con una guerra de fondo siempre resultan muy atractivas, pero como todos estamos ya un poco hartos de historias sobre la Guerra Civil, pues los guionistas han tenido que buscarse otra guerra en la que España hubiera participado. El hecho de que esta serie estuviera centrada en las enfermeras que acudieron al frente rifeño para socorrer a los heridos añade un plus de interés a la historia, pues ofrece la oportunidad de trabajar con varias tramas que podrían haber enriquecido mucho la serie.
¿Cuál es el problema, pues? Que volvemos a lo mismo de siempre. Tiempos de Guerra es la típica serie histórica a la que se la suda tratar el contexto histórico, sí, ponemos unas pinceladas por aquí, unos detallitos por acá, unos trajes y peinados muy bonitos, y así damos la impresión de que nos hemos currado a tope el contexto histórico. Pero las deficiencias salen a la luz en forma de vestidos impolutos, maquillajes espléndidos y tramas repetidas una vez, y otra vez, y otra vez.
Mucho drama y mucho amor en el hospital de campaña, que brilla como si le hubieran pasado la fregona con lejía Estrella. Sí, a veces se ve una herida abierta y un poco de sangre, pero la tónica habitual es ver a las enfermeras envueltas en sus impolutos uniformes hablando entre sí, contándose chismes y preocupándose por sus vidas amorosas. Que esa es otra. No sé por qué, pero parece que cada vez que se hace una serie protagonizada por mujeres, la trama tiene que girar entorno al amor: que si una que va a buscar a su prometido, que si una se va al frente al poco de casarse, que otra se encuentra en el frente con su antiguo novio… No existen más argumentos para una mujer en la ficción que el de princesita enamorada.
Tampoco faltan los chicos guapos de turno. Porque está claro que una serie atresmedia no puede llevar tal sello de garantía si no hay al menos dos chulazos de rostro apolíneo, cuerpo hercúleo y sabiduría aristotélica. Hombres concienciados con el drama de las pobres enfermeras, tolerantes religiosos y con una mentalidad feminista que asusta. Pero da igual, porque su función en la serie es servir de complemento amoroso a las enfermeras y agradar a los ojos de las telespectadoras.
Según pasen los capítulos, iremos viendo que el conflicto bélico pasará a un segundo plano para dejar paso a más enamoramientos, desengaños, triángulos y cuadrados amorosos… Nada que no hayamos visto ya mil veces.
Nada que no volveremos a ver mil veces más.
Adoro las series históricas, es una forma de aprender cómo se vivía en otros tiempos, y de mostrar personajes y anécdotas que no nos enseñan en la escuela. Pero sobretodo agradezco que haya cierto rigor histórico, un esfuerzo por ser coherente con lo que se nos quiere mostrar.
No niego que las fechas y los lugares, los nombres de los personajes, incluso el Manual de la Dama Enfermera son obra de una cuidada investigación histórica.
Las películas y las series históricas casi nunca son políticamente neutrales pues siempre se pueden utilizar para dar una visión interesada de la historia. Como decía Benedetto Croce la historia siempre es contemporánea y siempre se interpreta en base a las inquietudes de la actualidad. Es por eso que me preocupa el trasfondo tremendamente militarista y chovinista de esta serie. Las guerras de África de principios del siglo XX fueron como todas las guerras coloniales muy brutales y muy injustas. El estado español derrochó muchos recursos y mucha sangre intentando controlar unas zonas sin apenas ningún interés económico. Un país muy pobre y subdesarrollado gastaba demasiado dinero en soldados y demasiado poco en maestros. Aquellas colonias africanas sólo servían para mantener a algunos militares ocupados y pensando que hacían algo positivo para la patria. Allí conseguían ascensos por méritos de guerra y medallas que de otro modo no hubieran conseguido jamás. Marruecos era la excusa para mantener a un ejército sobredimensionado, auténtica agencia de colocación de aristócratas y brazo armado del gobierno para reprimir a los campesinos y a los obreros.
Además el ejército de África fue la causa de dos pérdidas de las libertades democráticas: primero en 1923 cuando Primo de Rivera quiso tapar el informe Picasso y después en 1936 cuando el ejército africano traicionó la República. Así que los españoles criaron unos cuervos que les terminaron por sacar los ojos. También los legionarios de Yagüe masacraron a los asturianos en 1934.
Que sabiendo todo esto se haga una serie glorificando al ejército de África me parece un escándalo. Ya sólo falta que uno de los héroes de la serie sea el comandante del Tercio Francisco Franco. Si además de la carga reaccionaria de la serie ésta tiene un argumento malo entonces ya es todo insoportable. Total, esta serie da asco.
Sólo aguanté hasta el tercer capítulo. Quizá los siguientes hayan sido mejores y me hubieran satisfecho, pero olvidé su existencia y no me ha sobrevenido la menor tentación de ofrecerles otra oportunidad. En verdad , no dejé de forzar y entregar oportunidades desde el primer fotograma. Tiempo perdido. Algunas cosas se salvan, como la voluntariedad de los actores y el buen oficio del Director, que se percibe tiene tablas, pero no en su faceta artística (lenguaje cinematográfico y dirección de actores) . Y quizá la ambientación y el vestuario. El guión un horror. Evidentemente ajustado al encargo y carente de inspiración. Pueril, algunos pasajes parecen sacados de un tebeo de Roberto Alcazar y Pedrin, diálogos incluidos. Que para colmo incorporan, y con profusión, términos de la jerga militar procedentes del ejercito americano tras la Segunda Guerra Mundial y muy posteriormente asimilados en España (por lo que hacen daño al oído a quienes estuvimos en el Ejercito ya hace unas cuantas décadas). Le concedo un punto por los actores, que no deben de desmoralizarse, porque se nota que en mejores manos y mayores recursos (o quizá menor pretenciosidad en lograr espectáculo), y bajo una dirección más competente, y sobre todo una historia concebida por alguien con mayor conexión con las musas, su esfuerzo hubiera brillado más. A olvidar cuanto antes