Tiburón, la venganza (Tiburón 4)
Sinopsis de la película
Ellen Brody aún vive en el pueblo isleño de Amity, pero sus hijos Sean y Michael ya no trabajan en el Sea World, y su marido hace tiempo que murió de un ataque al corazón provocado por su miedo a los escualos. Sean, que es policía, una noche de Navidad tiene que acudir a una llamada para desenredar un tronco de una boya y es devorado por un gran tiburón blanco. Su madre piensa que se trata de una venganza contra su familia, por lo que su hijo Michael decide llevársela con su mujer y su hija lejos de Amity.
Detalles de la película
- Titulo Original: Jaws: The Revenge (Jaws 4) aka
- Año: 1987
- Duración: 89
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Opinión de la crítica
Película
3.6
95 valoraciones en total
Esta cuarta entrega, y última por suerte, intenta recuperar las señas de identidad de las entregas primera y segunda, pero fracasa del todo, por culpa de una realización paupérrima, una historia muy mala y un conjunto realmente horrible.
Por favor, os recomiendo encarecidamente que os quedeís, por lo menos, sólo con las dos primeras entregas de la saga (sobre todo con la primera, por suerte la más recordada).
Por favor.
Creo que con el título he dicho un 99% de mi opinión sobre esta película (ni siquiera se merece ese calificativo). Es una película totalmente prescindible. Sobraba y la pifiaron al rodarla, mancharon la reputación perfecta que había conseguido la saga del famoso tiburón (la 3 también es una porquería). Ya no hay diálogos interesantes ni escenas memorables. El tiburón es patético. Un tiburón vengándose de una familia? increíblemente estúpido… pues, eso esta película sobraba totalmente, puede que sea entretenida en cierto punto pero es incomparable a las 2 primeras.
Por si 3 años después del siempre recordado megaexitazo de Spielberg con el film que le quitó a más de uno las ganas de chapotear en la playa al plagiar directamente su argumento con una simple y lineal secuela, o llevarlo por los terrenos casi del exploitation con una torpe y lineal tercera parte deslavazada de la saga, por si aún no era suficiente el seguir explotando un filón que murió justamente en el momento en el que el sheriff Brody reventó en mil pedazos al escualo que aterrorizó a una ciudad entera, hace ya 35 años.
Tiburón: la venganza viene a seguir justo los pasos de aquel gran thriller acuático que nos regaló Spielberg a mediados de los 70, aumentando el perfil psicológico del miedo desarrollado en aquella y profundizando en unos personajes a los que por más que se les intenta sacar jugo no dan más de sí ni las situaciones que les rodean, atendiendo rápidamente al tópico y a la previsibilidad de un guión que en muchos de los diálogos y situaciones que se nos muestran parece confirmar lo que se suponía: un absurdo despropósito.
El reparto cumple aceptablemente, con una Lorraine Gary que lleva su nuevo rol protagónico lo mejor que puede (sin que esto obviamente sea decir gran cosa a su favor), un Mario Van Peebles que por allí corretea y un Michael Caine que parece haberse colado dentro de la película.
Sargent filma de manera correcta las escenas acuáticas, pero se le va del todo la mano en la de los ataques con tanto movimiento de cámara arriba y abajo que terminamos sin ver un carajo de nada, solo sangre con más sangre, por no mencionar la enorme cutrez de la muerte final del escualo cuasi copiada plano por plano de la del primer film… ¡con planos prestados inclusive¡ (¿se les acabaría ahí el presupuesto?).
Total, una tardía e innecesaria secuela (por no decir increíble teniendo en cuenta el semejante punto de partida del argumento, con un tiburón vengador… no comments) completamente fallida sin terminar de convencer desde el factor psicológico y poseer mucho menos suspense y acción que en las anteriores, y sin resultar para la quema pues al fin y al cabo se deja ver bien en una tarde lluviosa como en las de estos días, como película a tener en cuenta es realmente prescindible.
·LO MEJOR: Se deja ver en algunos momentos.
·LO PEOR: La falta de gancho y de suspense de la narración. Su profundización en el factor psicológico no convence casi nada.
4ª y afortunadamente última entrega de la saga (que prácticamente se queda en las 2 primeras) sobre el gran blanco y sus fechorías, dirigida por un Joseph Sargent en su peor momento (ni se me pasó por la cabeza que era el mismo que dirigió Pelham 1,2,3).
El señor Caine Sir , Michael Caine ya debió estar necesitado de pasta para aceptar intervenir en este bodrio, en el que interpreta ridículamente a un aviador de la vieja escuela que intenta ligarse a una envejecida Ellen Brody y viuda del Jefe Martin Brody (seguramente Roy Scheider leyó el guión de la peli y se desmayó), con lo cuál el protagonismo del filme pasa esta vez a sus manos. No me extraña que Lorraine Gary no llegara nunca al estrellato.
Cabe destacar la actuación del secundario Mario Van Peebles (el recluta hippie de El sargento de hierro ) como el irónico y simpático amigo de Mike Brody (interpretado por un soso Lance Guest).
Banda sonora de Michael Small (Marathon man), cuya tema principal siguió estando en posesión de John Williams.
¡¡Qué alucine de efectos especiales!!! Esta vez el tiburón se eleva como un cohete y da gritos de elefante ¡¡Parece de verdad, eh???
A lo mejor en la quinta el tiburón ya sale del agua y se pone a andar en la playa.
Sólo se me ocurre una palabra para describir este filme:
BASURA
Una recomendación a los productores de Hollywood:
NO HAGÁIS MÁS PELIS DE TIBURONES, NO HAY NADA QUE HACER AL LADO DE SPIELBERG.
Repasando mis votaciones por esta web, cosa que hago a menudo ya que llevo una vida muy ocupada, me topé con este glorioso 1 de la cuarta entrega de una saga que, curiosamente, comenzó con un 10 bajo mi perspectiva. Y es que la segunda parte es más que digna, la tercera puede llegar a tener momentos entretenidos, pero este despropósito no hay por donde cogerlo. Me he prometido a mí mismo no extenderme mucho pues ni siquiera me divierte escribir eso. No, no es cosa de risa, os lo prometo. Da verdadero pavor. Así pues, ahí van mis razones de tan baja nota:
– Una historia patética y aburrida hasta la médula.
– Interpretaciones sosas a matar, con una Lorraine Gary más perdida que Falete en un mar de donuts (sí, aquí me doy el placer de soltar chistes malos).
– Un montaje aún peor si cabe, con flashbacks patéticos con un Roy Scheider que se echa en falta. En paz descanse.
– Ver a Michael Caine en un papel tan humillante en uno de los peores largometrajes de la historia.
– Un tiburón más falso que la serpiente de goma de Anaconda (1997), que ya es decir. En ocasiones parece un trozo de cartón desplazándose perezosamente por la pantalla.
Pero, cuidado: hay algo bueno en esta película. Si usted sufre de fobia hacia los tiburones blancos, no lo dude: vaya a la tienda más cercana y compre el DVD para disfrutarlo cómodamente en casa. Sí, yo también padecí selacofobia (vale, aún sufro algunos síntomas) tras ver Jaws (1975). Así pues, como si un anuncio de tele-tienda se tratara, os aseguro que este largometraje me ayudó a superar dicho miedo. ¿La razón? Ahí va:
– Ver a un tiburón asomarse por el agua abriendo y cerrando la mandíbula como si estuviera comiendo nueces mientras ruge como un león. Repito: rugir. Porque hay cosas que el dinero no puede comprar (o ver). Para todo lo demás, MasterCard.