The Secret of Monkey Island
Sinopsis de la película
Un joven llamado Guybrush Threepwood quiere ser pirata. Para ello, busca a los líderes pirata de la zona, quienes le encomiendan tres desafíos que le permitirán convertirse en uno de ellos: derrotar a Carla, la maestra de esgrima, en un duelo de espadas e insultos, robar una estatua de la mansión de la Gobernadora, y encontrar un tesoro enterrado. Primera entrega de la saga Monkey Island .
Detalles de la película
- Titulo Original: The Secret of Monkey Island
- Año: 1990
- Duración:
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Opinión de la crítica
Película
9
80 valoraciones en total
Estoy revisitando esta saga mítica, porque va a volver con una nueva entrega en septiembre de 2022. Y debo decir que la legendaria primera parte, lanzada en 1990 por Lucasarts, tras el éxito de la última cruzada de Indiana Jones (me refiero a la aventura gráfica, claro), no ha perdido frescura en lo que tiene que ver con los elementos que la convirtieron en un pilar de su género.
La creación de Ron Gilbert es un festival de humor bueno, de personajes carismáticos inolvidables, y un guion cómico que deja en pañales casi todo lo que se hace ahora en cine de comedia varias décadas después.
Y sí, es en eso donde nos tenemos que fijar, además de ser lanzado en una época en la que los videojuegos del PC comenzaban a despuntar. Amstrad y Spectrum empezaban su inevitable obsolescencia, y los ordenadores con unidad de disco permitían que la industria floreciera en una nueva etapa, a pesar de que hoy nos siga pareciendo bastante prehistórico.
De todas maneras, tenemos también la edición especial, que incluye gráficos tipo cómic y total compatibilidad para los sistemas operativos actuales, dejando además la opción de verlo con las pixelaciones originales.
Pero como ya he dicho, las carencias técnicas no importaban. Era, y sigue siendo, un juego divertidísimo en el mundo de los piratas. Es tan influyente que las dos primeras películas de Piratas del Caribe, parecen una adaptación apócrifa de los dos primeros videojuegos de Guybrush Threepwood.
También hay que reconocer que el éxito del juego es fruto de su época, y ahora está muy mitificado por la nostalgia. Hoy día podría haber pasado sin pena ni gloria, pero en su día, era demasiado bueno para lo que solía haber, y por eso está en la historia de este ocio.
En su contra, aunque también sea parte de su encanto, tiene una dificultad bastante elevada si partes desde cero. La resolución de los problemas para poder avanzar, a veces alcanza cotas muy exageradas. Conseguir a uno de los tripulantes del barco, o llegar a la mansión de la gobernadora (entre otras muchas situaciones), me siguen pareciendo acertijos tremendamente retorcidos. ¡Y cuando salió no había internet! Solo podías salir de los desesperantes atranques hablando con amigos o comprando la también mítica Micro manía cuando sacara la guía. Tan es así, que incluso me he llegado a atrancar en la edición especial, aunque también es cierto que no me lo sé todo de memoria. ¡Y la segunda parte era todavía más difícil!
Pero esta lacra se compensa con su estupendo guion y momentos tan buenos como las peleas de insultos, la parte final de la isla de los monos, o las divertidas conversaciones con Stan.
Sin duda, un juego que todo aficionado tendría que conocer, aunque sea mediante la estupenda edición especial actualizada.
Inteligencia, pura inteligencia, dentro de la cuarta pared y rompiéndola de forma sutil. Arreglando las imperfecciones de la gran revolución que fue Maniac mansion, el gran Ron Gilbert, con la ayuda de los aún ayudantes Dave Grossman y Tim Schafer más un ejército de talentos…Se creó una historia excelente tan aguda y redonda como cualquier obra maestra del cine o las series.
A lo largo de la historia de las comedias, únicamente se ha podido apreciar en chistes fáciles que cada vez funcionaban menos (hasta que llegaron los Monty Python y lo arreglaron todo). A partir de ese momento, todo fue cuesta arriba ya que se encontró el significado de la comedia, los chistes buenos, tan inteligentes como simples.
Durante todo el viaje para buscar el secreto de Monkey island, disfrutamos de una reinvención del Caribe en la era de los piratas, llena de personajes memorables, una ambientación con tintes de animación antigua de Disney y su guión, su guión (el guión debería considerarse patrimonio cultural, se merece todas mis menciones).
Durante esta historia con partes basadas en la novela On stranger tides de Tim Powers, The secret of Monkey island se ha convertido por mérito propio en un relato trascendental con lo mejor de las historias de aventuras y la inteligencia del guión.
A partir de sus puzzles intuitivos (intuitivos serán a la larga), todo se va tejiendo en un mundo muy rico y a la vez rompe muchas convenciones de las historias con el ingenio de sus creadores, logrando darle un surrealismo muy especial que rompe las convenciones y además dio la sensación de que habían algunas situaciones que podían ocurrir en la vida real.
La inteligencia de esta historia es tal que The secret of Monkey island es toda una revolución que pudo condicionar todo o gran parte del panorama de las aventuras gráficas con una creación perfecta. Lo normal, es que se dé prioridad a las historias antiguas sobre las nuevas, pero The secret of Monkey island es como El padrino de las aventuras gráficas, cambiándolo todo y marcándolo con un sello eterno (aunque actualmente esté un poco muerto, hace tiempo que la saga no se toca la saga para hacer más entregas).
Esta gran aventura es 100% recomendable, a pesar de sus limitaciones técnicas (cosas de la época) los años no han pasado sobre ella. Una leyenda sin duda.
Sería injusto juzgarlo por ser interactivo, pero realmente se merece toda la admiración que tiene y mucho más. Puede no ser perfecto, pero es una digna revolución después de la revolución de Maniac mansion.
(En spoilers he puesto más porque hay detalles que no estropean nada la experiencia y que puedes ver sin miedo, pero la administración podría contarla como spoiler, anda, sin ningún problema, hecha un vistazo a la sección de spoilers).
Toca escribir sobre una aventura gráfica que, junto con su continuación, Monkey Island 2: LeChucks Revenge (1991), y El día del tentáculo (1993), conforman un trío de videojuegos que darían para debatir acerca de cuál es el mejor.
Porque, las aventuras gráficas existían antes de esta, y siguieron haciéndolo después, aunque perdiendo fuelle desde mediados de los 90. Durante todo este tiempo las ha habido muy buenas, muy trabajadas, muy serias, muy alocadas, muy fantasiosas, muy fáciles y muy difíciles. Pero la primera protagonizada por Guybrush Threepwood tuvo algo especial. Algo distinto. Algo que la hizo marcar territorio.
La razón es que The Secret of Monkey Island es la evolución de un estilo humorístico videojueguil ya visto en Maniac Mansion (1987), pero con esteroides. Su historia, sus personajes, su estrategia para evitar los callejones sin salida, la supresión de la incertidumbre de la muerte del personaje, pero, sobre todo, sus diálogos repletos de humor y comentarios, la convirtieron en una obra bastante buena. Una que se distancia de todo lo habido (y casi diría que por haber), y que ha acabado siendo la favorita de los jugadores más nostálgicos y acérrimos (véase spoiler 1).
A las dos entregas de Guybrush les siguieron otras, pero ninguna se les aproximó en calidad. No eran malas, pero fueron trabajos en cierto modo ajenos al canon, extraños, casi apócrifos diría yo, que buscaron actualizar el relato de la mano de unos desarrolladores que, para qué engañarnos, no eran los originales. Y eso se notó. De ahí que a los aficionados más puristas mejor ni citárselas.
En cuanto al cariño masivo alrededor de estas entregas, tengo la creencia de que no fue hasta finales de los 90, con la popularización de Internet, cuando muchos aficionados hallaran abrigo y consuelo mutuo en foros y webs, expulsando chorros de nostalgia en lo que podría describirse como un bukkake de añoranza. Al margen de que sea cierto o no, cabría citar que el propio Gilbert, en una entrevista, reconoció que no fue hasta el 2004 cuando se enteró de lo que sucedía alrededor de este juego (véase spoiler 2).
Asimismo, y de un modo injusto, porque la historia siempre lo es, The Secret of Monkey Island sirvió para consolidar algunos nombres en la industria, caso de Ron Gilbert, Tim Schafer y Dave Grossman. Y digo injusto porque tras ellos hubo otros de los que pocos se acuerdan, yo el primero. De esos no se habla tanto, ni se los invita a conferencias, ni las masas de fanáticos andan como mariquitas locas siguiendo sus opiniones, blogs, redes sociales o lo que quiera que haya en el futuro. Y, sin embargo, esa gente se lo curró mucho. Mas la historia terminó por simplificar los hechos, comprimiéndolo todo en unos pocos nombres y caras (véase spoiler 3).
Lo curioso de todo esto es que las aventuras gráficas de LucasArts nunca recibieron una gran acogida en EE.UU. Allí triunfaba Sierra Online siguiendo un ratio que, según palabras de Ron Gilbert, era de 10-1 (véase spoiler 4). Era en Europa en donde los trabajos de LucasFilm Games (LucasArts desde 1990) eran recibidos con más interés (véase spoiler 5).
En cuanto a usted, si no ha jugado a este juego ni a su continuación, no pasa nada. Tampoco se lo voy a restregar por la cara argumentando que se ha perdido algo excepcional porque, si no lo vivió en su momento, es imposible que lo viva ahora. En la actualidad, los juegos derrochan un realismo y excepcionalidad gráfica, sonora y argumental, que ya es cine interactivo. ¿Cómo esperar que un entretenimiento lento, narrativo, de muy baja resolución, con unos pocos colores y unas animaciones toscas, pueda causarle impresión a estas alturas? Usted ya está más que vacunado contra las sorpresas. Para disfrutar de este tipo de juegos era necesaria la ingenuidad, la falta de conocimiento y la imberbe capacidad de sorpresa de principios de los 90.
En resumen, para muchos la Biblia de las aventuras gráficas. El espejo en el que todas debieran mirarse. Yo no acabo de estar convencido al 100%, pero su impacto en la historia de los videojuegos fue crítico. Y, quién sabe, quizás aún volvamos a hablar de todo esto (véase spoiler 6).