The Night Of (Miniserie de TV)
Sinopsis de la película
Miniserie de TV (2016). 8 episodios. Después de pasar la noche con una desconocida a la que recoge con el taxi de su padre en Manhattan, el joven paquistaní Naz se despierta y la encuentra apuñalada en la cama. Asustado, el joven huye pero poco después es arrestado y se convierte en el único sospechoso del asesinato… Remake de la serie británica del mismo título.
Detalles de la película
- Titulo Original: The Night Of
- Año: 2016
- Duración: 480
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Opinión de la crítica
Película
7.9
25 valoraciones en total
Pais
Directores
Actores
- Aaron Moten
- Afton Williamson
- Amara Karan
- Ashley Thomas
- Aubrey Joseph
- Ben Shenkman
- Bill Camp
- Brooke Alexandra
- Bryan Burton
- Charlie Hudson III
- Chip Zien
- Chris McKinney
- Chris Perfetti
- David Chen
- Don Harvey
- Donté Bonner
- Eddie Cooper
- Fisher Stevens
- Frank De Julio
- Frank Ridley
- Frank Wood
- Frisco Cosme
- Glenn Fleshler
- Glenne Headly
- J.D. Williams
- Jeannie Berlin
- Jeff Wincott
- John Turturro
- Joseph Badalucco Jr.
- Joshua Biton
- Michael Kenneth Williams
- Mohammed Bakri
- Mustafa Shakir
- Nabil Elouahabi
- Paul Sparks
- Paulo Costanzo
- Peyman Moaadi
- Poorna Jagannathan
- Racquel Bailey
- Reginald L. Barnes
- Riz Ahmed
- Shaun Rey
- Sofia Black-DElia
- Steve Cirbus
- Victor Verhaeghe
Luego de ver el finale me dispongo a escribir esta crítica, a modo de descargar un poco esos sentimientos difíciles de describir que quedan en uno cuando termina de ver una serie.
The Night Of está lejos de ser una de las series que más me ha gustado, o siquiera que más me ha llegado , aunque lógicamente en eso tiene que ver que se trate de una mini serie. Pese a esto, el balance resulta muy positivo y el viaje se ha disfrutado, pese a reparos iniciales que tuve con la serie (luego de un piloto magnífico).
Es una serie sombría, que te sumerge en una atmósfera algo tóxica, que no es precisamente placentera pero te lleva a involucrarte y comprometerte con los personajes. Algo que quizás sea lo fundamental para una serie de TV.
El sistema de justicia norteamericano, el sistema penitenciario, la islamofobia y la complejidad de cada uno de los personajes son los aspectos centrales de esta serie. Una serie en la que hay actuaciones descollantes (aplausos para Turturro y Bill Camp) y personajes logrados (quizás, y aquí una de mis principales críticas, algo apurada la evolución del personaje de Naz). Pese a algunos tópicos recurrentes (abogado barato exótico, detective refinado y obsesivo, la transformación de carácter dentro de la cárcel) los mismos están tan bien desarrollados que se disfrutan mucho, excepto quizás como ya mencioné algo apurado lo de la prisión.
Por si fuera poco, gracias a HBO, tenemos el placer de volver a ver a Michael K. Williams, el entrañable Omar de The Wire (y también en un papel secundario a Bodie).
Es HBO. Atrás de esta producción hay un dream team de personas que saben lo que es ser parte de las buenas historias: Richard Pryce, Steven Zallian, John Turturro, Michael Williams (Omar de The Wire). Y lo que hay, y mucho, es tiempo.
Tiempo para contar una historia y fijarse en todos los detalles que la rodean. Tiempo de apreciar cada encuadre, de disfrutar cada línea del diálogo, de reconocer cómo las sub tramas nos dan el acabado perfecto de una producción muy sólida.
The night of es una clásica serie basada en la clásica premisa del Who dunnit. (Se comete un asesinato y la acción gira hacia saber quién fue el culpable). Pero como decía antes, no hay tanto apuro en averiguarlo. No es un capítulo de La ley y el orden. Hay tiempo de disfrutar cada ángulo de la historia.
Una prueba de ello es el episodio 1. Los primeros 30 minutos del primer capítulo son una clase de storytelling.
La presentación del personaje de Nasir. Qué hace, cómo es su familia. Por qué toma prestado el taxi de su papá. Cómo llega a la ciudad. Porque pasa lo que termina pasando. Y luego del asesinato, The Night of, por suerte, sigue tomándose su tiempo para mostrarnos qué pasa con todo lo que rodea a ese trágico evento.
Cómo es la vida de los familiares que están fuera. Cómo es una visita a la cárcel. Cuáles son los intereses de los abogados por el caso. Los que están de un lado y los que están del otro.
Sin prisa pero sin pausa, the Night Of avanza hacia la resolución del caso. Y lo más brillante de esta serie, es que nadie (ni los realizadores ni los espectadores) están tan apurados en que eso suceda. Vale tanto la pena el viaje como el destino final.
Así es. Cine. Porque no son series. No, señor. Son películas de ocho horas o más. Con un inicio, un desarrollo y un final. Una estructura simple, pero que Steve Zaillan (La Lista de Schindler) y compañía se han encargado de convertir en una edificación compleja, llena de detalles, pero que ha valido la pena cada minuto que hemos pasado recorriéndola.
La premisa es simple: la investigación de un asesinato. ¿Cuántas series tratan de lo mismo? Decenas. Pero The Night Of sobresale por su tempo. No apura en lo absoluto. Le da al espectador el tiempo suficiente para que se pregunte a sí mismo: ¿quién lo hizo? Y no le da pistas para responder aquella interrogante. No. Le da más información, pero solo para confundirlo. Y lo hace de una manera tan real y detallada que parece como si estuviéramos ante un proceso judicial real.
Y es que este último punto es el que hace de esta película de larga duración una obra de arte: su realismo. Su crítica ante el sistema judicial norteamericano lleno de falencias y corrupción. Un sistema que te quita todo incluso antes de ser condenado. Las investigaciones son llevadas a cabo por policías que, contrario a lo que se debería hacer, examinan la evidencia y peritan sesgadamente, dejando de lado aristas claves para el juicio. Y es que no nos olvidemos que estamos hablando de la vida de un hombre. No sabemos si lo hizo o no. Quizás todo apunte a que sí, pero hasta que no se compruebe merece un juicio justo… o debería.
Los personajes se desarrollan de manera fantástica. Ninguno es blanco o negro. La vida misma no responde a tales clasificaciones. Todos poseen sus miedos, sus ambiciones… sus pasados oscuros. Y llegas a empatizar, a querer saber no sobre quién fue el culpable, sino sobre qué pasará con él/ella. Te lleva por un camino sinuoso en donde todos pudieron cometer el crimen, y al mismo tiempo ninguno. Pero está todo construido sobre una base sólida de evidencias que jamás tomarían al espectador por tonto. La inteligencia de los guionistas llega hasta el punto en que podrían poner al propio gato como sospechoso, y aún así te lo creerías.
Recuerdo las palabras de Andy Dufresne en The Shawshank Redemption. Afuera era un hombre moral, correctísimo. Vine a la cárcel y me hice criminal . ¿Qué país se salva de esto? Buscando la sobrevivencia a toda costa, un convicto nuevo puede llegar a hacer cualquier cosa. Y si eras inocente ya no importará, porque tu vida estará jodida de todos modos.
Todo lo anterior se presenta de una manera tan corriente y simple que, insisto, pareciera como si estuviésemos viendo las noticias. En muchos momentos me recordó a The Wire por su dramatismo y su cercanía a lo que realmente sucede en un sistema judicial. Si piensa que se encontrará con una serie tipo CSI, le recomiendo que apague la tele de inmediato.
Pero todos sabemos que una serie no puede existir sin su casting. Y vaya qué casting. John Turturro interpreta para ganarse Emmys de aquí a cinco ediciones más. Vayan escribiendo su nombre en el galardón ya, porque a mí parecer nadie puede quitárselo.
Y es que lo borda. Su personaje lo interpretaría James Gandolfini, mas su muerte no lo hizo posible. Luego barajaron a Robert de Niro, que lo rechazó por una agenda apretada. Y vino John. sí, John. El mismo tipo payaso de Transformers. Es curioso, no obstante, puesto que aquí también es un payaso… un payaso triste , como diría Tony Soprano: con la sonrisa pintada y la tristeza por dentro . Que solo una tincada lo condujo a Naz y al caso de su vida. Uno que, si todo salía bien, lo alejaría de drogadictos y ladrones a los que representaba por $250 en efectivo. Pero todos sabemos que en la vida real nada sale como lo esperamos. Su eczema lo indica, y es una hermosa metáfora para describir el caso.
Los otros actores también dicen presente a la hora de hablar de tremendas interpretaciones. La joven abogada defensora, los padres de Naz, Freddy, el convicto que rige la cárcel como un verdadero mafioso, y que es llevado a la pantalla por Michael K. Williams (Omar, The Wire), el detective, la fiscal…
Podría seguir por horas escribiendo lo que la hace tan buena. Tiene sus fallas, sí, pero que no superan al producto final. Es una lástima que haya tenido tan poca promoción por parte de HBO. Pero esto mismo la convertirá en una obra de culto… y estoy agradecido de haberla seguido cuando nació
171/10(14/09/16) Notable y absorbente mini-serie de 8 episodios (cerca de 10 horas de metraje) de la HBO creada por los prestigiosos guionistas Richard Price (Clockers), que escribe todos los capítulos, y Steve Zaillian (La lista de Schindler), que co-escribe con Price el 5º, 6º, 7º y 8º episodio, que a su vez adaptan libremente la mini-serie británica de la BBC Criminal justice (2008) de Peter Moffat, de 5 episodios, a la que supera en calidad, matices y arco de desarrollo de personajes, recrea con brillantez un crisol de situaciones que se desbordan alrededor de un asesinato y del sospechoso, sirviendo para una mordaz crítica al sistema judicial USA, a los prejuicios sociales, al sistema penitenciario como supuesta herramienta de reinserción, y más. Zaillian dirige todos los capítulos menos el 4º a cargo del oscarizado por Man on wire James Marsh. La propuesta bebe del subgénero Who dunnit, crimen con múltiples sospechosos, pero aquí el quien lo hizo se convierte casi en McGuffin, excusa para mostrar mosaico de personajes abocados a momentos límites y como reaccionan, se le da tiempo excelente para la composición de personajes con fuerte carácter definido, con los que se puede empatizar, acentuado esto por lo buenísimo de las interpretaciones.
Serie con argumento que puede parecer una más sobre defender a un supuesto inocente de un crimen, y paralelamente buscar al supuesto culpable, pero aquí lo que prima es el tempo reflexivo, la edificación de personajes sólidos, tridimensionales, con defectos, matices, aristas, enmarranados todos en una espiral turbadora donde se mezclan temas muy actuales como el racismo, los laberintos judiciales kafkianos, las injusticias sociales, ello abordado con hondura dramática, serenidad, provocando el centro no sea quien fue el asesino, sino como se desarrolla la compleja trama. El guión es lo suficientemente inteligente para no dar pistas más allá de lo que vemos, nunca sabremos más o menos que los protagonistas, hacen de la duda la constante, basándonos más en los perfiles psicológicos para formarnos una idea de si son capaces o no del crimen. Drama judicial que discurre de modo realista, exhibiendo al detalle y con mimo todos los pasos, desde la intensidad del tramo de detención del chico, sus primeras horas en el calabozo, interrogatorios, aparición del abogado, la negociación entre abogado y padres, llegada al caso de una abogada buenista, la negociación de la defensa con la fiscalía, la progresión criminal de Naz en prisión, la investigación policial para cuadrarlo a su antojo todo, la investigación de la defensa intentando crear una duda razonable, y por supuesto el juicio. Tangencialmente otros personajes son mostrados como parte de este sugerente puzle: como el solitario abogado Stone con su marcada urticaria y alergia a los gatos, la novel abogada de origen paquistaní Chandra, el policía Box, que detuvo a Naz y que las pruebas le dicen una cosa y el carácter del acusado otra, el complejo líder de los presos Freddy, o los padres de Naz y su marginación social por estar su hijo acusado de criminal. Esto nos hace empaparnos de modo excelente de la historia y personajes, donde se prodiga el gris, no hay simplismos, tipos con falencias, con ambiciones, con dignidad, con temores, con inseguridades, acarreando fantasmas del pasado, con dudas, sin certezas absolutas, ello con diálogos fluidos, profundos, reflexivos, irónicos, salpicado todo de un humor suave desengrasante sutil, como lo que refiere a la tierna subtrama entre Jack Stone y el gato de Andrea.
Serie que nos habla de que verte envuelto en un caso judicial, seas o no culpable, te supone enredarte en un microcosmos te lo puede quitar todo, es el anti-gordo, si te toca, te exprime, te veja, te deja sin nada. Se apoya en una ambientación lúgubre, grisácea, opresiva, atravesando con tino géneros como el misterio, suspense, thriller, acción, drama judicial, drama carcelario, ello interrelacionando de modo fresco a los personajes, siendo el núcleo la travesía oscura del sospechoso a través del submundo judicial (penal), sumergiéndonos en cinco meses de sinsabores, desde la infausta noche, hasta el día del veredicto. Enntre medias una historia que te atrapa desde su episodio primero, La playa, hora y media de un increscendo dramático y de tensión memorables, un manejo del time narrativo y de las imágenes tremendo, provocando el espectador pesimismo, desesperanza, desilusión ante un mundo frío, impersonal, injusto,… Los tres primeros episodios son de gran ritmo 8sin ser trepidante), todo sucede deprisa (que no apresurado), donde ya has conectado con la angustia del protagonista, con la caída e gradual en el abismo de los padres del sospechosos, has conectado con el disfuncional letrado Stone con su particular modus vivendi, a partir del cuarto el ritmo baja un poco (que no es aletargarse).
Y llegan las taras de la serie: Peso muerto es la subtrama de Naz en prisión, toma demasiado protagonismo en detrimento de otras subhistorias más interesantes, toda la situación en prisión con ese reyezuelo que vive en su celda resulta ya muy visto, no hay originalidad, y lo que es peor, Naz sufre una transformación atropellada, hacia adaptarse a prisión como un pandillero más, rapándose, haciéndose tatuajes, narcotizándose y pasando drogas a la prisión, situaciones que no se entienden con el personaje que hemos visto anteriormente, y menos con alguien que pretenda pasar por un buen chico ante el tribunal, es pegarse varios tiros en el pie, esto se convierte en una rémora, También es un error la estridente relación que incorporan los guionistas de la abogada con Naz, tiran piedras contra su bonito tejado, recurso facilón, impropio de lo visto, Y está la costumbre del susodicho subgénero Who dunnit de que cualquier persona que se cruzó con la víctima se convierte en sospechosos, carentes todos de coartadas, pero poseedores de espúreos motivos criminales,… (sigue en spoiler)
Voy a narrar una breve escena de la miniserie, que no forma parte del argumento, por lo que no destripa nada, y espero que no impida validar la crítica.
El abogado interpretado por John Turturro está esperando sentencia con un cliente de color. Delante pasa un detenido judío, y el juez lo condena a 18 meses. Le toca el turno al detenido negro, y lo sentencian a 3 años. El chico le pregunta al juez por qué no le da una sentencia de judío, y el juez le replica, que cuando cometa un delito judío.
Es decir, el sistema penal americano, y creo que, en general el mundial, considera más culpable a quien roba poco por la fuerza, que a quien roba mucho de manera sibilina o con artimañas. Delitos de guante negro.
Magistral la escena. la HBO coge el sistema judicial americano y lo da la vuelta como a un calcetín. El argumento es simple. Si entras en el sistema como presunto culpable, el sistema te devorará, para los policías ya no caben más posibles sospechosos que el primero que tienen a mano, y si éste, es de color, mejor todavía.
La producción es buenísima, con un cuidado por los detalles, minimalista. La miniserie se viene a sumar a producciones recientes como American Crime Making of murderer etc. por lo que no innova, y de hecho es un remake de una producción británica, pero lo hacen con una puesta en esceno made in HBO.
Al principio el gran Gandolfini estaba destinado a ser protagonista. Su desgraciado fallecimiento, hizo que Turturro cogiera el relevo y debo decir que sinceramente, me parece el mejor personaje y la mejor actuación de todos los estrenos de series que llevamos este 2016. Con su aspecto desaliñado, sus chancletas y esos pies llagados, el actor está fabuloso.