The Host
Sinopsis de la película
Los habitantes de Seúl observan sorprendidos un extraño objeto que cuelga de un puente sobre el río Han. El objeto es, en realidad, una monstruosa criatura mutante que al despertar devora a todo aquel que se cruza en su camino. En medio de tanto horror, la criatura mutante rapta a la hija del dueño de un quiosco que vive felizmente a la orilla del río. Mientras el ejército fracasa una y otra vez en sus intentos de destruir al monstruo, este hombrecillo anónimo y su familia intentan recuperar a su hija.
Detalles de la película
- Titulo Original: Gwoemul (The Host)
- Año: 2006
- Duración: 119
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Opinión de la crítica
Película
6
39 valoraciones en total
– Porque lloras cuando tienes que reír y ríes cuando tienes que llorar. Y está hecho aposta.
– Porque si ese monstruito no es un Profundo, que baje Lovecraft y lo vea.
– Porque ¿en qué otra película verás un héroe lobotomizado, una heroína campeona olímpica de tiro al arco y un pseudohéroe oficinista que reniega de la familia?
– Porque desborda un maravilloso sentido del absurdo, sin complejos ni justificaciones.
– Porque es deliciosamente imprevisible. Porque estamos hartos de sabernos las películas.
– Porque te produce la sensación de estar viviendo un cine realmente libre, que dinamita las barreras entre géneros con gracia, talento y mimo por el disfrute propio y ajeno.
– Porque si dinamitas tus propias barreras, las mismas que te impelen a clasificar las películas como si de especímenes biológicos se tratasen, tú serás el primer sorprendido y encantado de haberla visto.
Adoro el cine coreano y este descubrimiento se lo debo a Filmaffinity porque tras más de un año siguiendo los top ten de mis almas gemelas y descubriendo un diamante de vez en cuando por cada 15 truños y 4 o 5 películas interesantes, entretenidas, pero poco o nada innovadoras, desde hace unos meses, probablemente a partir de Old Boy, he empezado a confiar en mi intuición y también en los sabios consejos de mi listado de amigos. Parece que empiezo a ver la luz…
The Host era la prueba de fuego. Película con monstruo, nada más y nada menos. Hacía ya tiempo que venía ignorando producciones del tipo Gozilla, King Kong y demás. Jamás he visto Tiburón entera. Este tipo de historias nunca me han atraído, como tampoco los grandes efectos especiales de última generación. Esta tenía, además, un handicap añadido, al menos según mis prejuicios: se trataba de la primera película coreana estrenada en las conformistas multisalas del centro comercial de mi pequeña ciudad, cuya inauguración, hará ya unos 5 o 6 años, acarreó el cese de las proyecciones de las que tan discreta pero dignamente se habían encargado hasta entonces y con merecida exclusividad dos de las salas de teatro más envidiadas de la escena valenciana. Y a pesar de que desde entonces mis visitas casi semanales al cine se habían reducido a 1 o 2 por trimestre y de mis recelos, estaba dispuesta a subir esas 4 escaleras mecánicas e incluso tragarme los 14 trailers y las amenazas del tipo Ahora la ley actúa de rigor. Pero para entonces, misteriosamente ya había desaparecido de la cartelera. No se cuánto tiempo duró, si acaso una semana o puede que ni eso. Lejos de decepcionarme, este hecho me hizo esbozar una sonrisa de complacencia: para bien o para mal, The Host no era plato de gusto para todos los paladares. El famoso 5,8 no hacía sino confirmar estas sospechas. Así que preparé el camino visionando Memories of Murder y me dispuse a conseguir una copia de The Host por esos medios, para muchos poco ortodoxos, de cuya utilidad – reconozco sin atisbo de arrepentimiento- jamás me he privado…
Como solía decir aquel maestro de instituto, el de filosofía, lo que nos atrae y complace es la reproducción de los esquemas que podemos reconocer, que recordamos. Como esa canción del verano compuesta invariablemente de estrofa-estribillo-estrofa-estribillo (bis), que se renueva cada año ligeramente modificada. Y lo que se sale de estos esquemas, lo que no podemos reconocer y no se ajusta a nuestros arraigados patrones nos desconcierta, nos perturba, nos molesta y finalmente nos desagrada. Nos sentimos timados.
[Por problemas de espacio, la crítica continúa en el spoiler, pero sin revelar datos sobre el argumento]
Pues si… Os digo. Si esta peli estuviese hecha en EEUU, entraría el ejército a tope… Armas a destajo, con una organización bestial. El monstruo contagiaría (no sé si llegarían a ser zombis, tampoco es necesario), pero sí que sería un bicho difícil de matar, y desde luego (repito) armas a destajo contra él.
Aquí no. No es necesario más que dos o tres fusiles (que salen en toda la película) sobre todo… aquí lo que hay es imaginación y despecho por parte de los actores (que por cierto me parecen muy buenos).
La escena del entierro a los occidentales nos parece risible… ¿Acaso no es mejor echarlo fuera todo en un instante que quedar pétreo con dos lágrimas en los ojos como nosotros?. Sinceramente, intentad ver esa escena sin prejuicios occidentales (ya sé que todos los tenemos) y os conmoverá la fuerza del sufrimiento.
De la misma manera, hay críticas que dicen que la peli no da miedo… A mi la escena donde la niña intenta salir subiéndose al monstruo me parece de un suspense increible.
A ojos del público europeo acostumbrado a las americanadas esta peli es mala. A ojos de alguien que se acerca a la peli sin prejuicios, esta le parecerá fascinante. Drama, comedia, thriller… Todo en uno.
Es la tercera vez que intento realizar esta crítica pasando el filtro de los validadores. Parece ser que insultaba a un usuario. Bueno, yo creo que es él quien os insultaba a vosotros, asi que intentaremos ser, cuando menos, razonables, pero no mucho más. Críticos siempre, que pa eso estamos. Sólo faltaría.
Te brindo el toro maestro.
Muy jodida debe andar la cosa cuando una película hasta entonces de media 8,6 como Ciudad de Dios ve de manera sonrojante como todas sus críticas positivas descienden al averno de Hell (o como cojones se diga) aupando a los primeros puestos las que son duras con ella (sólo duras, nada más). Y mira que he pasado de hacer caso a Kingo o a Taylor_1968, pero es que esto ya pasa de castaño oscuro. Todas las críticas positivas de esta película han sido FUSILADAS a buen seguro por la misma mano. Sólo hay que atar cabos:
Cualquiera que vaya a la página de Ciudad de Dios puede darse cuenta.
Cualquiera que visíte las críticas de esta película puede darse cuenta.
Cualquiera que mire las críticas de Apocalypto puede darse cuenta.
Y dicho esto, me gustaría comentaros, acérrimos fanáticos de FA, que The Host es una frikada como la copa de un pino, pero no está nada mal. Nos devuelve al Resplandor de Kubrick al mostrar de manera vehemente con luz y taquígrafos el cómo, el dónde, el qué, y sobre todo… el quién. La penumbra o las tinieblas a las que nos acostumbra el mal llamado género de terror están ausentes y la luz del día y la imagen del monstruo en el minuto uno de partido suponen para mi una grata sorpresa.
Es cierto que durante esa especie de sepelio las muestras de dolor y locura son dignas de un paredón de fusilamiento, y que las interpretaciones o el argumento principal del filme (la mutación provocada por los vertidos al río Han) las pare cualquier enfermo mental, pero aún y todo The Host posee la fuerza de lo inaudito, de lo original, de lo que rompe moldes, y es obvio para mi que a los tuercebotas que disfrutan con Indiana Jones o con pelis de aventuras más al uso o con máximas de cine que afirman que sugerir es mejor que mostrar… pues no mirarán más allá de lo que su sensorialidad les permita.
Pues nada, que si esto continúa así, no solo será Kingo el que se detenga en la 666 (una mierda de número por cierto) sino que servidor se pasará a la competencia, que también pelea por hacerse un hueco en el mercado. Cuiden los monstruos… los de FilmAffinity, no sea que tenga que llamar a Chuck. Un saludo.
No pensaba escribir ninguna crítica de esta película, pero después de leer algunas de las expuestas en FA me siento obligado.
A todos los que dicen que la escena del velatorio es ridícula y sobreactuada:
Tu hija ha muerto.
Ahora estas en su funeral, así que haces lo más normal: te vuelves hacía la persona más próxima y comentas: Una muchacha valiente, murió por la causa. Y a otra cosa, mariposa.
A vosotros querría veros en el aeropuerto, junto a los familiares que esperaban tranquilamente el retorno de alguien, cuando anuncian por megafonía – La dirección del aeropuerto lamenta muchísimo comunicarles…- la explosión del avión en pleno vuelo. Sin supervivientes. Os garantizo que nunca volveréis a ver esa secuencia de la película con los mismos ojos.
Ese llanto desatado, esas piernas que fallan, ese dolor que quiere convertirse en ira para no ser dolor…
Es una escena ridícula. Es exagerada. Es humana. Es real.
Toda esta película, en realidad, rebosa humanidad por los cuatro costados. Me rompe ver al padre de la niña, esa persona torpe de palabra, obra y pensamiento, intentando comunicarse con el exterior, sollozando de pura impotencia (… ¿Por qué nadie me hace caso? Mis palabras también son palabras… ¡Soy una persona!). Y el abuelo, que está consumido por la culpa (… él […] de pequeño era listo como el solo […] pero yo nunca estaba en casa, y…), pero convierte esa culpa en cariño, en una puñetera e inagotable paciencia.
Estas personas no es una familia normal, como las familias normales de la tele, con un conflicto ridículo que solucionan al final del episodio con un gran abrazo. Tampoco intercambian comentarios ingeniosos seguidos de replicas agudas. La mayor parte del tiempo no se expresan con claridad, equivocan sus pasos, y encima lo hacen sin un grandilocuente dramatismo… No, no son como una familia normal. Son como la tuya.
Son personas que cargaban, cada uno, con diez defectos por cada virtud, con mil flaquezas por cada fuerza, con un millón de miedos y dudas por una única y ridícula esperanza.
Y sin embargo, hay que ver como lucharon…