The Devils Doorway
Sinopsis de la película
Irlanda del Norte en 1960. Dos sacerdotes vaticanos visitan un convento de clausura donde filman con sus cámaras de 16 mm un terrible asilo con monjas tiránicas, rituales de abusos y posesiones demoníacas. Todo comienza cuando el Padre Thomas Riley y el Padre John Thornton son enviados por la Santa Sede a este convento de la Magdalenta, que acoge prostitutas, huérfanas, mujeres mentalmente inestables y embarazadas solteras, para investigar el misterioso reporte de una estatua de la Virgen María que aparentemente sangra.
Detalles de la película
- Titulo Original: The Devils Doorway
- Año: 2018
- Duración: 76
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Opinión de la crítica
5
65 valoraciones en total
Irlanda del Norte en 1960. Dos sacerdotes del Vaticano visitan un convento de donde filman con sus cámaras un asilo con monjas re locas, rituales de abusos y posesiones demoníacas. Todo comienza cuando el Padre Thomas Riley y el Padre John Thornton son enviados por la Santa Sede a este convento de la Magdalenta para investigar una estatua de la Virgen María que llora sangre
Por suerte, es una peli que no llega a la hora y media y otro punto a favor es su ambientación, además de unas correctas y creíbles actuaciones, a exepción de la monja grosa, que sobreactúa su cara de culo.
El film cae en la misma de siempre, no cuenta nada original y es completamente olvidable a los 5 minutos de finalizar.
El terror del found footage está muerto y va a ser muy difícil que resucite gracias a alguna genialidad.
Para el que no la conozca este titulo de 2018 nos sitúa en Irlanda del Norte en 1960. Dos sacerdotes vaticanos visitan un convento de clausura donde filman con sus cámaras de 16 mm un terrible asilo con monjas tiránicas, rituales de abusos y posesiones demoníacas. Todo comienza cuando el Padre Thomas Riley y el Padre John Thornton son enviados por la Santa Sede a este convento de la Magdalenta, que acoge prostitutas, huérfanas, mujeres mentalmente inestables y embarazadas solteras, para investigar el misterioso reporte de una estatua de la Virgen María que aparentemente sangra.
La película grabada estilo cámara en mano se guarda algunas sorpresillas conforme va avanzando la trama. No soy muy fan del found footage pero reconozco que cuando esta bien usado, puede dar momentos de tensión muy reales, como ocurre con la primera [•REC] 2007. La película tiene una corta duración de 76 min, es decir 1h 25min aprox. por lo que no tiene tiempo de crear rellenos o alargar sin más, así que va al grano.
En 5 minutos estamos dentro del convento, del que se nota en el ambiente que muy bueno no es. Lo que en principio iba a ser una simple investigación sobre si sangra o no la estatua se convierte en mucho mas. La Monja al mando, se nota que es una hija de p*** con todas las letras. Maltratan a las mujeres recluidas allí, y vamos descubriendo mas secretos.
La película es una mezcla de géneros mas que interesante. Posesiones, niños fantasmas, satanismo, todo esta presente y bien ordenado, cada cosa a su momento. Eso si, no esperéis algo gore o demasiado fuerte. Tampoco es algo que no hayamos visto antes, pero la forma de estar contada y como se van descubriendo las cosas poco a poco es genial.
Es de esas películas que casi mejor que descubráis mejor el rollo que lleva, y como siempre para gustos colores. Lalor Roddy interpreta al Padre Thomas, y junto con Helena Bereen, la Madre Superiora, son los mejores personajes de la película gracias a su interpretación. Ciaran Flynn interpreta al Padre John y lo defiende bastante bien, aunque es un personaje ya visto en otras películas, es el que nos mostrará mas sucesos paranormales, y el que se come algún que otro screamer, y Lauren Coe interpreta a la niña poseída, cuya historia también es interesante. Estos son los 4 pilares en los que la película se centra y no necesita más.
Genialmente dirigida Aislinn Clarke que consigue sumergirte de lleno en la historia, una critica a la iglesia y todos los pecados y trabajos sucios que realiza de tapadillo, y que otras personas siempre se encargan de limpiar para que no salgan a la luz. Cosa que, por ejemplo, la Madre Superiora desvela bien.
No voy a comentar más. Me ha gustado, sobretodo su desarrollo, ir descubriendo todos los secretos de ese convento, con algunas cosas inesperadas, un final un poco convencional pero acorde con la película, actuaciones principales muy bien realizadas y algún que otro zasca a la iglesia y sus excesos.
¿De verdad sangran las estatuas? ¿Y si es así de quien es la sangre? Animaros a verla y descubrirlo.
Pues aquí estamos, otro found footage, para muchos un género más que sobreexplotado, para otros otra manera de ver el terror. Ante vosotros me declaro fan absoluto de los found footage, pero gracias a esto he aprendido que cualquier mono con un móvil puede pretender vendernos una película así.
Este tipo de films son un arma de doble filo, pues el presupuesto se puede ver reducido a la mínima expresión a la hora de realizar una cinta de estas características. El problema está en la forma, pues el saber hacer y el tener las ideas claras marcan la diferencia en este tipo de producciones.
Estamos en el año 1960. En un pequeño convento de la campiña irlandesa corre el rumor que han acontecido varios milagros inexplicables. Es entonces cuando el Vaticano envía al Padre Thomas Riley y al Padre John Thorton para documentar e intentar explicar de primera mano lo que está sucediendo en el lugar.
Nos topamos con la ópera prima de la directora Aislinn Clarke. Antes había trabajado en varios cortometrajes. The Devils Doorway es su salto al mundo del largometraje. Frente al guion de la cinta nos topamos con Martin Brennan, Michael B. Jackson, junto a la misma directora. Comentar como curiosidad que Brennan y Jackson habían trabajado juntos en anterioridad como guionistas del videojuego Hitman: Absolution.
El trabajo de dirección me parece impecable para ser el primer largometraje de Clarke, pero la cinta peca de ser bastante previsible de principio a fin, aunque bien es cierto que los sustos están bien pensados en su mayoría.
La verdad, es de admirar lo conseguida que está la fotografía obra de Ryan Kernaghan, nos traslada totalmente a la Irlanda de los 60. Todo un acierto el realizar este found footage en 16 mm, le da un punto extra a la película que la hace única.
Comentar que las actuaciones de los dos protagonistas de esta historia, Ciaran Flynn y Lalor Roddy son meramente correctas. Pero la verdadera fuerza de la cinta la tiene la parte final, donde el espectador acompaña por angostos pasajes a estos dos pobres diablos.
Para bien o para mal el terror found footage abunda de manera bárbara, y un servidor ya se las ha visto de todos los tipos y colores, por eso, la premisa de The Devils Doorway tira un poco para atrás. ¿Otra cinta de exorcismos? pues sí, no estamos ante el guion que cambiará nuestras vidas, pero una cosa os puedo asegurar, vais a pasar miedo.
http://www.terrorweekend.com/2018/07/the-devils-doorway-review.html
Lo mejor: el cuidado de la debutante cineasta para aparentar lo que no es, es decir, el trabajo detrás de las focos para conseguir que la simulación de un reportaje de índole religiosa cobre tintes mayormente creíbles (incluso el reducido formato de presentación, en ocho milímetros cual sucesión de diapositivas domésticas, incide en ello) aprovechando, tal vez (meras suposiciones, ya que la producción que ocupa posee entidad propia y es, sin duda, mucho más seria y valiosa que la siguiente), el reclamo comercial de La monja, la negativa de señales divinas por parte de quienes, en teoría, deben defender esa clase de místicos mensajes a ultranza contradice el eterno enfrentamiento entre creyentes y escépticos para trasladarlo al mismo seno adorador de manera contundente, rigurosa e irreverente a partir de una visión subjetiva (en estricta primera persona) y un apartado sonoro de infarto (los efectos casi provocarán tal consecuencia en aquellos más susceptibles), resultando una obra muy bien ejecutada (aunque excesivamente convencional) que hará las delicias de los amantes del género, la vida en un convento de clausura, repleta de secretos y prohibiciones, está muy lograda en cuanto a recreación hipotética se refiere (siempre será pura ficción al no disponer de testigos verídicos a causa tanto del restrictivo celibato como de la privativa devoción), complementándose las imágenes artificiosas (futo de la imaginación de la directora) con informaciones históricas (registradas en archivos oficiales) para desafiar el orden preestablecido brindando alarmantes curiosidades (antaño las mujeres no podían cantar en misa y fue un célebre cantante el que propició tan necesario cambio), reflexivas frases (no hay absolutos en este mundo al custodiar escrupuloso recelo) e hilarantes interpelaciones (¿estás robando el vino del altar? al relatarse cierta experiencia paranormal) en aras de embaucar (término que se emplea con asiduidad) al público.
Lo peor: el texto introductorio que versa durante más de doscientos años la iglesia católica irlandesa mantuvo a mujeres en asilos denominados Lavanderías Magdalenas suscita un interés que no se ve correspondido con lo plasmado, narrándose la odisea de dos sacerdotes enviados por el obispado que poca empatía despiertan y menos trascendencia asumen (las interpretaciones son más que correctas pero el guión no las ajustician) con discutible e irregular raciocinio, el falso documental en el que se traduce la propuesta comienza como un excelente homenaje a El exorcista y termina como un burdo plagio de El proyecto de la bruja de Blair porque, como bien indica Fionnuala Halligan en su crítica para el prestigioso Screendaily, la película está grabada con creatividad llevando el arte de la cámara al hombro hasta el extremo de la agitación, debiendo entender dicha conmoción en sentido literal, la previsibilidad del desarrollo lega a ser desesperante, pues a pesar de los muchos elementos confluyentes (sangrantes estatuas, titánicas reverendas, nocturnos llantos, fantasmagóricas apariciones, multilingües posesiones, satánicos santuarios, etcétera) todos y cada uno de ellos desembocan en un fraude mayor que el presumido por los protagonistas, quienes acuden al (muy) tenebroso lugar para investigar un supuesto milagro reportado.
Daniel Espinosa
http://www.cementeriodenoticias.es.tl
The Devil’s Doorway es un nuevo found footage que ofrece una propuesta excesivamente vista y acaba cayendo en la convencionalidad. Para los no iniciados, el found footage es un género que prolifera en el cine de terror, filmado en tono de falso documental y que se basa en el rescate de un material filmado como si fuera real. En esta ocasión, el material encontrado es el de dos monjes que han ido a investigar un convento de clausura donde supuestamente ha habido un milagro y una virgen ha llorado sangre. Lo que allí encontrarán serán monjas satánicas, posesiones y rituales que acabarán con la cordura de los dos monjes, y por qué no decirlo, con la paciencia del espectador. Paisajes comunes y situaciones mil veces vistas en un género accesible para nuevos autores pero que necesita urgentemente de una reinvención si no quiere resultar cargante para un público cansado de la repetición de esquemas. Salvo de la quema la actuación de Lalor Roddy, interpretando al sacerdote veterano que se replantea su fe y que también convenció al jurado del festival de TerrorMolins, concediéndole la mención especial del jurado. Desesperante y carente de originalidad.
Más críticas de cine y series (y algún que otro monigote): https://unhombresinpiedad.com