Terror sin límite (Absurd)
Sinopsis de la película
Un sacerdote está persiguiendo a un loco asesino que es víctima de un experimento genético (su sangre coagula muy rápido y hace que sea practicamente inmortal). El asesino llega a una pequeña ciudad y no tardará en cometer los más atroces asesinatos jamás vistos.
Detalles de la película
- Titulo Original: Rosso Sangue (Absurd) aka
- Año: 1981
- Duración: 96
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Opinión de la crítica
Película
5.2
86 valoraciones en total
Película hecha completamente a rebufo de la una de las obras más notorias del incombustible Joe D´Amato, Gomia, Terror en el mar Egeo hasta el punto de ser vendida como su (falsa) secuela en una de las típicas maniobras de márketing que nos dejó la añorada pero admirable distribución en salas (y posteriormente en el mercado del videoclub) de algunos productos de antaño. Si bien es cierto que Absurd (aunque suene más poético el título original y giallesco italiano Rosso Sangue ) funciona como unidad independiente, sí podría asimilarse como una continuación de Gomia , al compartir muchos de los recursos que hicieron de aquella uno de los productos más redondos del maestro del erotic-trash italiano. Absurd hereda de aquella la composición de una atmósfera sucia y opresiva, un aprovechamiento efectivo del entorno (la vacua pero aterradora isla es aquí sustituída por un acertado entorno rural) y una fuerza narrativa digna de mención.
La película se aprovecha del imponente físico de Eastman como figura aterradora, en un personaje escrito como forma etérea del mal. La breve descripción de su historia o intenciones pueden llegar a estar de sobra, al constituir un abstracto retrato de lo maligno y el origen de un clima de terror para personajes y/o espectadores, siendo una clara referencia la compostura del Michael Myers de La Noche de Halloween , bebiendo además de similitudes argumentales con la película de Carpenter.
Absurd tiene un primer tercio de metraje realmente arrollador, de una fuerza visual aterradora que consigue inquietar en el ramo más salvaje del género. Como ya ocurría en su (artísticamente) predecesora su uso del gore la asienta como un producto enteramente de género, convirtiendo sus escenas violentas en una expresión tremendamente cartoonista del cine de terror,que sirve de paso, para describir un producto anclado en el extremo más salvaje de las B Movies .
Además de la tremenda fuerza y presencia física con la que Eastman expone a su personaje, interpretativamente hablando cabe destacar a un Edmund Purdom con un personaje heredero de Sam Loomis o Van Helsing, como inagotable perseguidor de esa representación del mal que arrasará con aquel que se interponga en su camino. También cabe destacar a otra figura del cine italiano de género como Charles Borromel o Katya Berger, hija del inolvidable William Berger.
Secuela no oficial de Gomia, el terror del mar Egeo nuevamente dirigida por el inefable director de ésta, Joe DAmato. Se trata de un auténtico prodigio como film de terror. Evidentemente no está realizada con grandes medios y ello perjudica su aspecto visual. Su historia tampoco es que sea la ostia, pero eso es lo de menos. La película posee una atmósfera tan opresiva (como la primera) debido a esa fotografía sucia (que le da cierto aire amateur) que consigue involucrarte de lleno en ella. El prota vuelve a ser George Eastman, esta vez sin el maquillaje tan atemorizante de Gomia , pero resulta igualmente amenazante e inquietante. Todos los elementos que componen el film están perfectamente situados: una casa abandonada en el campo, un asesino despiadado, un niño, una joven paralítica, una niñera y asesinatos a cual más bestia y sangriento. Excelentes maquillajes a la par que repulsivos. Excelente y chirriante banda sonora que pone los pelos de punta. Buen ritmo que va aumentando la tensión a medida que se acerca el final. Y un final buenísimo. Creo que DAmato creó un film cojonudo de terror y ¿por qué? porque con el clímax final demuestra que consigue lo que se propone, dar miedo. El final me parece de lo mejorcito del género. Todo pasado por un muy buen gore de diseño. Francamente creo que merece más reconocimiento del que tiene y pasar por alto meras deficiencias técnicas que posee sin duda (pero !qué demonios! ¿acaso no existen otros bodrios consideradas obras maestras?), pero ciertamente es lo que pretende, ser un film de terror puro y duro… Junto con GOMIA forman un tandem perfecto de buen cine de terror made in Italy. GENIAL…
El guión de esta película cabe en una caja de cerillas (y si se escribe en letra pequeña, sobra sitio), los diálogos dejan a los hermanos Calatrava como aspirantes al Nobel de literatura, el desarrollo de la trama recuerda demasiado sospechosamente al Halloween de Carpenter y a ratos tiene un aire de secuela no oficial de Gomia, Terror en el mar Egeo (así se promocionó en su momento allí donde aquella había tenido éxito). No son grandes virtudes precisamente.
De hecho, si alguien la pone y decide quitarla al cuarto de hora no se lo podría reprochar. Pero sería mejor que no lo hiciera. ¿Por qué?
Pues porque tras unos 50 minutos más bien rutinarios, sostenidos básicamente por alguna que otra escena gore potente, la última media hora tiene en abundancia lo que le faltan a casi todas las películas de Joe DAmato: suspense, tensión, atmósfera de terror convincente, buenas interpretaciones, giros medianamente sorprendentes, uso inteligente de la cámara y de la música para crear angustia en el espectador…no es La noche de Halloween , claro está, pero es una película de terror mucho mejor de lo que cabría esperar de ella.
Más en spoiler.
Terror primigenio en un escenario suburbano y apacible. Un interrogante imparable y aterrador, inhumano enigma con el rostro salvaje, grotesco y desencajado.
El mito del hombre del saco hecho carne, aniquilando con paso lento y firme todo lo que se cruza por su camino sin decir una palabra…
Seguramente a más de uno esto le habrá parecido una descripción perfecta (salvo por ciertos detalles modificados) de La Noche de Halloween …pero nada más lejos de la realidad, no así también remite a un slasher que decidido sigue el sendero marcado por la obra de John Carpenter. ¡Y de Viernes 13 ! Y es que gracias a estos títulos tan populares una legión de temibles y bestias asesinos en serie tomó por sus fueros el panorama del terror grindhouse del momento, la estela de Vorhees y Myers fue seguida por Cropsy en La Quema o aquel Marz de Madman , amén de otros tantos perturbados.
En esas que con la entrada de la década, uno de los expertos del horror y versátil artesano donde los haya, Joe DAmato, se encontró de golpe y porrazo con un éxito cuando estrenó su muy extrema Gomia , indigesta delicia de cita obligada para los adoradores del gore italiano, el director estaba interesado a rodar una secuela, aunque Luigi Montefiori (o George Eastman) se opuso en un primer momento. Cambió de opinión cuando aquél tenía entre manos otro proyecto en el que le pidió actuar, sin embargo el borrador le pareció tan horrendo que por su cuenta lo cambió, y el estilo que adoptaría no sería distinto de los slashers de moda, antes mencionados.
Lo interesante es que, teniendo en cuenta el argumento final, ¿cómo de escalofriante habría de ser el borrador original que tanto asustó al actor? DAmato comienza Rosso Sangue presentando todo un autohomenaje a la anterior Gomia , con un desconocido (Eastman) siendo perseguido y lanzándose a saltar la valla de una propiedad para quedarse clavado y entrar luego a la casa con los intestinos fuera, un mastuerzo mongoloide con rasgos de animal que no se sabe de dónde viene es el enigma a descubrir por el policía de turno, adusto y severo protector del pequeño pueblecito en donde mora.
Pues ese animal de aspecto humano, cuyas células parecen regenerarse muy deprisa, estaba siendo perseguido por su dr. Loomis particular, un sacerdote que aporta unas explicaciones un tanto peregrinas al asunto. La caza se inicia en plena noche antes de que ese loco (luego llamado Mikos) despedace a más inocentes, la tenebrosa peripecia de Myers con menos suspense y más afán por la hemoglobina, en su momento eso fue en esencia Rosso Sangue y eso sigue siendo: una Noche de Halloween con delirantes y brutales trazos de puro giallo mientras al director lo le tiembla el pulso a la hora de recordar las tramas de Gomia y La Muerte sonríe al Asesino .
A estos extraños personajes que esbozan él y Eastman (en estas películas tanto los atributos de los asesinos como los de sus víctimas son de lo más rocambolescos) los rodea una atmósfera realmente áspera, plagada de suciedad, asfixiante de cuando en cuando y por naturaleza sádica (al estar orquestada desde las sombras de la noche por el psicópata protagonista), atmósfera bien manejada por el sr. DAmato que puede mejorar (si bien no mucho) cuando la acción callejera se traslada al interior de la misma vivienda que Mikos intentó invadir en un principio.
Por qué tiene que volver al mismo sitio es algo que mejor dejamos a la imaginación y a la propia ilógica de un argumento un tanto invisible. Su hándicap es que todo se emparenta todavía al clásico carpenteriano : la casa de Laurie, quien para más inri también tenía que hacer de niñera, por la de la familia Bennett, y el monstruo desalmado de máscara blanca haciendo de las suyas. Aquí es Emily la encargada de enfrentarse, por decirlo de algún modo, al Mal, en este tercer acto se condensa de mejor manera la habilidad del romano tras la cámara, atrapándonos como a sus protagonistas a merced de las desquiciadas ocurrencias de su homicida.
Hay que reconocer que el resultado es un tanto absurdo (el título está bien escogido) pero desasosegante en su tratamiento del suspense y la tensión y de las inesperadas sorpresas (porque ese ataque a los ojos con el compás lo es) con que se nos obsequia, DAmato es de esos pocos que cuenta con el don de hacer reír y al mismo tiempo aterrorizar durante una secuencia. Festival de brutalidad e incongruencia asegurado, nunca es necesario el sentido común para deleitarse con un blood horror show bien manufacturado. ¡Qué mano para la violencia tiene este DAmato!
Mientras Charles Borromel y Edmund Purdom deambulan sin hacer absolutamente nada, los hermanos en la vida real Katia y Willie Bennett se meten a conciencia en sus papeles de víctimas (la primera muestra cierto carisma y se lleva un desenlace memorable, el segundo invita a ser colgado boca abajo y posteriormente descuartizado sin piedad). El mítico Michele Soavi realiza un breve cameo y la pequeña estrella del erotismo B Annie Belle (a la que vimos en todo su esplendor en Las Noches Pecaminosas de una Menor , Clímax o Laura ) nos brinda el momento más horrible y mejor filmado de todo el film (dentro de un horno…¡qué momento!).
¡¿Y qué decir del gran Eastman?! No precisa hacer de caníbal para asustar sobremanera, y aunque sin poseer escenas tan gloriosas como en Gomia , sin duda nos regala algunas difíciles de resistir la persistencia retiniana (la primera muerte, la de la enfermera, la mejor).
El director rueda en inglés apuntando al mercado internacional, pero mirar de reojo todo el tiempo a Viernes 13 , La Noche de Halloween , La Quema , Pánico Antes del Amanecer y su directa antecesora no le sentó bien. No va más allá este título, salvo para los muy fans del género.