Terminator Woman
Sinopsis de la película
EVE es un peligroso androide militar creado con la imagen y recuerdos de su creadora. Cuando es seriamente dañado durante el robo a un banco, el androide empieza a usar más recuerdos y emociones de los iniciales, el enfado, la oscuridad… Pronto se convertirá en una máquina de matar imposible de detener. Su creadora la doctora Eve Simmons y el teniente Jim McQuade intentarán terminar con el infernal invento.
Detalles de la película
- Titulo Original: Eve of Destruction
- Año: 1991
- Duración: 99
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Opinión de la crítica
Película
2.7
51 valoraciones en total
«No son pelotas, llámalos… testículos»
La Doctora Eve Simmons tiene un grave problema: su pequeño hijo no dice pechos sino tetas y pelotas en vez de testículos. Ah, y también un robot-clon de ella-pispa que se llama EVE 8. Pues eso, que la replicante estaba de prácticas e iba a comprar el pan y se pasa por un banco que roban y se vuelve loca. Y de remate.
Lo mejor de Terminator Woman es el sonido de esas puertas robadas del plató de Galáctica: Estrella de combate y el visor del robot que parece el de una cámara de VHS. Pero por si fuera poco en el doblaje (yo creo que por cansancio) dejan de doblar al mocoso llorón. La película es un cruce de una versión de serie C femenina de Terminator con Yo puta y No sin mi hija (con pelotas). Va sobre el descubrimiento de los secretos de una señora en un alegato feminista de deseos incumplidos y frustraciones. Y, si como este bodrio con encanto, les sale mal lo tienen claro: la culpa será de los libios o lo iraquíes…
Las frases:
¿Qué tal si tú y yo disfrutamos los noventa?
No me llames puta que soy muy sensible.
Tú qué miras, hija de puta.
Usted creó una EVE 8 incontrolada que nos aniquilará a todos.
Parece que ese tipo no es tan bueno.
¡Eh, puta!
Una androide (Renée Soutendijk) creada en un secreto laboratorio militar, bautizada como Eve 8 y creada a imagen y semejanza de la doctora que está a cargo del proyecto, durante una excursión al mundo exterior supervisada por un agente del gobierno que va grabando sus reacciones, se ve envuelta en un tiroteo durante el atraco a un banco, en el que se hallaba practicando su faceta humana, resultando muerto el agente y recibiendo ella un tiro de escopeta que no la hace ninguna mella, por lo que después de lanzar unos cuantos metros por los aires al tipo que la disparo y recoger su arma, ya tenemos a la androide armada con un subfusil suelta por las calles de Nueva York (filmada en Los Ángeles, San Francisco y Nueva York), donde tras cambiar el traje chaqueta que llevaba por un sensual vestido y una bonita chaquetilla naranja, se estrena cercenando el miembro viril de un bocado, al tipo con el que había ligado en un bar y que instantes antes de la fellatio la había llamado puta por 2 veces (ignorando la advertencia que le había hecho ella 1 segundo antes diciéndole que no la gustaba que la llamaran así) y acto seguido acribillando a unos cuantos policías que pasaban por allí.
Para encontrarla y neutralizarla (solo se la puede detener con un disparo en uno de los ojos) llaman a un experto en lucha antiterrorista (Gregory Hines), que ayudado por la doctora de marras, se pone manos a la obra, dándose la circunstancia de que tan solo disponen de 24 horas, ya que la bomba nuclear con la que va equipada, se ha activado debido a un fuerte golpe sufrido al embestir a un tipo con el que había tenido un problema de circulación y la había llamado puta (parece ser que la doctora de la que había copiado el cuerpo y al parecer también sus recuerdos, había tenido algún que otro problema con los hombres).
A partir de aquí tenemos una modesta y medianamente pasable película, que se transforma en muy entretenida y divertida cada vez que hace su aparición la bella androide repartiendo estopa y tirando de subfusil, apariciones que aunque se nos antojan escasas, en algunos casos llegan a ser antológicas, como por ejemplo la balacera final en el interior del metro (la historia del pasado de la doctora, el experto, los soldados buscándola y demás zarandajas se soportan como peaje obligatorio del guion, hasta la nueva aparición de la sensual y salvaje Eve 8) y justifican y hasta hacen recomendable su visionado para los degustadores de este tipo de producciones.
El teniente Mc Quaid (Gregory Hines) tiene cara de cansancio, de aburrimiento, de no entiendo una mierda y me importa tres cojones, pero tendrá que colaborar con la CIA para detener a una peligrosa androide femenina cuyo cuerpo es una bomba atómica (literalmente hablando). El androide ha sido diseñado exactamente con el mismo aspecto físico y modelo mental (ésto último está muy mal planteado) de una de las doctoras que lo han creado (Renée Soutendijk), y por tanto empieza a rememorar y dar vida a las fantasías escondidas de ésta.
Eve of destruction, cuyo título en España fue Terminator woman (nada más absurdo que cambiarle de título a una peli americana para ponerle otro título en inglés), fue una suerte de Terminator 1.5. Pues se basaba claramente en The Terminator (1984), pero se produjo un año antes de la exitosa Terminator 2, que marcaría el rumbo del cine de acción de los 90s, así como del resto de la saga de Terminator y otras pelis de androides. Con Terminator woman estamos, por tanto, ante una rareza, una joya histórica que bien merece nuestra atención. Que no se me interprete mal: la peli es mala, mala, mala, mala. Pero hay cierto interés en verla por la influencia ya comentada. The Terminator, de James Cameron, fue una buena peli de ciencia-ficción (e incluso de miedo), pero su aclamada segunda parte daría un viraje definitivo hacia la acción pura y dura. La casposa Terminator woman, situada entre ambas, intenta reproducir el miedo y suspense de la primera Terminator. Incluso noto una pequeña influencia del primer Robocop. Por todo ello, esta peli tiene una herencia muy ochentera. Pero vayamos por partes.
El guión es pésimo. Pero pésimo, pésimo. Por un lado, nada tiene sentido ni está justificado siquiera como mala ciencia-ficción. La androide de repente se humaniza y bucea en los miedos ocultos de la auténtica Eve, e incluso en sus fantasías sexuales adolescentes (una excusa para incluir una escena subidita de tono). Tampoco tiene sentido que llamen a un teniente y supuesto tipo duro para que, él solito, haga frente a este peligro nacional que tanto preocupa al gobierno de los Estados Unidos. Por supuesto, todos los tópicos están servidos, y de la peor forma, comenzando por los protagonistas y acabando en cada línea de diálogo. Eso si: los diálogos están mal escogidos. Mi mente aún está superando ese último: Eh, ¡puta! tan impropio del personaje de Mc Quaid. Eso no se hace, hombre… El resto, pues bueno: malas interpretaciones, mala dirección, mala imagen, malos efectos especiales. Una joya, vamos. Solo se salva el impertérrito rostro de Gregory Hines, que nos dice mucho con su expresión. Nos dice cosas como ¿qué hago trabajando en esta película?
Eve-8 es el prototipo de un proyecto militar para utilizar una androide al servicio de la CIA ,ella es creada a la imagen de la doctora Simmons (Renée Soutendijk) y debido a un accidente, que altera su mecanismo, empieza a experimentar los sentimientos ocultos de su creadora.
Además es una bomba nuclear ambulante capaz de borrar 20 a 30 cuadras de una ciudad. Eve-8 esta sin control y ahora la Dra. Simmons y el coronel McQuade (Gregory Hines) tienen 24 horas para detenerla antes de que destruya a millones de personas.
La actriz holandesa Renée Soutendijk interpreta de forma excelente tanto el rol de la androide asesina Eva-8 como el de su creadora la doctora Eve Simmons, pero realmente la actuación que se roba la película es la de Gregory Hines (14 de febrero de 1946 – 9 de agosto de 2003, además de actor, fue cantante, bailarín y coreógrafo.), que interpreta a un militar sarcástico y de mal carácter enviado por el gobierno para neutralizar a la androide. Película con mas suspenso que acción, pero entretenida.
Empezamos bien. Eve of destruction es una famosa canción-protesta antibelicista que se traduce por Visperas de destrucción y que fue popularizada- si cabe- por Barry McGuire en 1965. ¡Y tienen el cuajo de ponerle este título jugando con que se trata de una androide, de nombre Eva, pero que es asesina armada con un explosivo nuclear, diseñada para infiltración y genocidio!
Todo el filme es un gran error. El director dirige como un telefilme de medio-pelo, con unas escenas de acción bastante tristes, el casting es penoso, no hay quien se crea que Gregory Hines es un supercomando, la BSO es espantosa, una especie de jazz cutre fusión que provoca su máximo rechazo en la persecución final ¡que música más atroz! La actriz holandesa, Renée Soutendijk, más o menos cumple, ya que venía de los Países Bajos con una vitola de sex-symbol. Y el montaje deja muchísimo que desear. Parece ser que tiene un papelito el gran Kevin McCarthy, al que no se le da ningún primer plano y apenas una línea de diálogo de tres palabras ¿Era necesario humillar a tan veterano actor?
Fracaso de taquilla, aquí decidió venderse en VHS bajo el título Terminator woman . No deja de tener su gracia ya que su aspecto fue copiado -la vestimenta roja y la actriz rubia- para la real terminatrix de Terminator 3 . También el argumento recordará a los aficionados el filme Species (R. Donaldson, 1995) rodado apenas 4 años después, en el que un comando persigue a un xenomorfo, en forma de rubia cañón, creado en un laboratorio secreto. Sin embargo, Hines no es Madsen y se nota. El guión es bastante simplón y tontorrón: el androide ha recibido los esquemas mentales de su creadora y con ellos, todos sus complejos, odios personales y fantasías. Cuando se desmanda libra sus ataduras morales. Supongo que en la vida real a la doctora la despedirían.
Y luego está el toque surrealista: es una androide que se ofende, hasta extremos homicidas, si la insultas con la palabra pu** . Todos los fiambres la han insultado previamente: el de la carretera, el del puticlub, el del andén del metro, hasta Hines para distraerla ¿era necesario esto?
Película de videoclub, de las mediocres. Ciencia-ficción la justita, la excusa, y poco más.