Tardes de Gaudí
Sinopsis de la película
Cassandra Reilly (Judy Davis), una traductora americana que vive en Barcelona, descubre pronto que las apariencias pueden ser muy engañosas. La femme-fatale Frankie Stevens (Marcia Gay Harden), otra americana que reside en la misma ciudad, está convencida de que su marido ha desaparecido misteriosamente y confía en las discutibles dotes detectivescas de Cassandra para encontrarlo. Tan pronto como Cassandra intenta ayudar a desenmarañar el pasado secreto de Frankie se ve envuelta en una red de identidades erróneas.
Detalles de la película
- Titulo Original: Tardes de Gaudí (Gaudi Afternoons)
- Año: 2001
- Duración: 93
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Opinión de la crítica
Película
4.5
97 valoraciones en total
Está claro que la obra quiere parecer algo, una intriga acaso, unas historias de amor-odio tal vez con una niña por medio, una aventura que se cruza en el camino de una escritora, una escritora de aires románticos, soñadora…
Si lo consigue, si consigue expresar esas sensaciones al espectador, no lo sabemos. Las sensaciones surgen espontáneamente al tomar contacto con las personas que se nos cruzan, incluso virtualmente porque aunque estuvieran delante, su alma nos sería desconocida, eso sí, inciden en nuestras vidas. Esto es lo que la escritora metida a investigadora va experimentando.
Tardes de Gaudí causa un roce muy leve, puede que no llegue ni superficialmente a nuestro interés más somero, así claro, tampoco desagrada.
El caso es que la escritora sigue la pista por las callejuelas hasta la oscuridad de un garito. Allí encuentra a un misterioso actor y mago a la vez. Maquillado y adecuadamente ataviado de estrella de las variedades utiliza el playback para cantar, y lo hace bien. Entonces, surge la curiosidad.
Acciono la aplicación Shazam y resulta que es ¡Dean Martin cantando Sway!
Una buena sensación nostálgica al menos en esta Tardes de Gaudí. Y la escritora sigue la pista…
Insoportable bodrio de la ya habitualmente insufrible Seidelman, ambientado para colmo en Barcelona y rodado en todos los lugares tópicos gaudinianos de la ciudad. La trama es estúpida e inverosímil, y las interpretaciones rozan lo grotesco. Bernardo Bonezzi echa mano de la banda sonora de Nino Rota para el Casanova de Fellini, y tan contentos. Uno no sabe cuál de las actrices se lleva la palma en lo tocante a histeria e histrionismo, pero entre la Davis y la Barranco anda la cosa. A evitar.
A medio camino entre lo almodovariano, el mundo de Woody Allen, y las comedias de enredo de toda la vida, está Tardes de Gaudí, para mi gusto, joya infravalorada, y por desgracia totalmente desconocida para muchos/as.
No contaré mucho de la trama, ya que el argumento está lleno de sorpresas, y creo que se disfruta más la cinta si uno se sienta a verla sin saber muy bien de qué trata, y va descubriendo el pastel a medida que avanza. Es una historia tan divertida como alocada, con un trasfondo muy humano y me atrevería a decir que transgresor (la película es del año 2001).
Cassandra (Judy Davis), como reflexiona en las últimas líneas del film, no cree ni en cambios radicales ni en catarsis repentinas, pero sí cree que podemos, poco a poco, avanzar en la dirección correcta. Al principio de la película, ella lleva una vida aburrida, y se siente estancada, tanto profesional como personalmente. Toparse con una serie de extravagantes personajes la meterá en un buen lío, pero también la hará descubrir cosas de sí misma y recuperar la vidilla que parecía haber perdido. Se trata de un viaje de autodescubrimiento, bañado con buen humor, intriga y mucho entretenimiento. Que un film se te pase volando es algo que no ocurre habitualmente.
Otros dos puntos a favor: la preciosa localización (la siempre bonita y cinematográfica Barcelona), y el maravilloso reparto (la espectacular Judy Davis como protagonista, Marcia Gay Harden, Lili Taylor, Juliette Lewis, y la divertidísima María Barranco, mano a mano con las americanas).
No entiendo ni la baja nota media de la película ni las malas críticas. A mí, desde luego, me ha encantado.