Talk to Me
Sinopsis de la película
A mediados de los sesenta, en Washington, Petey Greene Jr. (Don Cheadle), un exconvicto convertido en inigualable locutor de radio, conmociona a todo el país. Gracias a Dewey Hughes (Chiwetel Ejiofor), director de programas de la WOL-AM, Petey afronta su inexperiencia y se convierte en un icono de la radio, superando en popularidad a disc-jockeys como Nighthawk (Cedric The Entertainer) y Sunny Jim (Vondie Curtis-Hall). Pero los ácidos comentarios sociales de Petey pronto pondrán en aprietos legales al dueño de la emisora, E.G. Sonderling (Martin Sheen). Petey fue una figura determinante como voz de la comunidad negra durante ese turbulento período de la historia estadounidense. Sus programas, llenos de humor y vitalidad, arrastraban a una audiencia que nunca había oído hablar de esa manera sobre los conflictos raciales.
Detalles de la película
- Titulo Original: Talk to Me
- Año: 2007
- Duración: 118
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Opinión de la crítica
6.6
31 valoraciones en total
Las películas donde sólo actúan actores negros (o latinos) me producen cierto reparo, procuro entender a sus productores dedicados a denunciar la terrible discriminación que han sufrido en manos del sector blanco de la población, aunque también se hacen concesiones para llegar con exclusividad a ese sector del público, que en el caso de los Estados Unidos, esas minorías cada vez son más importantes e influyentes. Don Cheadle revive para la pantalla la historia de un ex presidiario que desde la radio es capaz de interpretar los sentimientos, anhelos y esperanzas de la población negra en la época donde Martin Luther King vino a representar la voz de los que no tenían voz. La película no deja de ser emotiva por momentos aunque en su conjunto se quede en el promedio.
Un día de 1960 un joven afroamericano, versado en todo tipo de drogas y bien cualificado para la delincuencia, cometió un atraco a mano armada. Nunca hubiera podido imaginar que aquel delito, además de llevarlo a la cárcel, supondría el primer paso hacia su conversión en uno de los líderes sociales más importantes de la comunidad negra de la historia reciente de EE.UU. Durante su estancia en la prisión de Virginia, este joven, llamado Petey Greene, pudo desarrollar su talento para seducir a la gente. Primero lo hizo con sus compañeros de prisión. Cada día, durante veinte minutos, se le permitía dar rienda suelta a su lenguaraz verbo y ejercitarse como pinchadiscos a través de la megafonía de la cárcel. La condena de 10 años le fue conmutada por libertad condicional, y en Washington, su ciudad natal, tuvo lugar la metamorfosis.
El recorrido de dicha trasformación es lo que se relata en Talk to me. Película desbordante, arrolladora, cargada de intensa vitalidad.
En plena efervescencia de la década de los sesenta, con los ánimos dispuestos a cambiar el mundo, la población negra de EE.UU. quería también hacerse oír. Entonces la radio seguía teniendo un enorme poder de difusión, y Petey, sin pretenderlo, convirtió su voz en un poderoso instrumento de movilización de masas.
En la cinematografía estadounidense, se puede considerar casi como un subgénero, dentro del biopic, las historias del nacimiento de un líder. Un título más reciente, Me llamo Harvey Milk, retrata el proceso de otro joven hasta llegar a ser uno de los primeros abanderados del movimiento gay. Sin embargo, este filme, aunque correcto y con una excelente interpretación de Sean Penn, es convencional y plano. Mucho más interesante es el tratamiento dado al protagonista biografiado aquí, porque junto a la ebullición social de aquella época, incluido el trauma causado por el asesinato a Martin Luther King, se describen también los cambios interiores de Petey, con sus claroscuros, que le ocasionan los acontecimientos externos. La directora, Kasi Lemmons, consigue imprimir un ritmo ajustado, incluso al variar de tono no lo deja caer y nos lleva, sin dejarnos pestañear, desde la ácida comicidad hasta un dramático y palpitante tiempo histórico. Trabaja con material de primera. Unos actores sobresalientes: Don Cheadle encarnando al excesivo Petey, Chiwetel Ejiofor como Dewey Hughes, descubridor del carisma del ex convicto, el siempre interesante Martin Sheen y un restante acertado reparto. El guión, salpicado de diálogos cáusticos e hilarantes. La banda sonora, imprescindible.
Sorprende que siendo un filme accesible a un público mayoritario, con interpretaciones oscarizables y estrenado en el Festival de San Sebastián, su distribución posterior en España haya sido tan nefasta. Solamente 1633 espectadores han pasado por taquilla.
Notable, notabilísima película protagonizada otra vez maravillosamente por Don Cheadle y dirigida por el hasta ahora casi desconocido Kasi Lemmons. Ambientada en el Washington D.C. de mediados de los sesenta, recrea la vida de uno de los personajes radiofónicos más importantes e influyentes de norteamérica, Petey Greene Jr.
Ambientada de una manera excepcional y regada con una música esquisita (como no podía ser de otra manera), tiene la virtud de entrelazar desde su comienzo el carácter dramático y a la vez cómico de este enorme personaje. Cuentan quienes lo escucharon y quienes lo conocieron que fue un tipo carismático, hilarante, controvertido, atormentado, pasional, elocuente, auténtico y real. Y precisamente eso es lo que hace Don Cheadle en su interpretación. Refleja fielmente y en cada escena cada una de estas características. Perfectamente acompañado por Chiwetel Ejiofor vuelve a demostrar que, sino es el mejor actor de color del momento poco le falta. Son ya muchos trabajos buenos seguidos para no tenerlo en cuenta.
Todo esto además incrustado en unos años tremendamente importantes en la historia de los Estados Unidos, con la muerte de Martin Luther King y sus posteriores consecuencias, los movimientos pacifistas del momento y con la lucha por los derechos civiles de fondo, completan una cinta muy entretenida, atractiva y sin duda una de las mejores del año.
Film emocionantísimo, con una gran Don Cheadle (como nos tiene acostumbrados) y un grandísimo Chiwetel Ejiofor que está revelándose como un actor de órdago.
La presencia blanca en la cinta, personalizada en Martin Sheen, ayuda a quitar el tapujo de ser cine sólo para negros (y amplía el mercado estadounidense).
El papel de Ejiofor, como blanco metido en la piel de un negro es tremendo, sobre él y no sobre Cheadle ronda la trama. Eso si, es Don Cheadle quién aporta las dosis de humor y la agilidad en el diálogo.
Por lo que cuenta y como lo cuenta, y sobretodo por la caracterización de los personajes, de las mejores de su año.