Swallowtail Butterfly
Sinopsis de la película
Ambientada en un decadente barrio futurista de Tokio, Yentown. Después de que fallezca su madre, una prostituta se hace cargo de la hija de ésta, dándole el nombre de Mariposa. Comenzará a trabajar para un negocio por el que pasan todo tipo de despojos sociales…
Detalles de la película
- Titulo Original: Suwarôteiru (Swallowtail Butterfly)
- Año: 1996
- Duración: 148
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Opinión de la crítica
Película
6.7
100 valoraciones en total
Otro de mis múltiples descubrimientos de un Festival de Sitges. Esta película la vimos como un relleno con posibilidades para ocupar unas horas en un día de sobredosis de sesiones.
No os engañaré, esperaba ver una película japonesa y poco más. Creo que ese día tenía puestas mis expectativas en otras películas que competían en Sección Oficial, pero al llegar las 02.00 de la madrugada y después de haber visto 4 películas la ganadora en mi ranking era Swallowtail. No me acuerdo que otras películas vi aquel día, sin lugar a dudas la única que se grabó a fuego en mi memoria fue esta.
Creo que es una película en lo que nada destaca brillantemente pero que todas sus partes, historia, dirección, actores que por separado están bien o simplemente son aceptables, al juntarse consiguen que el todo sea GRANDE.
La película te engancha, con un ritmo variable y nada monótono, se sigue por momentos con dificultad, pero eso no desmerece, todo lo contrario. La historia no es lineal y ya me está bien pero comprendo que no a todo el mundo guste y que hasta incluso confunda.
La trama lo tiene todo, denuncia social, drama, comedia, acción, violencia, ternura, …, o sea que condensa en dos horas y pico la vida real. Lo tiene todo pero reunido de forma creíble, para nada se trata de un aglomerado de anécdotas o situaciones. Es redonda de principio a fin. Se trata de una trama muy crítica con nuestra sociedad, asombrosamente fiel a la situación de los inmigrantes y de la vida en los múltiples ghettos que se pueden encontrar en cada gran ciudad del mundo.
Más aún, destaca que la vida es dura y cruel pero que en fondo el espíritu humano está por encima de todas las desgracias y es más fuerte que todas ellas. ¿Película con moralina?, os preguntaréis, pues no. Simplemente una historia muy buena. Me quito el sombrero. Película muy buena, realmente buena!.
Para acabar solo decir que para intentar promocionarla desde este humilde púlpito (se lo merece) solo os diré que todo el que la vea, creo que encontrará algo que le haga meterse en la película. La historia se puede enfocar desde diferentes puntos de vista y como dije, cada uno destacará uno u otro. Nunca me ha gustado intentar dogmatizar ni parecer suficiente y pedante, pero realmente es una película que si se tiene la posibilidad de ver, sería un pecado no hacerlo. Vedla y disfrutadla!.
Es verdad que tiene un gran poder de atracción desde el inicio y que es difícil escapar, aunque sepas que son más de dos horas y que el nivel de extravagancia en ese inicio sugiere un camino duro hasta el final. Ya esa voz en off introductoria nos coloca en una sociedad imaginada con muy mala leche, con una pobreza al margen de la ciudad que funciona gracias al flujo de inmigrantes en busca de dinero. A partir de ahí, se tejen varias tramas alrededor del personaje principal, una niña que es casi una mujer que durante toda la película interactúa con una buena cantidad de secundarios a cual más raro.
Desconcierta a menudo y es muy sugestiva en según qué momentos, pero lo más grave es que es fácil perderse y no entender qué ha pasado justo delante de tus ojos. Entiendo que es una película que escapa de toda lógica, que la imaginación tiene la batuta y que todo cabe, pero es muy fácil perderse. Me ha recordado al peor Terry Gilliam, cuando todo es posible y a la estética recargada se le suman movimientos rápidos de cámara con exceso de temblor.
No se la recomendaría a nadie porque creo que peca de exceso de espesura, tal vez demasiadas extravagancias. Ignoro si en Japón tuvo el éxito que en occidente no tuvo, pero tengo muy claro que el cine oriental funciona de otra manera, que late de otra manera y que en especial los japoneses van en miles de direcciones a la vez, lo prueban todo y hacen cosas mil veces más raras que lo que se hace fuera de sus fronteras.
El éxito de Love Letter (1995) inició una pequeña fiebre Shunji Iwai en Japón, provocando un descubrimiento de su obra anterior con el estreno de la estupenda Fireworks (1993) en salas japonesas y la recuperación de Picnic, estrenándose en cines con dos años de retraso, en 1996. Mientras tanto, Iwai preparaba su nuevo film, un proyecto muy ambicioso que se adentraría en terrenos muy diferentes a Love Letter.
Swallowtail Butterfly (1996) es una única y personalísima aproximación a la ciencia ficción y al subgénero de las utopías sociales, siempre tan interesante cuando se trata con mimo. Un film, como ya he dicho, ambicioso y que destaca por una aglomeración de contenido y pequeñas tramas incommesurable y que trataré de resumir lo mejor posible en la siguiente sinopsis.
La trama tiene lugar en un futuro cercano, en un Japón ultra industrializado y poderoso, convertido en la tierra prometida de inmigrantes de paises vecinos (la mayoría procedentes de China). La historia toma como punto de partida el descubrimiento del cadáver de una mujer a las afueras de una gran metrópolis (que bien podría ser Osaka o Tokyo), dentro de un suburbio llamado Yentown, lugar donde conviven todos los inmigrantes ilegales en pésimas condiciones.
La hija de la mujer encontrada muerta queda desamparada, siendo más tarde adoptada por una particular prostituta, Glico, la cual sueña con ser cantante. La normalidad desaparece cuando uno de los clientes yakuza de Glico, muere en su piso. Mientras los amigos de Glico tratan de hacer desaparecer el cuerpo del yakuza, encuentran dentro de sus intestinos una cinta de casete: es una grabación de My Way de Frank Sinatra. Aunque contiene otra utilidad: la cinta tiene claves para falsificar Yens.
Swallowtail Butterfly es una obra inclasificable, puede ser un drama o un film de acción (muy influenciado por el cine de Hong Kong de la época), un thriller futurista o una historia del paso de niña a mujer por parte de la fémina protagonista.
Iwai se aparta de su estilo visual más característico hasta entonces, apostando por unas formas sucias, con grano y una marcada y oscura atmósfera visual (casi todo rodado con cámara en mano).
La película destaca por varias razones: su ambientación, en el ficticio barrio de Yentown, presenta la imagen de un Japón industrializado, pobre y degradante (con las drogas, la prostitución y el crimen campando a sus anchas), muy interesante. El barrio de Yentown sirve para hablar y explorar algo tan llamativo como es la xenofobia en Japón y la marginación de la inmigración entre otras minorías.
El nombre Yentown lo usan los japoneses (en la cinta) para hablar despectivamente de dicha comunidad. Comunidad, cual gueto, donde conviven multitud de etnias con el barullo de idiomas que eso supone (hay momentos que en una misma frase se mezclan hasta 3).
Una ambientación asombrosa y realista de la vida en estos suburbios (y que se pueden encontrar en toda gran ciudad) sirviendo así de aguda crítica social. Pese a lo frío y violento de los hechos que relata la trama, el film respira constantemente un aire de ternura y humanidad en sus personajes que resulta conmovedor y la hace destacar por encima de otros productos similares.
Para poner un poco de orden entre todo el conglomerado de diferentes tramas (el éxito musical de Glico, la apertura de un local de copas en Yentown, los mafiosos que buscan la cinta de marras…), Iwai (y el espectador) sigue en todo momento al personaje de Ageha (que significa mariposa en japonés y cuya imagen es usada como símbolo del florecimiento y paso a la adultez del propio personaje), la chica (interpretada estupendamente por Ayumi Ito) huérfana y posteriormente adoptada por la prostituta Glico.
Tras Picnic (1996), la cantante Chara vuelve a ponerse a las órdenes de Iwai, interpretando en esta ocasión a la prostituta Glico, un personaje desamparado y repleto de sueños e ilusiones incumplidas (como la mayoría de habitantes de la ficticia Yentown), realizando una interpretación destacable y repleta de matices.
Hiroshi Mikami interpreta a Feihong, compañero de fatigas de Glico y con las mismas ambiciones de prosperar de entre la inmundicia abriendo un local nocturno que le proporcionará demasiados problemas y un trágico destino. Tadanobu Asano (ya un habitual con Iwai) vuelve a aparecer, aunque en esta ocasión realizando un simpático cameo.
Nos encontramos, en definitiva, con un film único en su especie, con una enorme variedad de tramas de rico contenido (teniendo cabida cualquier género) y que, por imposible que parezca, el conjunto final funciona aunque no logre evitarse cierto desconcierto y exceso.
Toda la trama en la que un mafioso chino de larga cabellera (más duro que nadie pero tierno de corazón) se carga a todo aquel que se ponga por delante para recuperar el casete de jugosos secretos, así como esa pareja de espías/agentes secretos que intentarán pararle los pies, es muy deudora de los thrillers de acción de Hong Kong, y quizás es el tramo menos personal y más confuso.
Pese a estas momentáneas sensaciones de barullo, Swallowtail Butterfly es del todo inclasificable y que se antoja personal, sensible, extravagante y única. A veces fría, a veces violenta, mayormente tierna y muy humana aportando grandes dosis de atrevimiento, realidad y crítica social.
I did it my way… como reza el clásico My Way, protagonista de algunos de los mejores momentos de la presente cinta.