Surcadores del cielo (The Sky Crawlers)
Sinopsis de la película
Imaginemos un tiempo actual alternativo en el que al fin se ha instaurado la paz. Sin embargo, para que esta situación sea sostenible, es necesario que se desarrolle una guerra que puede ser contemplada como un espectáculo por televisión. Los pilotos que luchan en este crudo montaje son niños inmortales que responden al nombre de ‘Kildren’. Parábola sobre el mundo moderno, en el que la juventud ha perdido todo tipo de esperanzas, con un fuerte y necesario discurso político, The Sky Crawlers está basada en la exitosa novela homónima de Hiroshi Mori, que cuenta con 5 volúmenes.
Detalles de la película
- Titulo Original: Sukai kurora (The Sky Crawlers) aka
- Año: 2008
- Duración: 122
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Opinión de la crítica
6.3
22 valoraciones en total
Dos grandes empresas equipan fuerzas aéreas para que combatan entre sí y sirvan de espectáculo a las masas, en esta falsa guerra, niños-robots que no crecen nunca, combaten y mueren.
Los personajes son fríos y profundos, humanoides que no transmiten nada, que rien sin alegría y no lloran cuando sufren. Esa actitud de alejamiento hace que no te involucres emocionalemente en la película, pero reconozco que son elegantes.
Los combates aéreos son espectaculares, es lo más cercano que he visto jamás a lo que debió ser durante la Segunda Guerra Mundial: ni películas, ni juegos, ni mi imaginación pueden acercarse a cómo se muestran estos combates en la película.
El diseño de los aviones es impresionante. He identificado híbridos de FW-190 D9 con Mustang, Dornier 355 con Kyushu J7W2, Heinkel 219 con motor trasero…
Lo peor de la película es que no engancha a pesar de su belleza
A pesar de la deslumbrante puesta en escena de la animación 3D, y las espectaculares batallas aéreas, lo que más me ha impactado de esta genial obra de animación ha sido la narrativa y la estructuración de los personajes.
Simplísimos en apariencia, incluso en animación (2D) frente al altísimo detalle de los escenarios y escenas de acción (3D), los silencios de los protagonistas de esta historia, y la falta total y absoluta de emociones y diálogos entre ellos, los hace casi parecer robots, inundando de misterio todo lo que les rodea.
Con la oferta infinita disponible en salas de historias típicas, diálogos profundos, thrillersacelerados, sobredosis de héroes y moralina, saturación de lo mismo una y otra vez, esta joya japonesa brinda una tranquilidad y una paz a mi retina, a pesar de sus batallas aéreas, tras lo cual no puedo más que agradecer infinitamente a Mamuro Oshii su atrevimiento.
Gracias, mil gracias. Que sigas haciendo joyas como ésta.
Cuando me paro a ver una película anime siento siempre que hay tres cosas que me faltan. La primera es que los personajes se desarrollen por completo, porque en estas películas se ofrece un amplio abanico de posibilidades místicas al principio que algunas veces quedan algo vacías. La segunda es que no se toque el apartado trascendental, no quiero decir con esto que sea un hombre simple pero la verdad es que todo el anime que he visto parece trascender a cotas filosóficas que para los mundanos espectadores que quieren pasar el rato a veces resultan algo tediosas de seguir. La tercera y quizá mas habitual (ya que las otras dos no son siempre así) es que los finales se desinflan como si las películas anime fuesen globos que comienzan casi a punto de reventar y finalizan sin fuerza ni aire en su interior.
Esta reflexión transcribe quizá lo que podemos encontrar al ver Surcadores del Cielo. Quizá sea que casi siempre en las películas anime nos encontramos con adaptaciones de extensos tomos de comic que son difíciles de reflejar en hora y media de cinta, pero el caso es que en esta película falta un poco de todo. Partimos de la base de que si uno no se lee la sinopsis no se entera de nada, porque eso de que nos encontramos ante un universo alternativo en el que no hay guerras no es mencionado por ninguna parte. Que los chicos no mueren si es mencionado pero de forma esquiva, como dejando ver que pueden morir, que igual no y por no dar mas detalles de la trama diré que las cosas que el protagonista descubre no quedan nada claras. Es como si la película se esforzase por no afirmar con contundencia nada para que uno se haga a la idea de lo que quiera. Incluso el final en en si incomprensible, con una escena previsible de lo que el protagonista tenía que acabar haciendo, pero con una idea quizá remota de lo que el director quiere expresar con su desenlace.
En fin, por no extenderme mas en ambigüedades (ya que es difícil comentar la película sin desvelar la trama) diré que es una película de técnica muy correcta pero de argumento muy pobre en el que si hay un idea de fondo pero porque la sinopsis nos la indique y las posteriores interpretaciones críticas basadas en comentarios del director, pero no porque el espectador llegue a ella. Es muy bonito decir que el tema principal es el amor, o la desigualdad, o cualquiera que uno quiera imaginar, pero si la película una vez vista no lo transmite, sencillamente se vuelve un intento banal de arte cubista vanguardista de esos en los que no sabes si estas viendo una obra de arte o un dibujo de tu primo de tres años, pero que como al pintor le da por decirte que es (sin tu poder adivinarlo de ningún modo ya que es una mancha roja en un lienzo blanco) pues tienes que sentirte realizado.
El gran genio Mamoru Oshii (autor de otras obras maestras como Ghost in the Shell) nos trae una verdadera obra de de arte. Todo en ella es sublime, desde la genial Banda Sonora de otro fuera de serie, Kenji Kawai, que le viene como anillo al dedo, hasta el apartado visual, con unos paisajes sublimes, un color apaciguante y una acertada mezcla de la animación 2D con la animación digital 3D, que fluyen en perfecta armonía, pasando por una perfecta trama, unos personajes, que aunque sencillos, son exquisitos y un profundo debate metafísico y filosófico en general.
Los personajes que se nos presentan aparecen totalmente deshumanizados y melancólicos, envueltos en una guerra tan larga y absurda, que llegado el momento, no se sabe por qué se está luchando, simplemente se lleva a cabo porque en palabras del protagonista, es su trabajo. Esta angustia metafísica se hará cada vez más acuciante con el desarrollo de la trama.
Nos ofrecerá una interesante reflexión sobre la paz y la guerra, así como la vida y la muerte, y la niñez y la adultez. Hay sentimientos, ideas y muchas cosas. Todo ello expresado con incesantes silencios, bellas imágenes, emotivos temas, por alguna frase en concreto de un personaje, etc…
La película en sí, es una metáfora sobre la adolescencia, aquella edad en la que se nos da todo y sentimos que quieren todo de nosotros, aquella edad en la cual tenemos mayor necesidad de mirar al cielo.
Por supuesto, una película así tiene que tener un pero, y lo tiene. La película, es bastante larga, y salvo por las (escasas) escenas de combates aéreos, el ritmo es bastante lento, y aunque a mi no me sucedió, algunas partes se antojan pesadas, haciendo que sea bastante difícil para el espectador. Aun así, la paciencia tiene su premio, ya que a medida que la película va avanzando iremos entendiendo todo lo que al principio parecía caótico o sin sentido, hasta que al final todo encaje como el mejor de los puzzles.
Lo cierto es que se trata de una película, que difícilmente se puede contar con palabras, ya que los sentimientos que transmite sólo se pueden expresar con la plena visualización de la misma. Así que nada de lo que aquí aparezca debe alentarte o desalentarte a la hora de verla, simplemente tienes que juzgar por ti mismo.
Muy Recomendable para todos los que buscan en el cine, algo más que una mera sucesión de imágenes en movimiento, y para, como no, los amantes de la ciencia ficción. Para todo aquel, que busque una película de acción frenética, probablemente no acabe la película y la deje a medias…
Con una historia de corte clásico que nos remite inmediatamente a esa época por la austeridad de sus diálogos y el pulso de sus imágenes, Mamoru Oshii, autor de tan grandes cintas como Ghost in the Shell abre ésta The Sky Crawlers logrando una total compensación entre el estilo impreso desde buen comienzo y una animación prácticamente de lujo, donde destacan unos fondos geniales, una conjunción del 2D y 3D perfecta y la delicadeza con que cada instante está transportado a la pantalla.
Sus personajes son el ingrediente principal de la película, no sólo por contener unas caracterizaciones tan trabajadas como excelsas, sino por hacer de todas sus relaciones un punto verdaderamente sólido sobre el que apoyarse para que todo se desenmarañe con una sencillez aplastante. La sencillez de sus situaciones, la sencillez de sus diálogos, la sencillez de sus reacciones, cosa que la hace tremendamente auténtica.
Tampoco hay que obviar los tintes con que Oshii salpica esta historia tan trágica como, por momentos, cálida, desgranando a cada paso un relato de autodestrucción, no sólo encuadrado en el rol de su protagonista femenina principal, sino también en el propio contexto de aquello que se nos narra, de esa épica batalla que pierde la susodicha épica cada vez que hablan sobre ella y exponen las aplastantes causas y consecuencias que la mantienen aún viva.
Por desgracia, y como ya le sucediera hace unos años con Ghost in the Shell II: Innocence , Oshii se pierde en un metraje mucho más cuantioso que en aquella, y termina agotando todo el aire de su propuesta, blandiendo argumentos inteligentes, pero dejando demasiado espacio para que respiren y uno ni siquiera se pueda empapar con ellos.
Salpicando una cinta, pero nunca bañándola de la prodigiosidad de unos razonamientos verdaderamente brillantes. En definitiva, desaprovechada.