Suc de Síndria (C)
Sinopsis de la película
Bárbara (Elena Martin) y Pol (Max Grosse) pasan unos días de vacaciones con un grupo de amigos en una casa rodeada de naturaleza. Quieren pasar un buen rato y encontrar un espacio tranquilo donde puedan disfrutar de su intimidad. Con el apoyo de Pol, en medio de la naturaleza, entre lágrimas y risas, Bárbara curará viejas heridas y redefinirá su sexualidad.
Detalles de la película
- Titulo Original: Suc de Síndria (S)
- Año: 2019
- Duración: 22
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Opinión de la crítica
Película
6.5
75 valoraciones en total
Llevo mucho sin escribir críticas en esta página, pero me parecería muy injusto que la única valoración escrita de un buen corto aquí fuese la de alguien que lo desprecia. Dejo mi opinión por si alguien más se identifica con una impresión más positiva.
Primero de todo, el efecto sorpresa, como en todo corto, supone un elemento importante en la narración. Si ves el film sabiendo el tema clave de la historia es algo que puede impedirte un poco (o no) disfrutar de la misma.
Lo segundo, no creo que la metáfora del miedo del chico respecto al de la chica suponga una banalización. El cine es hablar con imágenes y las propias imágenes cobran fuerza a través de las metáforas. La metáfora del miedo me parece muy acertada. Obviamente, no es un miedo comparable el de ambas personas, pero en ningún tramo de la historia me parece que se equiparen lo más mínimo.
Por último, lo que más me ha gustado de la obra ha sido la auténtica perspectiva femenina presente en la misma, esto mejor lo explico en el spoiler. La peli me transmite la sensación de que el punto de vista de la autora enriquece una obra que tradicionalmente habría concluido en un alegato sensacionalista a mitad film.
No existe una fórmula mágica para superar los traumas. Tampoco una tabla orientativa por categorías, aunque muchos jueguen a formular soluciones psicológicas, e incluso psiquiátricas. Cada persona es un mundo y el afectad@ sabe mejor que nadie, o al menos lo intuye, cómo actuar y si necesita ayuda o lo afronta como un reto personal.
Nos pasaremos de listos, como algún coleguilla de Bárbara y Pol, y algún cítrico de FA, si decimos a quien está padeciendo, lo que nosotros nunca hemos sufrido, qué hacer, cuándo y dónde.
Es tan delicada la intervención en los cortacircuitos que impiden ejercer una vida plena, que se necesita la mano experta de un artificiero solo para contarlo. Está ahí, a mi parecer, el mérito de Irene Moray, en el uso de sensibilidad y paciencia, para que la pareja herida cure los males que ni siquiera el amor puede aliviar.
El corto es hermoso, denota una sensibilidad única, le da a la protagonista la posibilidad de negociar su sexualidad con todo lo que ella significa para una masculinidad que sostiene (por momentos se siente amenazado, por momentos empatiza). Sin embargo, la protagonista finalmente persigue como fin único el correrse. SU sexualidad será plena y completa una vez que se corra. Deconstruye mucho, pero va a los cliches, y reproduce un cliché muy típico: una vez que te corras serás feliz. La sexualidad es mucho más amplia, y medirla en cantidad de orgasmos es parte de la misma lógica androcéntrica. A rever eso!
Cuidada fotografía para una historia intimista. Tocada con sensibilidad. Como un nocturno de Chopin.
Lo mejor con mucho la matizada interpretación de su protagonista, Elena Martin. Por sus matices interpretativos: Dota de credibilidad su personaje. Inmensa capacidad para pasar del llanto a la risa. Transmitir ternura y una sensualidad conmovedora y adolescente. Mostrando un trauma, con sutileza y espontaneidad.
Lo peor para mí. El diálogo de la amiga comparando:
Si te dicen guapa o un piropo por la calle, vamos, es igual que si te tocarán una teta .
Dialéctica del feminismo retrógrado que algunas corrientes venden.
Rodada en la localidad de Berga.
La impresión inmediata que recojo después de ver el corto es la de observar un prado pasado por un filtro soft de Instagram.
A mí parecer, el tono de la pieza -tanto a nivel plástico como a nivel rítmico- emula una estética que ha estado en boga estos últimos años, pero que no consigue trascender la superficie para llegar a profundizar en un lenguaje propio y personal. Tampoco profundiza en el núcleo temático de la pieza, y pasa de puntillas sobre clichés de género.
Por otro lado, no consigue despertar la curiosidad suficiente que te pide seguir mirando. No lo hace ni con el conflicto de la pieza, ni tampoco con los personajes. Todo es plano.
Cabe destacar la complicidad que existe entre los protagonistas, es evidente que han sido o son un pareja en la vida real. Y digo es evidente, porque es un logro que solo aparece en los protagonistas, no traspasa a los personajes secundarios, que responden a tópicos y son completamente funcionales. La dirección de actores cojea, y es la complicidad de Elena y Max, la que salva el corto.
A nivel técnico de montaje, parce que falte algún plano, porque hay momentos en que los planos no montan juntos, chocan. También se percibe una ruptura estética entre los momentos en grupo y los momentos solos que no acaba de funcionar, parece que estemos viendo cortos diferentes.
Leyendo otras críticas, me sorprende bastante que se hable de una giro de la trama, cuando lo que se desvela ya se está precipitando desde el principio, a base de clichés.
Aun así, hay algo que me parece brutal del corto – y por eso le pongo un 6 y no un 3. Espero que este sea el motivo por el cual ha recibido tantos premios, porque sinó yo ya no entiendo nada del arte.