Stemple Pass
Sinopsis de la película
Ted Kaczynski, filósofo, matemático y neoludita (enemigo del progreso informático), se hizo conocido por el seudónimo Unabomber. Años antes de empezar a mandar sus dieciséis cartas bomba (entre 1978 y 1995), se mudó en 1971 a una cabaña sin luz ni agua corriente, aislada de casi todo, en Lincoln, Montana. En Stemple Pass, James Benning lee en off escritos de Kaczynski sobre múltiples temas, como la cacería de animales y su preparación, diatribas antitecnología, reflexiones sobre la soledad, planes de asesinato. La voz irrumpe mientras contemplamos el magnífico encuadre de una cabaña en las montañas. Stemple Pass está hecha de cuatro planos, todos de treinta minutos de duración y todos con el mismo punto de vista. Cada plano corresponde a una estación. El paisaje, claro, cambia notoriamente con el clima, mientras cambia nuestra percepción gracias a la invitación de Benning a mirar, escuchar y pensar. En Stemple Pass, el cine lógico, ordenado, metódico y radical de Benning nos enfrenta a las confesiones de una mente terrorista. A su manera, Stemple Pass es un subyugante thriller político. (extraido de BAFICI.gob.ar)
Detalles de la película
- Titulo Original: Stemple Pass
- Año: 2012
- Duración: 121
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Opinión de la crítica
6.9
43 valoraciones en total
Considerado el cineasta experimental de mayor reputación en los Estados Unidos, la trayectoria de James Benning se ha destacado por su peculiar tratamiento del paisaje americano. Alejándose de las tradicionales visiones románticas, que priman lo pintoresco y lo sublime y lo conciben como algo trascendente y atemporal, sus producciones estudian los distintos procesos de inscripción y transformación al que este se ha visto sometido a lo largo de la historia. A través de soluciones formales relativamente simples (la toma fija de larga duración, el sonido sincrónico y el uso de textos propios y ajenos), Benning construye piezas rigurosas pero gratificantes, que premian al espectador dispuesto a adoptar la disciplina de mirar siempre aquello que ha de ser visto. Conviene recordar que esta era una de las máximas de Henry David Thoreau y que, además de a un nivel metodológico y epistemológico, su compromiso con el filósofo de Concord es también significativo en el plano ético y político. La articulación más concreta de estos vínculos es el proyecto Two Cabins, en el que de manera arriesgada y provocadora yuxtapone a uno de los santos más reverenciados del panteón americano con una de las figuras más oscuras y enigmáticas de la historia de la historia reciente: el matemático y ecoterrorista Theodor Kazcynski, más conocido como el Unabomber.
Stemple Pass, una de las películas resultantes de este proyecto, toma su nombre del área en el estado de Montana donde Kazcynski vivió durante casi 20 años tras abandonar una prometedora carrera como académico y en la que permaneció hasta su detención en 1996. A través de un ciclo estacional, compuesto por cuatro planos estáticos de media hora cada uno, y de la lectura de textos procedentes de los diarios de Kazcysnki, que uno de sus amigos adquirió en una subasta por 43.000 dólares, Benning construye un dispositivo audiovisual que renuncia a toda pretensión edificadora o moralizante. En este sentido, Stemple Pass conjura activamente las pretensiones del documental como mera presentación de la realidad, readaptándolo como herramienta de intervención crítica, que niega la posibilidad de un grado cero de la imagen y el texto, impeliendo al espectador a hallar sus propias coordenadas. La variedad temática de los fragmentos leídos y su contraste con las imágenes en pantalla son susceptibles de evocar una serie de estados contradictorios, que van desde la simpatía y el reconocimiento hasta la repulsión más absoluta, reflejando distintas etapas de la trayectoria vital e intelectual de Kazcysnki, en los que sus tensiones internas se hacen patentes.
Benning se muestra ante todo interesado en ejercer distintos de manipulación formal que, lejos de fomentar una falsa transparencia, dejen un rastro inconfundible de las operaciones materiales y conceptuales que el cineasta lleva a cabo. El hecho de que la propia cabaña no sea ni tan siquiera la original de Kazcynski, sino una copia hecha por el artista y en la que él mismo se encuentra durante la grabación, resulta sintomática con respecto a su enfoque. Los procesos de construcción y ensamblaje que Benning acomete, capaces de producir tanto una cabaña como una película, ofrecen un interesante ángulo sobre el problema histórico de la relación entre hombre y naturaleza: aunque sea en condiciones primarias o despojadas, habitar en ella implica ya su transformación y la reproducción de ciertas divisiones y estructuras que hacen imposible disolver la barrera entre sujeto y objeto. Trabajando de manera precisa con las condiciones del entorno perceptual, las dislocaciones entre imagen y sonido y con la temporalidad de la mirada, la película opera así un profundo cuestionamiento de la naturaleza como depositora de una verdad esencial y primigenia e investiga las dicotomías que ciertos sistemas ideológicos y culturales proyectan sobre ella (sujeto / objeto, naturaleza / individuo, activista / terrorista).