State and Main
Sinopsis de la película
No pudiendo rodar en New Hampshire, el director de cine Walt Price decide trasladarse a una pequeña ciudad, en el estado de Vermont, al enterarse de que allí hay un viejo molino, elemento indispensable para la película. Todo parece perfecto: los vecinos están ansiosos por participar como figurantes y mezclarse con lo más brillante de Hollywood.
Detalles de la película
- Titulo Original: State and Main
- Año: 2000
- Duración: 102
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Opinión de la crítica
Película
6.5
20 valoraciones en total
El excepcional director y guionista David Mamet arremete aquí con una sátira descarada, ácida sobre los lugares comunes de Hollywood y las películas.La acción se desarrolla cuando en un pequeño y tranquilo pueblo llegan a rodar parte de un film medieval un grupo de insoprtables e histéricos directos de Hollywood.
A medida que se van instalando los problemas aparecen a granel, desde enriedos financieros, amorosos y hasta políticos. Todas estas situaciones son trabajdas de manera maravillosa tanto por la mano de Mamet en la dirección así como el excelento guión que sabe combinar las críticas directas hacia Hollywood, como las situaciones en el pueblo que trastornan a algunos.
Todo esto apoyado de un humor fabuloso, lleno de citas realmente magistrales. El elenco es impresionante pero son Hoffman, Macy,Baldwin, Parker y la maravillosa Rebecca Pidgeon los que descuellan y hacen únicos sus momentos creando a sus irritantes personajes. Muy recomendable film, comedia inteligente al fin.
Planteada como una sátira del mundo del cine, David Mamet nos cuenta en State and Main las andanzas de un equipo de rodaje en un pequeño pueblo al que se han visto obligados a trasladarse por falta de presupuesto.
Como idea, State and Main es perfecta para explotar el contraste entre los cineastas urbanitas y los pueblerinos, entre los acelerados miembros del equipo de rodaje y los aletargados rústicos. El resultado es una película simpática, divertida, con su chispa de acidez, y con unas grandes interpretaciones como las de William H. Macy y Philip Seymour Hoffman. Sin embargo, no puedo evitar pensar que el argumento se podría haber explotado un poco más, y que la sátira podría haber sido un poco menos inofensiva, que de verdad podría haber sido una película con muy mala leche. El último tramo se siente un poco desmañado y forzado, y hace que la película pierda cierto interés. Al final, lo que nos queda es un film divertido, con grandes diálogos, con personajes construidos desde una óptica casi caricaturesca que a buen seguro nos mantendrán con una sonrisa permanente en el rostro. Le falta una mano más de pintura para romper con su tono un tanto monocorde y dar al espectador un poco más de carnaza.
Me resulta chocante y penoso que la Crítica haya catalogado, sin más miramientos, a esta obra de Mamet como una de sus películas menores, sin percatarse, no sé si por pereza o por mera inercia, de que estamos ante una obra indiscutiblemente mayor de un cineasta-escritor de los más dotados de los EEUU de la actualidad. Y es que State and main , centrada en el caótico rodaje de una película en un pequeño pueblo americano, es una comedia al borde de la obra maestra, que desangra con acidez y chispa el mundo general de Hollywood y los submundos colaterales y subterráneos que lo engordan, a través de un guión genial, lleno de golpes bajos magistrales, dónde Mamet hace una lúcida simbiosis entre el chocante cruce del enorme y deslocalizado Hollywood, contra el localismo más identificable y querible de América, en un conjunto que remite al mejor Allen y a la más sana comedia inteligente.
En fin, otra obra menor hecha mayor, mujer y con hijos en un momento. Avisen a los críticos, por favor.
Qué bien lo he pasado revisando esta película. Llevaba sin verla desde su estreno, hace 8 o 9 años, y aunque guardaba un muy buen recuerdo de ella, no esperaba, la verdad, que esta segunda vez me resultara tan divertida y amena. Pasó casi desapercibida cuando se estrenó, cosa harto más incomprensible si tenemos en cuenta la de memeces que copan las listas de pelis (en especial comedias) más vistas, y no recuerdo que la hayan pasado por televisión, de modo que no es extraño que esta estupenda cinta de Mamet siga siendo una gran desconocida para la mayoría. Y lo más curioso del caso es que creo que son, paradójicamente, sus no pocas virtudes las que la han llevado a ser menos popular de lo que merece.
Es, de entrada, una comedia que se asume como tal y que renuncia por tanto a todo atisbo de trascendencia o de gravedad, al menos en las formas. Tiene desde los títulos de crédito un aire de ligereza y de falta de pretensiones, subrayado por la chispeante música que acompaña todo el metraje, que puede dar a entender, equivocadamente, que es una peli vana o superficial, cuando se trata, en realidad, de un mordaz retrato de la fauna que puebla el circo hollywoodiense y de las consecuencias de su colisión (real, no figurada: entre las calles State y Main) con el mundo que dice reproducir en celuloide. Pero allí de donde otros podrían extraer dramas, Mamet prefiere desplegar un inacabable repertorio de recursos propios de un gran comediante que instalan una sonrisa en la cara del espectador del primero al último de los minutos y logran, incluso, arrancarle alguna que otra carcajada: un guión muy bien trabado, diálogos de gran altura con alguna frase realmente memorable, una galería de personajes que, sin dejar de seguir un cliché predeterminado (el ruin productor judío, la estrella neurasténica, el literato frustrado metido a guionista ) no caen en la simple caricatura, leitmotivs puramente cómicos muy bien diseminados a lo largo de la peli (el bache, el semáforo, la cena del alcalde) que van punteando la acción y determinan su tono general risueño y despreocupado. Da la impresión, por si fuera poco, de que todo el reparto se lo pasó en grande haciendo esta peli (Baldwin, por ejemplo, se regodea que da gusto componiendo a un estrellón tan bobo como calenturiento).
Pero este aire gozoso y lene, que no es sino la suma de sus méritos, es también la causa de su injusto olvido, ya que puede llevarle a uno al error de pensar que se trata tan sólo de un frívolo divertimento de Mamet, cuando lo que este hace en realidad es reflexionar, sin aspavientos ni tremendismo, acerca de la fricción entre el arte y los seres y objetos de los que parte, entre nuestra voluntad y nuestros actos y la dificultad de obtener segundas oportunidades fuera de la ficción, despellejando para ello de paso, pacientemente, a base de alegres mordisquitos y renunciando a la más quedona y efectista dentellada, un mundo tan deslumbrante como mezquino que seguramente conoce mejor que nadie.
Correcta comedia que nace de un argumento simplísimo, pero que gracias a un guión soberbio entretiene a base de diálogos con mucha fuerza y una descripción de los personajes milimétrica. Las interpretaciones excelentes (siendo quienes son, no podía ser de otro modo), destacando sobre todo al señor Hoffman, quien de nuevo dota a su papel de una enorme credibilidad. Magnífica fotografía y un buen uso de la cámara en los cambios de plano, que evitan cualquier signo de aburrimiento en ninguno de los numerosos diálogos.
Recomendable por estar bien hecha, ser entretenida con algún momento de diversión, y estar muy bien interpretada… pero sin aspavientos. O sea, que tan sólo es eso lo que la película ofrece, quedando bastante lejos de lo que cabría esperar al leer alguna crítica un tanto desmesurada.