Splendor
Sinopsis de la película
Verónica, una joven veinteañera, tiene dos amantes diametralmente opuestos. Abel es un crítico de rock ingenioso y encantador, mientras que Zed es un rudo y musculoso batería de una banda de punk. Ambos están locos por Verónica, que a la vez ama a ambos por igual. Se establece un triángulo emocional en el que los tres personajes aman, luchan, sufren y disfrutan de este ménage-a-trois. Pero cuando todo parece encajar, Verónica conoce a Ernest, el hombre que parece reunir lo mejor de ambos mundos.
Detalles de la película
- Titulo Original: Splendor
- Año: 1999
- Duración: 93
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Opinión de la crítica
Película
5.6
27 valoraciones en total
Araki se acerca a la comedia romántica de enredo (a su manera) con esta película en la que Kathleen Robertson interpreta a Verónica, una joven que se enamora durante la misma noche de dos chicos, Abel (Johnathon Schaech) y Zed (Matt Keeslar). Los chicos no pueden ser más diferentes, Abel es atento, listo y trabaja como crítico musical, por su parte Zed es fuerte e ignorante, además de ganarse la vida tocando la batería en un grupo. Tras varios desencuentros los dos chicos se va a vivir con Verónica, pero es entonces cuando ella conoce a Ernest (Eric Mabius) y el triángulo amoroso se convierte en cuadrado.
Lo primero que llama la atención de la película es lo mucho que abusa de la voz en off de Verónica, la cual nos va narrando lo que pasa por la cabeza de la chica a la vez que nos detalla su vida en común con Abel y Zed. Dicho recurso acaba saturando la narración, la cual parece avanzar a trompicones. Es curioso como el tono de la película, a pesar de contener varias similitudes con el cine anterior de su director (personajes inocentones inmersos en complicadas situaciones, excelente banda sonora, llamativa fotografía…) queda algo rebajado por la comicidad del tema, si bien este no tiene nada que ver con el de la típica cinta de enredo y romance (a pesar de su tono caricaturesco durante el último tramo), y ahí radica su encanto, en su diferencia.
Las actuaciones no son especialmente destacables, ninguno de los protagonistas tiene el suficiente carisma para llevar el peso de una película de estas característica, eso sí, Robertson se esfuerza y termina realizando la mejor interpretación del conjunto. Y eso que su personaje tiene ciertas complicaciones, entre ellas la más importante sería el tratar de hallar las simpatías del público, algo complicado (a pesar de que lo intente con escenas como la del baño, cuando oye como es criticada por su estilo de vida) teniendo en cuenta las decisiones tan políticamente incorrectas de su personaje. De todas maneras el acabado final es menos satisfactorio e irreverente de lo que suele ofrecer Araki, al que tampoco le termina de funcionar el humor, el cual parece en muchos momentos metido con calzador. Splendor termina resultando una rareza de mejores intenciones que resultados.
Una vez tuve a Gregg Araki a 5 metros de mí, en un festival de cine. Fue antes de hacer este bodrio-culebrón insoportable. Si no, me habría acordado de su familia.
Si no tienes otra cosa mejor que ver, yo elegiría la carta de ajuste como una opción a considerar. Si tienes un amigo/pareja a quién no quires ver más , !regálale esta película!
No la vi cuando la estrenaron aunque estaba allí. En los cines donde proyectaban Criminal y decente pasaron el trailer de Splendor. Recuerdo precisamente ese día no por la floja película de Kevin Spacey sino porque un señor se metió con una prostituta en el cine, se colocaron en los primeros asientos y en medio de la sesión (creo que Spacey no había robado todavía el cuadro) las dos cabezas en la oscuridad eran una.
O al menos la de la prostituta descendió hacía la caída de la perdición. Yo había escuchado que habían pillado a muchos famosos en los cines y otros lugares con profesionales, pero vivirlo en directo me dejó marcado profundamente. A partir de ese día las mamadas han pasado a llamarse las indecentes.
En aquel entonces no conocía a Gregg Araki como tal, pero no recuerdo nada en esas imágenes que denotasen que estaba enfrente de algo autoral. Es más, si lo recuerdo fue porque escuché el Bizarre Love Triangle de New Order.
Años después vi la película. Un comedia romántica donde se plantea un trío. Es la peor de Araki con diferencia pero la banda sonora (punto en común con toda su filmografía) está muy bien. No le hicieron una indecente a nadie cercano a mi persona.
Película original, en la que todo puede pasar. Para mi gusto es buena, y tiene unos toques picantes muy buenos. Graciosa y algo alocada. Un ocho.
Terminando de ver Splendor (1999) de Gregg Araki con Kathleen Robertson, Johnathon Schaech, Matt Keeslar, Kelly Macdonald, Eric Mabius, entre otros. Comedia romántica de temática LGBT, sobre un triángulo amoroso de una joven y sus 2 amantes diametralmente opuestos: Abel, el romántico y apasionado, y Zed, el inocente y viril. Todo va bien hasta que aparece Ernst, el dinero y el éxito, además de reunir lo mejor de los 2 mundos. Primeramente llama la atención el simbolismo en el nombre de los personajes, sobre todo en los hombres, la pareja de amantes cubren el abecedario, de la A, a la Z, y el tercero en casi un homenaje a Wilde, así como el nombre de Mike, un nombre masculino para la mejor amiga de Verónica, que no me extraña que en su exploración, ella haya pasado por su etapa lésbica, porque viendo el guión, aquí todo vale, explora tus posibilidades… así, el director muestra a la juventud de finales de siglo, cómo tratan de vivir bajo sus propias reglas, y lograr la felicidad de una manera poco convencional, aunque aquí la lucha social por la diversidad sexual no existe ni se menciona, ni siquiera hay conflicto más allá del índole privado, a puerta cerrada que desconocemos. El formato televisivo, narrado de manera testimonial, a la cámara, y el bajísimo presupuesto le cobran factura, pues tenemos ante todo, a un cuarteto de actores de buen ver, que solo sostienen la película por su tiempo en pantalla, cuya cámara enamora, y NO como actores, pues todos son pésimos en el desarrollo de sus personajes. Sin embargo, se agradece que no caiga en el cliché de la drogadicción, ni en la pluma homosexual, en este caso bisexual… que por cierto, con el giro final… es IMPOSIBLE que se mantengan juntos por mucho tiempo, este es un comentario personal respecto a la bisexualidad que aún no logro comprender. Y es que el director de origen japonés, se ha dedicado a producir filmes en la corriente del cine independiente, en la línea del New Queer Cinema, cuyos argumentos están centrados en personas homosexuales, descuidando la historia, y aquí pretende actualizar a modo de homenaje a las screwball comedies del Hollywood de los años 40 y 50, pero en el fondo queda la visión de una mujer que no sabe lo que desea, siendo muy riguroso, hasta puede decirse que juega con los sentimientos de los hombres, y más con ese final tan absurdo. Mejor hubiera sido que ella se hubiera casado con el hombre que le llenaba sus expectativas, al tiempo que hizo surgir el romance entre sus amantes… pero para eso tendríamos que esperar el descaro del nuevo siglo y sus enrevesadas historias.
NO RECOMENDADA.
NO tendrá nota en Lecturas Cinematográficas.
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