Sospechoso Cero (Suspect Zero)
Sinopsis de la película
El agente del FBI Thomas Mackelway (Aaron Eckhart) es llamado para investigar unos extraños asesinatos en serie. Cuando las pistas lo conducen al único sospechoso, descubre que ha sido arrastrado a un laberinto psicológico que confunde completamente todo lo creado por el caso…
Detalles de la película
- Titulo Original: Suspect Zero aka
- Año: 2004
- Duración: 99
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Opinión de la crítica
Película
5
91 valoraciones en total
Arranca con buen pie, pero demuestra poca pericia para narrar la historia, perdiendo en ocasiones al espectador. Al poco vuelves a incorporarte a la trama, pero a los cinco minutos vuelves a perderte. Y eso, que podría entenderse como eficaz intriga, aquí es simple vaguedad discursiva. El final intenta arreglar y poner en orden todo lo que se había contado, pero tal vez sea un poco tarde. Un film irregular.
Pros: una historia medio original y un ambiente acorde.
Contras: ninguno de los actores ofrece una interpretación siquiera mediocre, y, como he dicho, el argumento avanza a trompicones.
Mehrige, que firmó la excelente La sombra del vampiro, ofrece un film para los aficionados al género, que no tiene por qué disgustar, pues sigue la mayoría de patrones del suspense, pero al que le faltan por pulir varios aspectos que hubieran dado mayor resonancia a este Sospechoso cero. Y a ver cuando Ben Kingsley vuelve a regalarnos una de sus magistrales interpretaciones, porque entre ésta, El caso Slevin, Thunderbirds y Bloodrayne, vaya racha me lleva…
Un filme más de asesinos seriales, pero no puedo tildarlo de trillado, porque la última propuesta de E. Elias Merhige (el mismo director de Shadow of the vampire) es original, se nota que le ha buscado la vuelta para hacer un thriller diferente utilizando los mismos elementos y recursos que generalmente se utilizan en el género.
Visto de esta manera parecería que la película debería funcionar, pero si bien es innovadora en su propuesta, también es enrevesada durante la primera hora del filme donde uno como espectador deambula perdido en la escasa y enmarañada información que se nos brinda. La cinta va adquiriendo forma en la última media hora donde se nos presenta el giro argumental que tanto necesitamos para saber de qué va el filme, y bueno, en mi caso creo que valió la pena. No puedo decir que posee una gran resolución, pero al menos es inesperada y para nada previsible, dos factores que se agradecen a esta altura en filmes de esta índole.
Entiendo que es una opción para entretener, poco ambiciosa desde lo discursivo, que en determinados momentos cae en los tópicos del género pero que nunca redunda en lo predecible, siempre mantiene expectante aunque su narración no sea del todo accesible dado que para esconder el factor sorpresa, se apelan a mostrar situaciones confusas que según mi criterio no fueron del todo felices.
Desde las actuaciones, destacar en primer lugar a Ben Kingsley como el personaje más fuerte, convincente y enigmático. Es la incógnita a resolver y en él recae el peso del factor sorpresa del filme, su personaje nos mantiene en vilo. Además una apenas aceptable interpretación de Aaron Eckhart, quien cumple con lo justo en el papel de agente del FBI con un pasado tormentoso que deberá resolver los acertijos para atrapar al asesino serial y además poder comprender qué extraños acontecimientos pasan en su persona últimamente. Lo de Carrie-Anne Moss es pobre y ello sucede porque su personaje está poco desarrollado y parecería estar de relleno, la compañera detective que tratará de disipar dudas y aclarar el panorama.
En fin una película con características enigmáticas y por momentos con tendencias hacia lo sobrenatural, con una interesante vuelta de tuerca rompe con la monotonía de las típicas propuestas del género, pero que sin dudas no es lo suficientemente meritorio como para ensalzar esta alternativa de investigadores desorientados y asesinos seriales por doquier. Un apenas pasable sería el calificativo que le viene como anillo al dedo.
La película no esta mal, pero no se, le falta algo para ser una buena película. El guión esta bien y los actores también están muy bien pero como ya he dicho antes, le falta algo a la película. La historia no esta mal, aunque tiene detalles de película barata, lo mejor de la película es la fotografía y los escenarios, por parte de Michael Chapman, que ya vimos en películas como Taxi Driver del 1976, La Tapadera, Toro Salvaje, Los fantasmas atacan al jefe, Un puente hacia Terabithia, etc. La banda sonora no es nada del otro mundo, aunque de vez en cuando te sorprende. Como esta película hay muchas y mejores, no es muy buena, pero no esta mal.
Un pequeño detalle, Zak Penn es un buen guionista, tiene películas como: Tras la línea enemiga, X-men: La decisión final, etc, y esta preparando un ramaje de Doce del patíbulo, mítica película de Robert Aldrich, que en su día se dijo que era una incitación a la violencia gratuita.
El agente del F.B.I Thomas Mackelway (Aaron Eckhart) se encuentra en medio de un caso de extraños asesinatos en serie. La agente Fran Kulok (Carrie-Anne Moss) es enviada a la zona para ayudarle en la investigación. Juntos deben solucionar este rompecabezas mortal.
¿Qué tienen estos asesinatos en común? Las pistas llevan hasta un astuto renegado, Benjamin ORyan (Ben Kingsley), que fue entrenado en un programa especial del gobierno que permitió a agentes de élite conseguir meterse en el corazón y las mentes de los asesinos y sus víctimas.
El perfil de un asesino en serie, serial killer, es sin móvil ni pautas de conducta definidas, y por lo tanto mucho más difícil de rastrear. La pesadilla de cualquier investigador.
El caso se hace cada vez más personal a medida que se convierte en obsesión. El asesino parece estar burlándose, dejando cientos de pistas escalofriantes y enloquecedoras, que apuntan hacia un ser inteligente y renegado.
Cuando comienzan a acercarse al sospechoso, empieza a ser cada vez menos evidente quien es el perseguido y quien el perseguidor, capaz de introducirse en la mente de su objetivo para rastrearla, siempre parece estar un paso por delante, parece tener una misteriosa capacidad para predecir cada movimiento y cada pensamiento.
La película tuvo un presupuesto $27 millones y genero por venta de taquillas la cantidad de $11,4 millones.
Su primera parte es un espeso batiburrillo de datos, palabrería e información que tienen el problema más gordo que podría adolecer un thriller actual: No conectan con el espectador ni hacen nada para que éste siga las pesquisas de unos agentes cuyos sentimientos y conflictos son obviados, cosa que se agradece al no recubrir Suspect zero de una melaza que le habría sentado fatal, pues si la tercera cinta de un tremendamente impersonal Mehrige ya resulta anodina de por sí, imagínense con los affairs de siempre de por medio.
Y digo impersonal Mehrige, porque el autor que comenzó demostrando ciertas dotes de calidad con esa fascinante y abrupta Begotten , y que siguió su paso firme gracias a La sombra del vampiro , aquí lo único que hace es malemplear filtros, flashbacks y todo tipo de pueriles recursos para dar a comprender una historia que no necesitaba tantos atavíos por parte de la dirección, y que manejada con más sencillez y compostura hubiese funcionado mucho mejor.
Terminan alzando un poco de nivel los últimos veinte minutos donde, sin tapujos, asistimos a una culminación ágil y compacta, cosa que se agradece tras todo el tedio con el que uno ha topado con anterioridad.
Lo mejor de la cinta, un Kingsley que en su primera aparición sorprende, pero cuyo talento no se mantiene intacto mucho más allá, y termina siendo barrido en un film para olvidar, cuya principal virtud sería una idea fresca y con cierto interés si se hubiese llevado a cabo como dios manda. En cambio, parece que aquí a Merhige le gustaron más los billetes que su propia visión sobre una trama que podría haber sido mucho más atrapante, podría haber sido mucho más sugestiva, y podría haber sido mucho más sorprendente. Podría, podría, podría, ¿cuantas veces habremos oido esa palabra en Planet Hollywood últimamente? Demasiadas, me temo.