Sombras en la pared
Sinopsis de la película
El reportero Clay Totin siempre se ha sentido atraído por un hecho luctuoso ocurrido hace más de quince años en una pequeña localidad de Texas: el asesinato de Jean Logan, estrella de cine de los años 30. Siempre se creyó que el autor fue un vaquero llamado Buck McCain y que se suicidó después de matarla. Clay regresa a la escena del crimen, un lugar que parece una ciudad fantasma y en la que la presencia del periodista levanta los recelos de casi todos sus habitantes. Su investigación se volverá cada vez más peligrosa.
Detalles de la película
- Titulo Original: Shadows on the Wall
- Año: 1986
- Duración: 97
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Opinión de la crítica
4.4
46 valoraciones en total
La verdad no soy un fanático del cine ochentero, pues creo que la gran mayoría de las películas de aquella época (incluidas algunas consideradas de culto) no pasaban de ser unos bodrios intragables… pero, un día me encontré en la red con esta cinta y no dejó de llamarme la atención, primero por su afiche de publicidad con esa sombra asesina proyectándose en la pared por la luz del foco, abalanzándose sobre la mujer, aunque las figuras reales bailen apaciblemente. También me resultó interesante la breve reseña que de la trama se hacía y me decidí a verla, y debo decir que a pesar de sus evidentes fallos la película es bastante entretenida, la historia prende y además es una película muy bien cuidada en su realización, pero claro, surge el echo de no contar con el elenco mas carismático de Hollywood (de aquella década, ni de ninguna década,) y luego también está el argumento que buscando sorprenderte termina dándose tantas vueltas que en vez de caer de pie, termina cayendo de cabeza.
Partamos por el ídolo de cintas de vaquero, Buck McCain, toda una estrella de los años 30s, que con esa cara y aspecto no le alcanzaba ni para limpiar la cabelleriza de John Wayne, o la terriblemente sensual Joan Logan, otra famosa estrella de esos años que hacía que los hombres enloquecieran por ella, encarnada por una actriz con menos glamour que mas parece una trota-calles que otra cosa, la única manera de enloquecer por ella era luego de uno beberse dos botellas de vodka, pero claro, era un pueblo pequeño… y también tenemos a Clay Totin, el sabueso-periodista (Gary Swanson) personaje que si hubiese sido encarnado por Paul Newman… y así entre tan poca carisma la película se nos desinfla otro poco más, y sin embargo, aunque parezca un contrasentido, tiene buenos momentos como para dejarse ver, siempre que no estés pensando en encontrarte con una película de hitchcock ochentera.
Salvando notorios fallos, sobre todo de guión, un reparto desconocido y poco carismático, la película no es del todo despreciable, como señalé, tiene buenos momentos, una buena ambientación, está bien cuidada en sus detalles y por momentos nos mueve entre lo policial y el terror, sobre todo con aquél anciano demente que vaga por el hotel en donde se cometiese aquel crimen que Mr. Totin ha llegado a dilucidar después de mas de treinta años, recuerden que es una película de 1986. No será la mejor de las películas, pero no es perder el tiempo el verla.
El argumento de esta desconocida película parte en un asesinato ocurrido en la habitación de un hotel de Crowder City un pequeño pueblo de Texas, donde nació el principal sospechoso, un actor de películas del oeste llamado Buck McCain (Wilford Brimley). La víctima, la actriz Jean Logan (Tammy Roberts), era el centro de las miradas del popular senador Crowder (John L. Martin). Cincuenta años más tarde, Clay Totin (Gary Swanson) un periodista atraído por el caso, viaja desde Chicago a Texas para desvelar el misterio. De Crowder City prácticamente ya no queda nada, el Hotel está abandonado y el único Cine que funciona solo emite pases los fines de semana. El viejo senador, encerrado en su casa, vigila sigilosamente los pasos de Clay.
Una trama algo lenta por una sinopsis prometedora que disfunciona por la irregularidad de su tratamiento. El film de Patrick Poole cabecea hacia el terror y el policíaco, con alguna secuencia de macabra lucidez (el viejo empleado botones de mirada tétrica bailando a la luz de las velas) pero un desenlace previsible y los insistentes saltos en flash-back tienden a convertirlo en un espectáculo aburrido y apto para insomnes curiosos.