Sólo química
Sinopsis de la película
Olivia Romero tiene 22 años, trabaja en una perfumería y no sabe exactamente qué hacer con su vida. Sólo sabe que está enamorada del popular actor argentino Eric Soto, un joven que lleva toda su vida entre cámaras, sets de rodaje y estrenos. Eric está acostumbrado a una vida de lujo donde las apariencias son lo más importante. Pero algo le llama la atención cuando se cruza con Oli, que posee una espontaneidad a la que no está acostumbrado.
Detalles de la película
- Titulo Original: Sólo química
- Año: 2015
- Duración: 111
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Opinión de la crítica
Película
3.9
59 valoraciones en total
Que no, que no, que «Solo química» no es una película para adolescentes, ni tampoco para jóvenes en general, ni para mujeres, ni para románticos en particular. «Solo química» no es para nadie, es una…, sí, lo voy a decir: es una cagada.
Ojo, que aquí había material para una buena historia, al menos para una historia decente. La idea de enamorar a dos personas de mundos opuestos, la vida de un actor-modelo y sus evidentes complicaciones, traumas y excesos, la capacidad de amar por encima de las apariencias y de lo platónico. En fin, todo eso se pincela en «Solo química», pero, vamos, que se pincela y se borra luego, con lo que cual al final no queda en nada, en una aberración sentimental y cinematográfica que, insisto, no es para ningún público.
La protagonista Olivia demuestra que a Eric Soto lo quiere solo por su cuerpo y, además, se delata como una soberana imbécil al confundir el amor platónico con el verdadero amor y el verdadero amor con la amistad. Al menos Eric sí es sincero en sus sentimientos, por muy poco conveniente para una chica que lo quieran poner (¿por qué todo el mundo está en contra de esa relación si no saben nada de nada?) y por muy inexplicable que resulte que este galán, que este hombre absolutamente perfecto, se enamore de una sosa e insípida como Oli. A esta idiota no le importan para nada los problemas de Eric, no le interesan sus inquietudes, no se preocupa lo más mínimo de las tentaciones a las que pueda verse expuesto. Vamos, el amor como aventura egoísta en la que en cualquier momento se le puede dar la patada a tu media naranja provisional en cuanto haya que esforzarse un poco, en cuanto haya que hacer un ejercicio de comprensión y tolerancia, en cuanto el mundo idílico se desmorone, o simplemente cuando ya te canses de su cuerpo.
Por supuesto, el guion, trama e historias paralelas son tanto o más ridículas que la principal y lo único salvable es ver a un Rodrigo Guirao demasiado guapo, endiabladamente guapísimo, excepcionalmente atractivo.
Yo estas historias de amor no las entiendo. Lo romántico está muerto.
No dudo en la pasión que Alfonso Albacete siente por el séptimo arte. Una pasión que le lleva a seguir las películas que llegan a la cartelera e incluso a poblar sus films de guiños hacia el cine de la época clásica (Blake Edwards por ejemplo). Pero mi pregunta es: ¿No sería mejor plasmar ese entusiasmo mediante la confección de una historia verdaderamente interesante y abandonar ese cine adolescentes a través de esa mirada tan cursi con la que las distingue?
‘Sólo química’ queda tristemente como una comedia romántica donde la inteligencia del guion, la factura y el desarrollo de la historia están únicamente pensados para la satisfacción de un público mínimamente exigente: Ese público que conforman de manera casi exclusiva los adolescentes de este u otros países –fundamentalmente latinoamericanos, por aquello de la presencia del galán argentino Rodrigo Guirao– y únicamente complaciendo a un público más experimentado con migajas o detalles cinéfilos mientras navega absorto en el visionado de un producto difícilmente defendible. Sin duda insuficiente.
La película dirigida por Alfonso Albacete –en esta ocasión sin David Menkes, con quién compartía codirección en toda su filmografía previa– resulta absolutamente predecible, limitando su propuesta con el fin de satisfacer las ansias hormonales de las féminas al dotar a la película de la presencia de dos guaperas como son el modelo y actor de telenovelas Rodrigo Guirao y el actor español Alejo Sauras, algo que no tiene que ir obligatoriamente de la mano pero inevitable sin embargo cuando el guion y sus personajes transitan tanto entre la brocha gorda, los diálogos de perfil bajo y la insipidez interpretativa. ‘Sólo química’ sin embargo tiene algún aspecto destacable y que ayuda a sobrellevar su visionado como por ejemplo la presencia de José Coronado, lo divertida de la presencia de Rossy de Palma, la recuperación de la simpática y todavía efectiva para la comedia María Esteve, además de esas escenas de cine dentro de cine donde se muestran varios de los entresijos de la profesión y que sirven de homenaje al cine.
La película muestra el triángulo amoroso que se establece entre Olivia (una guapísima para no desentonar Ana Fernández), el compañero de piso de Olivia llamado Carlos (Alejo Sauras) y el famoso actor Eric (Rodrigo Guirao) quien conocerá a Olivia a lo largo de varias situaciones que se plantean. El film presenta varios personajes más, como por ejemplo Julián (José Coronado), padre de Olivia y director de una escuela de boxeo y María (María Esteve), la simpática compañera de trabajo de perfumería de Olivia. ‘Sólo química’ pretende explicar la inexistencia del amor precisamente a través de un triángulo amoroso y fundamentándolo en una serie de reacciones químicas que se suceden en el cuerpo al sentir algo por una persona, aunque lo que se presenta más interesante es la mirada crítica con la que muestra las dificultades que los populares actores o actrices tienen para las relaciones personales –también con esa conversación entre los ejecutivos de la serie o el vacío de la impopularidad–. Posiblemente de una manera algo extrema, pero seguro que más de uno se han sentido reflejado al verla.
Completan el reparto una esperpéntica Bibí Andersen, Neus Asensí (reflejo del porque no deben las mujeres operarse los labios), Silvia Marsó, Martina Klein, Jaime Olías como amigo gay de Carlos y una muy desaprovechada Natalia de Molina (Premio Goya a mejor actriz revelación por ‘Vivir es fácil con los ojos cerrados’).
Film muy exclusivo de público adolescente y carente de interés para el público restante. Se pueden hacer comedias románticas, con bailes, música de Fangoria y chicos guapos sin caer en tanto cliché, y sobre todo, sin ser tan absolutamente predecibles. Muy floja, un ejemplo más de que taquilla y calidad –salvo excepciones–, cada vez están más alejadas.
Lo mejor: María Esteve.
Lo peor: El guion. Alejo Sauras no está bien. Personajes desdibujados. Escenas –como la del robo– penosamente filmada. ¿Era necesario el momento erección?
Valoración:
Banda sonora: 5
Fotografía: 4
Interpretación: 4
Dirección: 2
Guion: 2
Satisfacción: 3
NOTA FINAL: 3,3
@hilodeseda – http://www.habladecine.com
Soy cinéfila sin remisión y he hecho un esfuercito en ver esta peli por sentimiento patrio de apoyar nuestro cine, que no se diga. Además me gustaban las películas de Albacete y Menkes haya por los 90, eran locas, liberales e intentaban reflejar algo de lo que se vivía en las relaciones amorosas de la época. Aquí tenemos una película forzada, sin gracia.
Lo negativo, Muchas son las cosas que no me han convencido: no me gusta la actriz principal, sin nada de gracia, no me consigue transmitir nada- mucho mejor Inma Cuesta en Tres bodas de más . Rodrigo Guirao es GUAPISIMO pero se le ve forzado y artificial completamente, como comentaba otro usuario, en ningún momento te crees la historia de amor, ¿qué guionista ha perpetrado este despropósito?. Le falta desarrollar más la historia de amor.
Lo positivo: es Alejo Sauras y a los secundarios, que antes eran protagonistas en las pelis de los 90. Las escenas con los amigos del piso, la banda sonora.
A lo mejor es que ya estoy mayor y ya no me creo estas historias de amor.
Cuando un director tiene algo que contar pero no sabe hacerlo y los actores no entienden cual es su cometido, y el guión se pierde dentro de si mismo, surgen películas como SÓLO QUÍMICA
No podemos ser generosos aunque lo intentemos, no se puede apoyar al cine MADE IN SPAIN con productos de este tipo y muchos otros similares, que parecen anclados en un mundo ajeno al real.
No sé que deberían ofrecer los guiones para atrapar, descubrir, premiar con una emoción que fluya hacia alguna parte
De vez en cuando hay películas que ves que llegan a festivales de cine, y no entiendes porqué. Una comedia romántica aceptada en Málaga. Los presagios son malos, pero al ser aceptada en este festival se cree que tal vez es algo diferente, y así nació Cómo Sobrevivir a una Despedida, uno de los trabajos que no se sabe muy bien a qué se debe su aparición en tierras andaluzas. Otra de las comedias románticas llevadas a Málaga, afortunadamente fuera de concurso, fue Sólo Química. Tras unos meses de la primera exhibición por fin se estrena para el público general, y el resultado no puede ser más grotesco y dañino hacia el espectador. La única química de la película hace referencia a lo que debemos ingerir para poder verla. El resultado no sorprende a nadie, y más viniendo de Alfonso Albacete, cuyo último trabajo fue Mentiras y Gordas, un absoluto insulto a cualquier persona con medio dedo de frente, y que encima trataba de ir de culta cuando no deja de ser un documental de puticlubs durante hora y media. En Sólo Química recupera lo peor de este trabajo, aunque en comparación con ese bochorno queda hasta bien.
Oli (Ana Fernández) es una joven de 22 años que trabaja en una tienda de cosméticos. Ella no sabe qué hacer con su vida, solamente es fan de un actor argentino llamado Eric Soto (Rodrigo Guirao), del cual vive enamorada. De la noche a la mañana ambos viven una historia de amor, donde en medio siempre estará Carlos (Alejo Sauras), el compañero de piso de Oli. Un argumento habitual para cualquier comedia romántica, sin ninguna floritura ni alejamiento de los tópicos más inculcados en la sociedad, lo cual habrá pensado el director que es un disparate, mejor mantener el nivel pésimo durante lo largo del metraje. El guion es lo más bochornoso de los últimos meses, sin coherencia en ninguna escena y con una brusquedad importante. De la noche a la mañana acaban los dos protagonistas juntos, sin medir tiempos, enseñarnos como se enamoran, un paso previo hacia la relación… NADA. Vivimos en un cuento de hadas y hay que creérselo, pues nada, traguemos. La incongruencia también posee una gran importancia, pues se supone que Eric es un actor reconocido mundialmente, sin embargo va a promocionarse a…. una tienda de cosméticos cualquiera. ¿Quién no ha visto a Mario Casas en Cosméticos Loli? o bien, ¿quién no ha visto a Blanca Suárez en Perfumerías Paqui? Y eso solo es el principio, pues el hecho de que alguien se cuele en una propiedad privada a hacer de paparazzi o el despedir al actor de moda de la serie de moda tampoco es que sea algo habitual en ninguna parte del mundo.
El vacío es la característica de Sólo Química. Diría que incluso es a donde quieres tirarte al llevar en torno a la hora de metraje, donde ya has adivinado completamente el final (los tres o cuatro que tiene, por si acaso no te gusta alguno) y dejan todo cerrado para las mentes más débiles, y atufan a simpleza al resto de personas. Falla absolutamente todo, pocas películas he visto con tan poco atino, aciertan menos que Tyrion Lannister haciendo mates. Las escenas del actor argentino son calcadas a los anuncios de Eau de Rochas, U de Adolfo Domínguez o los calzoncillos de Cristiano Ronaldo. Un despliegue de fuegos artificiales, remarcando las zonas más musculosas de éste y deteniéndose en la parte media del cuerpo donde reside el miembro que tanto busca Oli, la cual posee una libido que se la está comiendo y aprovecha cualquier momento para buscar esa parte de su querido Eric, el cual se nota que no padece de priapismo.
Un paupérrimo trabajo del cual hay que extraer los buenos momentos interpretados por María Esteve, la única que te saca alguna carcajada gracias a la caracterización de su personaje, y el combinado musical donde predomina Fangoria. El resto rezuma un olor a Grey destacado, aunque al final acabará por ser desechado como si de un vampiro de Crepúsculo se tratase. Eso sí, no esperéis entender el porqué, Oli es así, tan así que no es de ninguna manera. Pero lo que más rabia da no es que no haya ni actuaciones ni guión ni entretenimiento ni nada, lo que más rabia da es: ¿Dónde están las malditas tetas? ¿Ya se ha perdido el estigma español de meter tetas con calzador en todo trabajo? Con lo que nos alegrábamos algunos…
(Léase en Mundo Crítica http://www.mundocritica.com)