Soldier
Sinopsis de la película
En una sociedad futura, algunas personas son elegidas al nacer para convertirse en soldados, y entrenados de tal manera que se transforman en máquinas de matar humanos. Uno de estos soldados más destacados mide sus fuerzas con una nueva casta de soldados, y después de la confrontación se le cree muerto. Su cuerpo es abandonado en un planeta colonial semidespoblado donde conocerá otros aspectos de la vida. Pero tendrá que luchar de nuevo con esta casta de soldados… esta vez para defender su nuevo hogar.
Detalles de la película
- Titulo Original: Soldier
- Año: 1998
- Duración: 98
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Opinión de la crítica
Película
4.8
87 valoraciones en total
Si sumamos esta a Horizonte Final, parece que las películas de Paul W. S. Anderson que no están basadas en videojuegos (Mortal Kombat, Resident Evil) se pueden disfrutar y todo. Esto me lleva a pensar ¿formará parte el Sr. Anderson de alguna liga anti-videojuegos? No lo sé y tampoco me importa, pero vamos al grano:
A pesar de ser una película construida a base de clichés y nada innovadora, resulta bastante efectiva. Supongo que parte del mérito es de Kurt Russell, que es un actorazo (aunque bastante infravalorado) y es capaz de interpretar con gracia hasta a un cacho de carne con ojos.
Con todo eso, que no transgrede ni impacta, pero tampoco la caga, pues se queda en el aprobado ramplón, por ser una serie B que da el pego como A.
Me da repelús cuando veo algunas puntuaciones.
Antes de que su director realizara 100 Resident’s Evil’s bajo la amenaza de Milla Jovovich de que si no las protagonizaba ella, él dormiría en el sofá, Paul WS Anderson tuvo un ciclo bueno. Y Soldier corresponde a ese ciclo.
La película fue un fracaso precedido por críticas como falta de desarrollo de los personajes o guión predecible. Esta crítica fue perpetrada por aquella plebe que en la década de los 90 hundió de manera ruin el género de acción. Véase Waterworld.
El guión de Soldier fue escrito por el guionista de Blade Runner y es curioso como volvemos a escuchar palabras como Puerta de Tannhauser.
Soldier es una mezcla de Hitman, Cyborg (atención la similitud con el combate final), Soldado Universal y Rambo que hará las delicias de los amantes de la acción. Y con un escueto en palabras pero fornido Kurt Russell, el espectador verá como a pesar de su dictatorial adoctrinamiento, se humanizará al ser abandonado entre sus semejantes y repartirá justicia sobre sus superiores. Su justicia.
Los efectos visuales son convincentes y los combates están sorprendentemente bien coreografiados. Vamos, que se dan unas tollinas importantes y si Kurt Russell tiene que aparecer en la oscuridad para profanar con un arma blanca el ojo de su enemigo, lo perpetra y punto. Y a esto me refiero a lo que es acción.
Otro aspecto curioso es que el personaje de Kurt Russell pronuncia poco más de 100 palabras en toda la cinta pero no necesitamos más. Sólo con ver su rostro ya transmite su estado de ánimo al espectador y hago hincapié en ello basándome en aquella excepcional escena donde descubre su llanto por primera vez sin decir ni un ápice.
En conclusión, Soldier es una película a rescatar, donde la crítica especializada no debe entrar y un entretenimiento muy pero que muy potable. Infravalorada.
En un tiempo y lugar indeterminados, generaciones de individuos son entrenados con un único objetivo: matar. Son perfectos aniquiladores, extremadamente inteligentes pero con menos cerebro que un mosquito. Paradójico, ¿no? Hasta que llega una remesa de guerreros genéticamente mejorados. No queda más remedio que desechar las partidas anteriores. En el proceso de reciclaje, una de las unidades anticuadas, ojitos azules Russell, dado por muerto, recala en un planeta (Arcadia) habitado por unos parias que viven en una suerte de comuna. Allí está la Connie, que está de muy buen ver. El cabeza cuadrada, acostumbrado a tirar de gatillo, no encaja entre sus nuevos compañeros, y eso dará lugar a más de un quítame allá esas pajas. Pero el intríngulis está en vengarse de quienes le tiraron a la basura, y el tipo se pone a ello.
En principio, el argumento no es ni más ni menos interesante que el de docenas de películas del género. La puesta en escena y las interpretaciones tampoco son para saltar de alegría. O sea, una más de mundos apocalípticos a lo Mad Max, que entretendrá a los que gustan de este tipo de pelis, pero que no captará ningún nuevo adepto.
Auténtico descalabro económico (recaudó en los USA 14 millones $ y costó 60 millones $, en España se estrenó con tres años de retraso y acabó con la carrera de Kurt Russell), es sin embargo, una película guionizada por Webb Peoples (autor de Sin Perdón, Blade Runner y Lady Halcón), con un regusto, como indican otros críticos, a las peliculas de mamporros de los años 80-90, como Soldado Universal.
En general, es una película bastante plana en cuanto a personajes, siendo los secundarios tremendamente tópicos, con dos malos de pena y auténticos puntos negros de la película, el encarnado por Scott Lee que ni habla y es patético como oponente físico, y el militar estúpido, que concentra en él todos los tópicos sobre mandos militares mezquinos y cobardes del cine. La historia es una especie de Raices profundas en el espacio, con una comunidad idilica a punto de palmarla por un voraz e inhumano, a la par que estúpido y prepotente, militar de medio pelo.
La ambientación es magnífica. No en vano la película es cara. No hay efectos infográficos en el planeta, todo está construido en estudios, la fotografía es buena, al igual que las coreografias de peleas y las escenas de acción, que son muy convincentes y acertadas, quizá lo mejor de la película.
Esta película se deja ver, aunque no se puede esperar mucho. No obstante, a los aficcionados al cine de acción les distraerá.
Todd, número uno de los soldados de elite de su quinta, y sus camaradas quedan obsoletos ante una nueva remesa de portentosos soldados manipulados genéticamente. Víctima del ataque de Caine, una mala bestia de nueva generación, Todd es dado por muerto y tirado a la basura. En Arcadia 234, un planeta cuya función es ser el vertedero del sistema, Sandra, fiel esposa, amorosa madre y bella mujer, miembro de una comunidad pacífica y solidaria, cura sus heridas más superficiales.
Los primeros veinte minutos de película son realmente estimulantes: el aleccionamiento de Todd y la selección a que son sometidos sus iguales, desde recién nacidos hasta superar la adolescencia, son mostrados con contundente sencillez y presagian una gozosa epopeya fantacientífica.