Sleepless Knights
Sinopsis de la película
Cuando Carlos llega a Extremadura lo hace para pasar una temporada con su familia, dejando Madrid para sumergirse en la realidad de un lugar olvidado, ajeno a la bonanza que marcó a España hasta hace apenas unos años. Pero ese lugar que dice anhelar otro futuro también empieza a sufrir el desempleo, sumado al ya tradicional éxodo de jóvenes. La historia de amor entre Carlos y el policía Juan empieza a desarrollarse en una trama familiar difícil y en un medio conservador y tradicional, marcado por un ritual medieval contra las fuerzas del mal. Slepless Knights es una película en la que Stefan Butzmühlen y Cristina Diz entrelazan los destinos individuales con los comunitarios, y a través de esas dos líneas dan cuenta de las dos Españas: una, profunda, pero siempre dispuesta a emerger, otra, la de la modernización declamada, que aparece más como un deseo que una realidad plena. Imprevisible, como si de pronto un paisaje imaginara historias. (extraído de BAFICI.gob.ar)
Detalles de la película
- Titulo Original: Sleepless Knights
- Año: 2012
- Duración: 80
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Opinión de la crítica
3.6
38 valoraciones en total
Intento de película de arte y ensayo de aficionados sin talento. Tiene un guión sin sentido, y está plagada de larguísimas escenas casi sin diálogos e imágenes absurdas. Espero que nadie crea que en Extremadura hay gente que vaga por el campo vestida con cascos y armaduras medievales cantando coplas. Es la película más aburrida que he visto en lustros.
Una fotografía excelente y una historia que ha sabido captar a la perfección la vida de un pueblo perdido de Extremadura. En algunos momentos lenta, pero el guión reside en las imágenes. Es de las que tienes que ver dos veces para comprender lo que quiere transmitir. Enfrenta la tradición arraigada de un pueblo con la relación gay de sus dos protagonistas.
Reflejo fiel de la vida en un pueblo, aburrida, lenta, silenciosa, eterna, donde el tiempo no pasa, donde el espacio se desdibuja y los minutos se convierten en horas. El problema es que te aburres tanto como los protagonistas!!! Perdón, corrijo, porque ellos, al menos, tienen sus pequeños alicientes, tú no tendrás ni eso. Una excelente fotografía de nuestro medio más rural y tradicional, afianzada cultura de nuestra historia más profunda cuyo valor se limita a ser una exposición de un tipo determinado de vida, exhibición neutra e inerte que no cautiva ni seduce al espectador, un cansino observar pasar la cinta donde pronto perderás la esperanza de resurrección repentina. Cámara estática, actores no profesionales, escaso diálogo, contexto cliché, escenas pueblerinas, un medio conservador y arcaico, la vida sin movimiento como protagonista…, buenas intenciones que no producen el rendimiento deseado. Esas buenas intenciones, propósitos loables, sirven de muy poco cuando, al terminar la película, suspiras interiormente por la finalización de la misma, no llegas a dar gracias pero…, casi!!
http://lulupalomitasrojas.blogspot.com.es/
Llevar la historia de una relación homosexual entre dos jóvenes a un pueblo de Extremadura ya es un reto, teniendo en cuenta como se vive y se siente en los pueblos de España, pero el que uno de dichos jóvenes sea un guardia civil es un riesgo añadido. Pero apenas hay historia entre estos dos jóvenes pues solo esporádicamente se les ve juntos o teniendo relaciónes sexuales, mientras el director se dedica a mostrarnos las costumbres del pueblo o a dar algunas notas familiares que parecen recuerdos. El tiempo en el que se desarrolla la historia es el verano, y conociendo el clima en esos lugares, es lógico que se busque un ritmo lento y algo pesado que nos lleve al sol y el calor de esos pueblos. Pero los planos son muy largos, considerando que no hay ninguna acción en ellos que los justifique, aunque se trate de planos bonitos de paisajes (se repiten mucho los planos del embalse), o se trate de planos de costumbres como el de las ovejas con luz. Lo que me ha gustado es que la película intenta trasladar a la pantalla lo que parecen recuerdos y vivencias, pero sin ninguna petulancia, sin planos rebuscados ni diálogos pseudofilosóficos, ni introspecciones psicológicas froidianas, sino en el pueblo, en el campo y con la gente de allí mismo. Salvo los dos protagonistas principales, el resto no son actores y se limitan a hacer y decir lo que les dice el director, aunque muchas veces se les escape la mirada a la cámara. Pero resumir el final de la historia en una canción interpretada por la orquesta de las fiestas del pueblo, es buena idea, pero no está bien introducida como epílogo.