Siete orquídeas manchadas de rojo
Sinopsis de la película
Un asesino mata a dos mujeres dejando como firma una media luna de plata en sus cuerpos. Un joven empieza a investigar el crimen cometido y se alía con el marido de una de las mujeres. La policía investiga sin éxito mientras que la pareja de hombres comienzan a seguir pistas que les llevan a descubrir que la media luna plateada corresponde a un joven americano del cual se ha perdido la pista. La pareja se irá acercando a la verdadera personalidad del asesino mientras éste seguirá matando, cada vez con mayor violencia.
Detalles de la película
- Titulo Original: Sette orchidee macchiate di rosso
- Año: 1972
- Duración: 88
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Opinión de la crítica
5.4
22 valoraciones en total
El giallo es un género que, si uno conoce mínimamente bien, sabe cuales son los aspectos que resaltarán en él, y donde estarán concentrados sus factores negativos o menores. De este modo, cuando uno es acérrimo a este tipo de films, conoce de antemano que tanto tramas como historias (que no modo de desarrollarlas), no contendrán grandes alardes e, incluso, en ocasiones se caerán a pedazos debido a giros incongruentes o mal dados.
En Siete orquídeas manchadas de rojo , no es que hallemos un entramado falto de credibilidad o, de tan retorcido, absurdo, más bien todo lo contrario: lo que encontramos ante nosotros es la sencillez de un relato que no requiere más atavíos y trabas para desarrollar otra de esas historias sobre psiques descontroladas o otras tantas motivaciones que se les ofrecían a este tipo de propuestas. Si bien cabe destacar que algún giro es sobrante y no da demasiado de sí, los demás aspectos de lo que se nos cuenta resultan tan simples que no dan lugar a duda alguna.
Dejando de lado ese parámetro, se podría decir que el film de Lenzi destaca básicamente por dos motivos: en primer lugar, la atípica galería de personajes que se saca el realizador de la manga, le da una enorme versatilidad y juego a ese mundo de sospechas e intrigas de lo más rocambolescas, y por otro lado, no sólo ya el hecho de incluir tan variopinto elenco, sino también el de saber jugar entorno a éste sin darle vueltas de más o querer estirar un recurso que aquí funciona maravillosamente.
Otro gran acierto se encuentra en la composición de planos, que refleja gran pulso y unas maneras que incluso sorprenden al intentar componer una atmósfera jugando, más que con iluminación y banda sonora, con una conjunción de imágenes tan bien logradas. Ese factor conforma el broche necesario para una película, aunque no ineludible, sí de lo más curiosa para cualquier amante del género.
Al italiano Umberto Lenzi se le conoce sobre todo por ser el artífice de muchas películas enfocadas en el terror caníbal con sobredosis de erotismo y por haber parido esa joya de culto de los 80 que fue La Invasión de los Zombies Atómicos .
Pero lo cierto es que este hombre es un artesano que ha tocado infinidad de géneros tales como el spaghetti western , el policíaco, el peplum , y durante algún tiempo, el giallo …y Siete Orquídeas Manchadas de Rojo es una buena muestra de ello.
Aprovechando la fiebre que se vivía por aquellos 70 propiciada por la influencia del gran Mario Bava (¿alguien más le encuentra el parecido con Seis Mujeres para el Asesino ?) y del recién iniciado Dario Argento, que ya definía las bases del género en la década con El Gato de las Nueve Colas o Cuatro Moscas sobre Terciopelo Gris , el sr. Lenzi también puso su granito de arena a la causa del giallo . Aquí nos cuenta la historia de un misterioso asesino que va matando mujeres por doquier y siguiendo un patrón que a todo el mundo tiene en vilo: una media luna. Así que Mario, un hombre en pleno viaje de novios, del cual su esposa por poco se convierte en otra víctima más del maníaco, decide ponerse en plan Colombo y averiguar de quién se trata antes de que más féminas acaben descansando en paz.
Lenzi aprovecha todas las claves sobre las que se apoyaba el cine de Bava, Argento o Fulci y elabora sin muchas complicaciones una trama llena de enredos y claves pero que se van desentrañando con cierta facilidad, recurriendo a ciertas sorpresas propias de este tipo de films para despistar al espectador y a un giro final que es de no creérselo. No así hay que reconocer que logra una interesante propuesta, toda llena de suspense, fuertes dosis de violencia y también de erotismo propio de la época.
El director utiliza también con su cámara algunos de los recursos más usados del psychothriller , como el zoom rápido a los ojos de las víctimas o al arma homicida y el plano subjetivo dándonos el punto de vista del asesino. Si bien las secuencias de las muertes resultan no demasiado originales o escabrosas, salvo la del taladro, que es realmente impactante, sí que destaca cómo juega mucho con las perspectivas, las luces y las sombras, otorgándole un clima de misterio bien logrado.
En cuestión del plantel no es que resulte una maravilla, pero me ha sorprendido con respecto a las expectativas que tenía. Ese atrevido y muy bien vestido Antonio Sabato actúa más que decentemente, al igual que las atractivas féminas Uschi Glas, Petra Schürmann o Marisa Bell, sobresaliendo entre ellas Rossella Falk en el papel de Elena Marchi. Y, como curiosidad, un soso Pier Paolo Capponi repite haciendo el mismo personaje de policía al que daba vida en El Gato de las Nueve Colas , sólo que con nombre distinto (en aquella se llamaba Spimi, aquí Vismara). La banda sonora no es precisamente uno de los puntos fuertes de la película, no, de hecho, Riz Ortolani tomó prestadas varias piezas que ya aparecían en la otra obra del director Así de Dulce, así de Maravillosa .
El film se llegó a convertir, según palabras del propio Lenzi, en el favorito de los que había dirigido después del polémico Orgasmo , de 1.969.
Puede no estar entre los mejores giallos de la década de los 70, sí, porque competidores surgían a puñados, pero interesante desde luego es, y también entretenido.
Umberto Lenzi, estajanovista italiano especializado en cine basura, sobre todo ya hacia su última etapa, se decantó durante unos años por el giallo, subgénero al que pertenece este clon de mejores Bavas y Argentos. Ya sé que el giallo se rige por sus propias reglas, y que no caben esperar proezas argumentales ni diálogos de Nobel, pero aún así estas orquideas se mustian mucho antes de llegar al final, ya sea por la inmunda interpretación general, o porque hemos visto unas cuantas veces la misma historia, contada casi de la misma manera. Sí, yo también me enternezco cuando sale el sempiterno asesino psicótico con el sombrero, la gabardina, los zapatos y los guantes negros, y cuando las chicas se van a la ducha nada más llegar a casa, aunque sea a las tres de la mañana, pero insisto en que este ramo ya estaba moribundo antes de ser cortado. Otro día será…
Una joven es acosada telefónicamente al tiempo que comienzan a aparecer mujeres asesinadas sobre las que dejan una media luna de plata, con la ayuda de su novio (y tras tener que fingirse muerta) llegan a la conclusión de que la clave se encuentra en un suceso de su pasado que tuvo lugar en el hotel costero de su familia. Giallo menor pero nada desdeñable tanto por su estupendo plantel de víctimas femeninas (que incluye a la sensacional Marisa Mell en un doble papel, y trabando amistad con un taladro además) como por ser una buena muestra de la mecánica interna y del standard estético del subgénero. Un guión tan absurdo y gratuito como intrigante (cerrado siempre con su explicación y todo), crímenes imaginativos y progresivamente violentos (agitados con un poco de fetichismo sexual, como esa imagen malsanamente bella de la pintura goteando sobre el cuerpo desnudo de Marina Malfatti), set pieces de suspense casi insoportable, investigadores aficionados, pistas falsas por doquier, sospechosos tramposamente señalados y final sorpresa, música ad hoc (cortesía del ubicuo Riz Ortolani) y un estilo visual sofisticado y llamativo, siempre colorista y chillón. Cine popular por el carril, de la mano del trabajador e interesante Umberto Lenzi (autor de esa cumbre pop que es La máscara de Kriminal y con cosas destacables en el poliziesco y la aventura) pero por debajo de sus húmedos y perversos thrillers anteriores como Cosí dolce, cosí perversa o Una droga llamada Helen .
Sin dejar de lado que uno de los referentes claros del filme es Seis mujeres para el asesino (Mario Bava, 1964), la verdad es que me ha parecido algo floja. La trama no aporta nada nuevo, algunas interpretaciones dejan bastante que desear y las muertes están marcadas por la falta de visceralidad. Además, teniendo en cuenta que ¨Una mariposa con las alas ensangrentadas¨ es del mismo corte pero mejor que ésta poco puede aportar el bueno de Lenzi. Y qué decir de ese final que incluso cae en el ridículo. Eso sí, en el apartado técnico hay dos grandes profesionales que logran salvar la película del desastre más absoluto: Riz Ortolani en la música y Angelo Lotti en la fotografía. Bien por ellos, suspenso para Lenzi. En definitiva, una película gris que no consigue desmarcarse de una mediocridad provocada por un guión tópico y una dirección plana que aporta poco rojo a unas orquídeas que podían haber dado mucho más de sí.