Shock to the System
Sinopsis de la película
Cuando el detective privado Donald Strachey, encuentra a su último cliente muerto, un suicidio aparentemente, decide investigar el asunto. Con la ayuda de su marido Tim Callahan y su auxiliar Kenny Kwon, la investigación de Strachey lo conduce a un rastro oscuro y peligroso en el mundo de la terapia de conversión gay , una mezcla enroscada de psicología y religión diseñada por doctor Trevor Cornell, para conseguir que los homosexuales se vuelvan heterosexuales.
Detalles de la película
- Titulo Original: Shock to the System
- Año: 2006
- Duración: 91
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Opinión de la crítica
Película
6.2
74 valoraciones en total
No se trata de centrar la trama en la homosexualidad sino en utilizarla como contexto de una historia. No se ve ni una escena de sexo y es que no hace falta reafirmar la sexualidad de esa manera en este film de intriga. Me encantó porque creo que tiene uno de los mejores personajes principales que he visto en una película, de cualquier sexo, pero en especial de LGTB ya que no se trata de un personaje plano sino que desde el principio sufre una transformación y evolución y además se siente mucha empatía hacia él.
Quitando la temática sexual, algún desnudo frontal masculino de verdadero infarto, a Shawn Roberts por el que vi la película pero que sale cero coma dos, pero madre mía, tenemos una buena película de intriga en el que un detective intenta resolver un caso de aparente suicidio. Está claramente influenciado por el cine negro de toda la vida ya que el personaje tiene un pasado sin resolver, la trama gira en torno a una muerte y su investigación y si se fijan el grafismo y la estética de la fiesta del principio es como de los años treinta o así.
Total, una buena película que no te vas a arrepentir de ver en absoluto.
Y pensando en los televisores de antes, por el tamaño de sus pantallas, porque hoy día cualquier televisor puede ofrecer cualquier formato de cine, en alta definición y con sonido del mejor. El guión es flojo y el director no ha sabido sacarle provecho pues se ha limitado a enfocar a los protagonistas que hablan hasta por los codos. Si una película no cuenta la historia que quiere contar con imágenes, no es una buena película. Para escuchar ay ver a los actores hablando ya está el teatro y el peor de los males, la televisión. Es una película para esa gente que se sienta delante del televisor y necesita que se le vaya diciendo todo porque no saben leer imágenes. Pero además es para televidentes tontos porque nadie se va creer que un detective se pone a investigar una muerte y para ello se mete en un grupo de terapia y al primer día ya le está preguntando a los miembros del grupo lo que saben acerca del presunto asesinado o suicida. Y cuando le pregunta al psiquiatra ya es de oscar para el guión, a no ser que el psiquiatra fuera tonto, que lo parece. Es un detective gay como podía haber sido aficionado a construir castillos con palillos. Mejor no verla y si la empezáis y os aburre no os preocupéis por el final. Vuestro tiempo vale mucho más. Ah, el detective y su novio son muy guapos pero no vais a ver nada más que un hombro.
Al detective gay Donald Strachey (Chad Allen) lo contacta un joven, Paul Hale (Jared Keeso) a fin de que encuentre a una persona. A tal fin lo cita de noche en cierta calleja solitaria de la ciudad, pero no llega a revelarle a quién quiere que encuentre: antes de que ello suceda, un vehículo se les tira encima y ambos huyen, cada uno por su lado.
La siguiente noticia que Donald recibe de Hale es a través del policía: el joven ha muerto, no se sabe si se suicidó (lo que más tarde será la versión oficial) o si lo suicidaron . Por supuesto, Donald tiene motivos para creer que se trata de esto último y se pone a investigar por su cuenta. Sus pesquisas lo llevan primero hasta la homofóbica madre del difunto (Morgan Fairchild), y luego hasta una fundación que dirige el Doctor Trevor Cornell, supuestamente con el fin de curar la homosexualidad. Paul se hacía tratar en esa fundación a instancias de su madre, al parecer obteniéndose con él logros espectaculares, sin embargo, tras una violenta discusión entre él y Cornell, Hale iba a abandonar la fundación, de la que era imagen publicitaria.
Para llegar al fondo de este asunto, Donald decide hacerse tratar con nombre falso en la fundación, lo que despierta ciertas inquietudes en Tim Callahan (Sebastian Spence), quien es su pareja y teme que Cornell le meta ciertas ideas raras en la cabeza.
Basada en personajes creados por el escritor Richard Stevenson, SHOCK TO THE SYSTEM es un telefilme que se vio por cable con el nombre castellano de GOLPE AL SISTEMA. Además de su trama detectivesca, gancho inicial de aquellos que a priori no se interesen por la homosexualidad, el fin tiene otros grandes méritos, uno de los cuales es precisamente la forma en que se trata ese polémico tema. El filme no condena la homosexualidad, pero admite que para ciertas personas puede no resultar deseable por diversos motivos, y que aunque se diga que se trata de una elección , en realidad difícilmente pueda considerársela como tal, y allí está, para confirmarlo, el personaje de Grey (Stephen Huszar) quien se hace tratar en la fundación porque se ha casado y tiene dos hijos y ama a su familia, pero sexualmente se siente atraído por los hombres.
Otro acierto es la relación entre el protagonista y su pareja, que viven plenamente su homosexualidad y, aun cuando tengan sus dificultades, como en toda pareja (homosexual o no) son felices. Esto es más interesante que la melodramática relación de los cowboys gays de BROKEBAKE MOUNTAIN. Donald y Tim se ven tan desenfadados y simpáticos como cualquier otra persona. Eso los acerca a todos los públicos y hace que la película, pese a su temática, no resulte excluyentemente (y aburridamente) gay.
Por último, no podemos dejar de mencionar uno de los más sabrosos ingredientes del filme, el humor, como por ejemplo, en la impagable respuesta de Donald al policía que le sugiere que de verdad debería hacerse tratar en la fundación del Doctor Cornell.
Terminando de ver Shock to the System (2006) de Ron Oliver con Chad Allen, Sebastian Spence, Michael Woods, Daryl Shuttleworth, Morgan Fairchild, Anne Marie DeLuise, Rikki Gagne, Stephen Huszar, Nelson Wong, Ryan Kennedy, Jeffrey Bowyer-Chapman, Shawn Roberts, entre otros.
Película de suspense de temática gay, es la 2° adaptación cinematográfica de una novela de Richard Stevenson protagonizada por el detective privado abiertamente gay, Donald Strachey que comienza en Third Man Out (2005)
Aquí, después de la misteriosa muerte de un cliente, el detective privado Donald Strachey se infiltra en un grupo de terapia para gente homosexual que quiere volverse heterosexual… por lo que Strachey se enfrenta al fundador del grupo para probar que la muerte de su cliente no fue un suicidio.
Strachey es un hombre gay que vive en Albany, New York con su pareja Timothy Callahan, quien trabaja como asistente legislativo de un senador del estado de New York, pero en su trabajo, los clientes de Don a menudo sienten que su orientación sexual le da una ventaja cuando se le pide que investigue casos que involucran a la comunidad gay de Albany.
Así, en las novelas de misterio gay de Stevenson basadas en su creación de Donald Strachey, han encontrado el equipo perfecto para transformar estas historias tan interesantes y entretenidas en películas, por lo que Shavick Entertainment ha adaptado 4 libros para la red de televisión LGBT Here!, empezando con Third Man Out (2005), Shock to the System (2006), On the Other Hand, Death (2008) y Ice Blues (2008)
Todas las películas han sido protagonizadas por el actor canadiense, abiertamente gay, Chad Allen como Strachey.
Respecto al material literario, comenzando con Death Trick (1981) las lecturas son de primer nivel con tramas inteligentes, envolventes y a veces violentas, en otras palabras, no son misterios gay… son misterios que presentan un detective privado gay, y ya sea en comparación con Sam Spade, Philip Marlowe, Mike Hammer o cualquiera de las miles de imitaciones menores, el detective heterosexual básico es un ámalos y déjalos escribir con una nueva dama en cada historia, pero las historias de Donald Strachey enfatizan que Strachey es un tipo casero, que se ha establecido con el amor de su vida y están muy enamorados, y eso queda claro en las películas y los libros lo demuestran en cada oportunidad.
Respecto a la película, las imágenes tienen un evidente estilo retro y noir, especialmente en la oficina de Strachey, con las persianas de las ventanas, el ventilador de la mesa, y la luz y las sombras.
Solo la secuencia de créditos de apertura presenta excelentes esquemas en blanco y negro, y una excelente partitura de jazz.
Ya en la segunda mitad, la luz y las sombras, junto con una música espeluznante y la imagen de una figura encapuchada corriendo por un pasillo oscuro, se combinan para crear un suspenso excelente con guiños a filmes emblematicos del cine negro como The Maltese Falcon, The Big Sleep y Out of the Past
El diálogo es nítido, relevante, intenso cuando es necesario y divertido cuando se relaja, mientras la cinematografía hace una hermosa reverencia a las antiguas técnicas del cine negro de Hollywood, y el elenco es excelente, lleno no solo de un montón de dulces para la vista, sino también con algunas caracterizaciones muy bien realizadas.
Claro está, todos los 90 minutos recaen en Chad Allen, que ofrece una interpretación excelente, a veces desgarradora, como Strachey, tanto así que algunas de estas escenas y luego algunas escenas de autoexamen e introspección sobre su propia vida con su compañero Sebastian Spence, muestran una actuación realmente conmovedora de Allen, que hizo pública su homosexualidad y que ahora se ha convertido en un activista de la causa LGTB, interpretando casi siempre a personajes gays en sus películas o en obras de teatro, aunque ahora está retirado de la actuación y más dedicado a su profesión, ¡la psicología!
Todos los actores restantes parecen cómodos en sus roles, y es bueno ver a Nelson Wong regresar como secretario de Donald, Morgan Fairchild aparece en un cameo bastante ingrato y, aunque Sebastian Spence es un poco menos tonto como el novio abogado de Donald, hay otros actores con peso dramático, enigmático y patético.
Lo malo del filme es que es de bajo presupuesto, tal vez una dirección más pulida pudo haber ayudado a que el filme tenga más caché, y personalmente encontré el tema de la curación sexual para gays más fascinante que el tema de la salida del closet y la aceptación como gay.
Mi impresión es que los cineastas aquí quieren que la audiencia se concentre en la naturaleza dudosa de la terapia gay impulsada por los políticos conservadores, sin embargo, el filme tiene un fondo más universal y deja de lado la cuestiön gay para decantarse como lo haría con cualquier otro filme de asesinato misterioso.
Y el resultado del misterio tiene una ingeniosa ironía, por lo que esto lava las facturas y hace que la película sea melancólica e incluso triste.
Otro dato de interés, es que los libros se escribieron y las películas se hicieron en un momento en que la gente LGBT está presionando por los derechos del matrimonio en EEUU, es interesante especular, que la idea de un detective privado gay, se originó 20 años antes, o si tales historias se escriben 20 años en el futuro, cuando el matrimonio ya está asegurado, si un héroe pulp como Donald Strachey será el típico detective solitario que trata con una multitud de bares, que ama y deja una sucesión de jóvenes fiesteros…
De eso no trata el filme, y eso lo eleva muchisimo, porque no se trata de centrar la trama en la homosexualidad, sino en utilizarla como contexto de una historia.
Algunos secretos matan
RECOMENDADA
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