Sherlock: The Six Thatchers (TV)
Sinopsis de la película
Scotland Yard recurre a Sherlock para resolver un peculiar caso que tiene que ver con el hijo de un ministro y ciertas imágenes desfiguradas de Margaret Thatcher. Primer episodio de la cuarta temporada de Sherlock .
Detalles de la película
- Titulo Original: Sherlock: The Six Thatchers (TV)aka
- Año: 2017
- Duración: 85
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Opinión de la crítica
Película
6.5
88 valoraciones en total
Empieza la cuarta temporada de «Sherlock» creo que peor a como acabó. Encima, con referencias claras y empeoradas a «El signo de los cuatro» y el muy simpático «El carbunclo azul».
Entre si Moriarty sí o Moriarty no, nos encontramos con una historia que no tiene ningún misterio y que centra su atención en Mary Watson, ese personaje que pese al tono dramático que le quieren dar resulta absolutamente ridículo. Es imposible creerse que esta señora sea (cuidado, spoiler) la más y mejor asesina/espía/mercenaria del mundo. ¿Qué es lo que pretende «Sherlock»? ¿Ser una aventura detectivesca inteligente o una tópica historia de acción sin sentido?
Además es inaudito que le den más minutos, trama y peso a Mary que a Watson. Cómo se come algo así. De nuevo por el dichoso feminismo, claro, porque ahora tu novia no puede ser eso, tu novia, ni tampoco «solo» enfermera, eso es retrógrado y machista, así que vamos a meter con calzador a una superwoman inexistente mientras el coprotagonista de Sherlock Holmes, el doctor Watson, se queda en tierra de nadie, como un segundón.
Para más inri, Sherlock sigue en la misma tónica de autoparodia, o si no algo muy parecido, que le aleja aún más si cabe del verdadero Holmes. En ese principio con Mycroft daban ganas de meterle un par de guantazos bien metidos a ver si volvía a la tierra y dejaba de hacer de soberano imbécil.
Sinceramente, yo no echo de menos a Moriarty, así que no sé qué destino le espera a una serie que cada vez da más risa.
Sin duda, su episodio más flojo. Un Sherlock más disparatado que nunca, casi una mofa de si mismo, resuelve un caso lleno de incongruencias llevadas de forma muy elaborada, eso sí, mediante todos los elementos estéticos disponibles, música, decorados, planos… Dejando de lado lo que definía a la serie hasta ahora, un guión brillante.
La historia se entrelaza forzada, cogida con alfileres (Comento algún detalle en el Spoiler). Sherlock no es el mismo, quizás está cansado. Watson no es el compañero que era y no pone el empeño necesario para ser más creíble. El villano no está a la altura… Y un largo etc.
Espero que las próximas entregas no cometan el error de dejar al guión en un segundo plano.
El final de la tercera temporada de Sherlock fue tan sorprendente como perfecto. Cuando todos pensábamos que Moriarty ya pertenecía al pasado, volvió (o no) de la manera más terrorífica posible. Los creadores de la serie se dieron un tiempo, han necesitado tres años para retomarla desde donde lo dejaron. El capítulo especial de Navidad del año pasado sirvió para hacer más corta la espera. Sin embargo, por fin ha vuelto nuestro detective privado favorito.
En este primer capítulo de la cuarta temporada, Sherlock (Benedict Cumberbatch) descubre que varios bustos limitados de Margaret Thatcher están siendo destruidos por todo el país. La intriga del detective irá en aumento y todo, parece ser, le lleva a la misma persona: Moriarty.
Puede ser que la épica del final de la tercera temporada hiciera creer a los fans que toda la cuarta iba a discurrir por el mismo camino. Pensaban sus tres capítulos iban a consistir en una lucha sin fin de Sherlock contra Moriarty. Pero no es así. La sombra de Moriarty deambula por todo el episodio, pero nunca aparece (real o metafóricamente). La serie vuelve a consistir en capítulos de un caso autoconclusivo que hace avanzar al argumento general de la ficción.
Sin embargo, si no te esperas nada de la temporada, si simplemente te dejas llevar por Cumberbatch y Freeman, Sherlock se muestra en todo su esplendor. La serie vuelve a su tono habitual que junta el mejor misterio con la mejor comedia. A lo largo del capítulo, los personajes se desesperan porque Sherlock no les hace caso, twittea sin parar y se fija en detalles, a priori, insignificantes. Benedict Cumberbatch vuelve a mostrarnos el mejor Sherlock posible: un sociópata con una mente retorcida, pero con una humanidad que poco a poco se deja ver. El misterio, banal en un principio, será más trascendental de lo que cualquiera se imagina. Pero no nos metamos en territorio spoiler.
El protagonista reflexiona durante todo el capítulo sobre lo inevitable. ¿Será una metáfora sobre lo que le espera en los próximos dos episodios? ¿Será su encuentro con Moriarty inevitable? ¿Será el plan póstumo de Moriarty ineludible? ¿Realmente el plan de Moriarty es póstumo? Demasiadas preguntas que dejan el final de la tercera temporada todavía en otro misterio todavía sin resolver.
Sin duda, lo que le viene encima a Sherlock, y a toda su audiencia, es brutal. Nadie sabe cómo puede seguir la serie. Todos tienen confianza absoluta en Steven Moffat, su creador y guionista, para que nos deleite con otros dos grandes capítulos. Por ahora, quizá haya comenzado demasiado despacio. Quizá hay quien se esperara más. Puede ser. Sin embargo, seguro que lo que viene cautivará a una audiencia ya enamorada de ese héroe moderno llamado Sherlock.
Tal y como comienza Cumberbatch este primer capítulo: Siempre sé cuando ha comenzado el juego. Y este, ya ha comenzado.
El episodio 4×01 del Sherlock encarnado por Benedict Cumberbatch podría ser comparable en general, en sus formas, en su envoltorio y sus elementos, a cualquier otro episodio de esta, cuanto menos, brillante serie. Pero en lo importante que la ha llevado a a donde está, falla no se si decir casi todo, pero si en todos los elementos importantes. Más abajo me extiendo en spoiler pero en general podría hablarse de un capítulo donde el guión no está a la altura, ni tan siquiera mantiene la media y tras tanto tiempo de espera es si cabe, motivo de mayor cabreo. Más allá de la fábula que nos acompaña desde el inicio a modo de moraleja, todo el cuidado, mimo e incluso poesía al que nos tienen acostumbrados sus autores, brillan por su ausencia. Y su final, que podría haber sido de los más potentes de la serie, carece de impacto, dramatismo ni fuerza narrativa. Por lo forzado y repentino y por lo mal trabajado que ha sido lo elaborado hasta ese momento. Aún así, los casos que nos ocupan son interesantes, sus habituales puntazos de humor ídem y las actuaciones como siempre rinden a gran nivel. A la mayoría del reparto no se le ha olvidado actuar en este largo parón de espera, pero a los que hacen la historia, parece que sí han perdido parte de su esencia. Esperamos que sea un pequeño bache.
En spoiler explicando mejor a qué me refiero…
Puede no ser el mejor Sherlock, como dicen algunos, pero sigue siendo de lo mejor que hay en televisión. O igual yo no soy imparcial, porque me encantan el personaje y el actor. Este capítulo, supone un receso entre el pulso que mantienen Sherlock y Moriary, Sólo el comienzo y el final del episodio tiene algo relación con la trama central de la serie, preparándonos para más.
Arranca con una media hora donde tenemos al Sherlock de siempre, guasón y engreído a partes iguales, con momentos donde no falta el ingenio y la diversión, para en su última hora girar hacia un tono muchísimo más oscuro, tan oscuro que no envidia para nada al mejor cine negro o de espionaje. ¿El objetivo? mostrarnos que las decisiones que los personajes han ido tomando a lo largo de las tres temporadas anteriores, empiezan a tener sus consecuencias. Quizá estemos ante el final de la serie. Eso lo veremos en los dos próximos episodios.
En cualquier caso el esquema es el mismo, o parecido. Sherlock rasga la cortina de un misterio y surge otro, y así sucesivamente hasta desembocar en un gran final, entre trágico e inesperado. Todo ello con un guión inteligente y coherente. Tenemos a Watson ya Mary que acaban de ser padres de una niña, y tenemos un nuevo enigma. El hijo de un ministro muere en un accidente de tráfico, en la casa de los padres, nuestros protagonistas se encuentran un busto de Thatcher destrozado. A partir de ahí, Sherlock irá tirando del hilo hasta desenmarañar la madeja.