Sexo, mentiras y cintas de video
Sinopsis de la película
John, un abogado sin escrúpulos, está casado con Ann, una mujer seria e introvertida. Ella, aunque muestra poco interés por el sexo, se siente segura de su matrimonio. John, en cambio, es un adicto al sexo y tiene una aventura con Cinthia, la extrovertida y desenfadada hermana de Ann. La llegada del enigmático Graham, un antiguo compañero de John en la universidad, alterará la vida de Ann.
Detalles de la película
- Titulo Original: Sex, Lies and Videotape
- Año: 1989
- Duración: 104
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Opinión de la crítica
Película
6.7
84 valoraciones en total
No me canso de repasar esta película, cuantas más veces la veo, más brillante me parece. Hay que verla en versión original aunque el doblaje en español es peculiar no se adapta a nuestra cultura: la cadencia en las voces, las miradas, los gestos… son un alarde de interpretación. Me parece erótica, inteligente y valiente y me gusta mucho.
¿Hay algo de transgresor en el hecho de contarle a una cámara de vídeo tu sexualidad más recóndita?
En la excelente composición del personaje de Spader destacan las dubitaciones en sus diálogos que probablemente reescribiera añadiéndoles la naturalidad de lo imperfecto. La media sonrisa, la mirada interrogativa y esos titubeos denotan la inseguridad de un personaje que sólo está dispuesto a participar en la vida con la mirada. Graham nos descubre su voyeurismo a la primera que se presenta cuando le pregunta a Ann si ha salido alguna vez en televisión: consciente o inconscientemente, desde el principio la imagina víctima de su objetivo. Pero Graham no es el clásico voyeur , una tensión interna le acomete y se manifiesta en sus contradicciones. Si por un lado se resiste a encerrarse bajo siete llaves, según afirma, por el otro pronto se enclaustra para rehuir el contacto con los demás. Sin embargo, la puerta de su casa permanece abierta y su contacto con el mundo se mantiene gracias a esta circunstancia que permite las distintas intrusiones del trío de protagonistas. Me interesan aquí dos escenas de la primera parte de la película en la que se presenta el personaje: la sobremesa con el matrimonio de John y Ann y la charla en el café a solas con Ann.
En la primera, sorprende la atracción creada entre Ann y Graham a expensas del marido que se muestra en todo momento cínico y distante. Las miradas de Graham gravitan en torno a la figura de Ann desplazando a su amigo al que, por otra parte, ya nada le une después de nueve años de separación. El número nueve alude al cambio de vida, a una muerte y una resurrección simbólicas (en consonancia con su costumbre de vestir de luto). Además de ese detalle de numerología hay otra referencia bíblica en la mención a la costumbre de la mujer de salar en abundancia las comidas. La sal se ofrendaba en los pactos realizados ante dios y probablemente sea una vaga referencia al pacto de fidelidad del matrimonio. Las posturas aparentemente opuestas de John y Graham se confrontan simbólicamente. Mientras que John, el infiel, se mofa de esa manía de su mujer de poner tanta sal, de Graham se nos dice anecdóticamente que años atrás oficiaba misas privadas detrás de la capilla , en alusión a su fidelidad.
En la escena del café los personajes de Ann y Graham tienen la posibilidad de intimar en ausencia del marido. Graham pide té helado, una bebida que le caracteriza durante toda la película, hasta que logra figuradamente romper el hielo, ponerse del otro lado de la cámara -algo que aterroriza a cualquier voyeur – y expresar sus temores. Quizá la elección del té helado invite a una intimidad cuyo propósito parece ser antes la curiosidad que la lascivia. Graham descubre su impotencia mientras Ann acaricia inadvertida y repetidamente el pie de su copa de vino blanco en un ligero movimiento de vaivén. No hay lascivia en ese gesto porque no hay consciencia del mismo. Ese detalle mínimo de puesta en escena adelanta el tipo de relación que se establece entre los dos personajes y que prefiero no revelar aquí.
El gran director Steven Soderbergh sorprende a propios y extraños con esta increible ópera prima realizada con un bajísimo presupuesto.
El arte de no complicarse la vida, el poder de la intuición y el alejamiento del modo de vida americano -obsesionados siempre por la perversa dinámica triunfador-perdedor- son mezclados con el arte de un gran cocinero para acabar siendo un plato delicioso e inolvidable que debe revisarse de vez en cuando.
Buscar la felicidad en las cosas pequeñas del día a día e intentar buscar la paz interior prescindiendo de la opinión de la comunidad bienpensante serían dos de las moralejas -si es que pueden llamarse así- de esta pequeña-gran obra maestra del cine.
He tenido esta película como pendiente de ver durante muchísimo tiempo, y ya se sabe que ocurren estos casos de obras que dejamos guardadas en la estantería cogiendo polvo, sin darnos cuenta durante años de la maravilla por la que pasábamos delante cada día sin percibirla.
Desde el comienzo, desde la primera palabra del film (spoiler 1), comienza una hora y media de diálogos fascinantes que pueden llegar a engañar a simple vista, sí, pero acaban por revelar un fondo al que parece no acabársele el jugo (spoiler 2). La película puede parecer simple conversación, pero es que cada escena de la película, cada palabra, cada gesto, está calculado para asemejarse tanto a la realidad, que parece que estuviéramos escuchando las conversaciones de personas de la vida real, y no de actores interpretando un papel (spoiler 3).
La manera tan original de irnos presentando a los personajes consigue que los logremos definir en tan sólo un par de escenas. Peter Gallagher está simplemente correcto (a pesar de que es coherente con su personaje) ante James Spader y Andie MacDowell, magníficos en cada una de sus apariciones. Laura San Giacomo, en el papel de Cynthia, está tan sólo un nivel por debajo, con una sensualidad que practicamente traspasa la pantalla.
El film rebosa de frases para enmarcar que dejo para la gente que ya lo haya visto (spoiler 4).
Por otro lado, la música, aunque puede que escasa, está presente en los momentos justos, ayuda a crear un climax de verdadera tensión y algunos cambios de ritmo impresionantes (spoiler 5).
La película remata con un final realmente hilvanado y en el que todas las piezas encajan (spoiler 6), a pesar de que necesité un segundo visionado para ello, aunque no me ha supuesto un esfuerzo de ningún modo.
Quizás lo más sorprendente de todo es que este guión fue escrito por el propio Soderbergh en tan sólo 8 días, y que para mi constituye uno de los más sólidos que he visto y sin duda, como es llamada a ser, una de las piedras angulares del cine independiente.
Sin más, sencillamente maravillosa.