Sebbe
Sinopsis de la película
Sebbe es un chico de quince años que vive con su madre en un pequeño apartamento a las afueras de la ciudad. Sufre el maltrato de sus compañeros en la escuela, y se evade de la realidad gracias a sus habilidades técnicas, que usa para crear nuevos objetos.
Detalles de la película
- Titulo Original: Sebbe
- Año: 2010
- Duración: 80
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Opinión de la crítica
Película
6.3
50 valoraciones en total
«Sebbe» es una película reflexiva y enriquecedora de importante visionado. Un drama en todo el sentido de la palabra que bien podría representar la transformación de la gran tragedia griega en el cine. Una película que cala en lo más hondo del corazón y la razón del espectador, que cuenta las duras turbaciones internas y externas de un joven que madurará a los golpes y las injusticias, y que finalmente conseguirá un significado a su vida pese a las acciones que deba tomar. Una historia brutalmente triste que se gano todo mi afecto y mis aplausos. Estas historias de supervivencias seducen absolutamente mi retina, defiendo a rabiar esta clase de cine que eleva sus intenciones a la grandilocuencia y se alejan de todo propósito artificioso, por tanto «SEBBE» ES UNA ODA A LA LIBERACIÓN DE LA VICTORIA SOBRE SÍ MISMO, A LA AFIRMACIÓN GOZOSA DE LA PROPIA VOLUNTAD. UNA PELÍCULA MAGISTRAL Y DEVASTADORA.
Película presentada en el Festival de Berlín del 2010, donde alcanzó el premio a la Mejor Ópera Prima. Sebbe es una película dura, preciosa, sencilla e impactante. Me ha conmovido y estremecido mucho. La aparente sencillez argumental es llevada de gran forma por Najafi, que sabe explotar y exprimir de gran forma desde los momentos dramáticos y de mayor tensión hasta los de mayor tristeza y sensibilidad.
Sebbe busca el amor de su madre, una mujer que aunque luzca un poco mayor, debe ser muy joven, esta se gana la vida repartiendo periódicos en las noches, y guarda para sí misma los problemas que tiene y el dolor que guarda por la muerte de su esposo, muchas veces desquitándose con su hijo, ya que tal vez su infancia también fue difícil. Y
Sebbe también busca el amor de su padre, en esta búsqueda tiene mayor libertad, ya que como evidentemente ya falleció, Sebbe lo busca en sus sueños y habla con él. Y se aferra a una imagen. Una imagen que tal vez no coincide realmente con la de su padre (como llegamos a imaginar por un comentario de su madre), pero esa idea lo hace sentir mejor y le ayuda a sobrellevar un poco su miserable vida.
Sebbe impacta por su crudeza y la vez por su sensibilidad, es una historia real que muchos jóvenes viven en el mundo. Como siempre, en la búsqueda del origen del mal, muchos de los caminos llevan a la familia. Y de la familia actual, hasta la de pasadas generaciones, todas victimas. Así como Haneke nos mostró en ese extraordinario filme llamado La Cinta Blanca. Afortunadamente, a pesar de todas las condiciones hay algunos que son demasiado fuertes como Sebbe, se tragan sus problemas o simplemente los olvidan y se ven obligados a crecer más rápido. Es por eso que no activa esa bomba, en uno de los momentos más tensionantes y dramáticos del filme. Lastimosamente hemos sido testigos históricamente, y más en la reciente historia, que son muchos más los que se atreven a detonar la bomba. E incluso me pasó algo extraño, que experimenté con Dogville de Von Trier, en un momento quise que explotara la dinamita, tal vez para que acabara con su propio sufrimiento o para que acabara con todas las almas en sufrimiento de esa escuela. O simplemente para causarle dolor a su madre… como recordamos en el caso reciente de Kevin.
(Más en Spoiler por espacio)
Si Sebbe hubiera sido una película norteamericana, lo más probable es que su discurso hubiese caido en la empatía, en el conservadurismo, en la justificación, en el triunfalismo, en el sentimentalismo barato. Estamos excesivamente acostumbrados a que todas las actitudes de los personajes tengan un sentido, de que los protagonistas sean héroes sin resquicios y de que todo culmine con un final feliz condescendiente con la historia y también con la audiencia. La vida siempre es mucho más compleja y el cine debe aspirar a retratarla con toda su crudeza, respetando a los personajes sin justificarles. El cine no debe tener miedo a resultar desagradable o triste, y los espectadores deben asumir que el séptimo arte está capacitado y obligado a ofrecer algo más que un rato de evasión. Sebbe se sitúa a conciencia fuera de esa órbita de cine social con moralina: el resultado es una película fría, que pone al espectador en un constante estado de desamparo y tensión, afín a las formas del cine de los Hermanos Dardenne o el Paranoid Park de Gus Van Sant. La historia de Sebbe no es ni fácil ni cómoda, y como tal la película es corta pero certera, apunta al epicentro de cuestiones sociales como el bullying o la incomunicación entre padres e hijos.
Sebbe es la historia de un niño de quince años que busca algo tan natural como el amor de su madre. Sebbe es un chico que interioriza todos sus sentimientos, que calla todas las situaciones de maltrato que sufre en el instituto y que encuentra su vía de escape viajando en soledad con su motocicleta casera y fabricando pequeños artilugios a partir de piezas recicladas y chatarra. La madre, Eva, trabaja por las noches repartiendo periódicos por las frías calles de su ciudad, y tampoco verbaliza sus problemas laborales y económicos con su hijo, al que quiere y al que paradójicamente detesta por recordarle cada día la ausencia del marido muerto. Personajes heridos, seres que resultan buenos o malos según la escena, que tienen recovecos, oscuridades, dobleces, como todos nosotros. Sebbe rezuma verdad, y la verdad siempre es esquiva: ¿cómo fue el pasado de esa madre y ese hijo? ¿qué pasa por la cabeza de Sebbe al sostener varios cartuchos de dinamita? ¿cuál es el detonante primero que basa la rabieta de la madre? ¿podrán algún día esos personajes tan entrañables limar sus esperezas, sentarse a hablar, darse cuenta de que ambos tienen mucho que reprocharse y otro tanto que perdonarse? Ni lo sabemos ni debemos saberlo. De no ser así, Sebbe sería diferente, más accesible, también menos certera. Todos hemos salido ganando: estamos ante una ópera prima de nivel que nadie debería perderse. A reivindicar.
Xavier Vidal, Cinoscar & Rarities, http://cachecine.blogspot.com
Familia monoparental aherrojada a las duras condiciones de vida en los arrabales del capitalismo de una desorientada sociedad sueca que pide socorro a gritos. La película relata talentosamente como las condiciones sociales en el trabajo, en la escuela o en las brutales relaciones humanas, van corroyendo por dentro a los personajes en una narración impecable salvo quizá unas acciones finales dudosas, de esos giros chocantes que a veces se ven en el cine nórdico, quizá fruto de una mentalidad diferente a la nuestra. Otro magnífico ejemplo del desinhibido cine nórdico con sus relatos realizados sin complejos, una película con una temática y el enfoque como de Ken Loach sin ideología, frío y distante pero implacable.
Sé que el voto que le pongo no corresponde con el título que le puse a ésta….. que se puede llamar a esto. Uno mira películas lee libros o lo que sea que haga con el afán obvio de sentirse bien, sentirse mejor o no? o será que es al contrario?. Acaso las personas agarran un buen libro o una buena película con el fin de sentir mal? Me parece que no.
Lo logró el que hizo esta película, si lo que quería era producir irritación, indignación e impotencia, debería ser merecedor a un Oscar al igual que los 3 actores principales (Sebbe, su madre y el Matón). Sobre este último (el Matón) me daba ganas de que Chuck Norris entrase a la pantalla y le propinara una Patada Voladora.
Por eso le pongo buena nota, porque justamente consiguieron lo que querían conseguir, esta peli no enseña nada, no reflexiona sobre nada, no aporta nada. Es simple y puramente Cruda.
Yo ya no sé nada, he visto tanta porquería Americana, con finales felices. Buenos guiones buenas tramas pero pésimamente realizadas. Entre comedias, dramas o lo que sea, para encontrarme con una película Sueca que me provoco bastante Tensión (no me refiero a tensión de suspenso, es mas tensíon tipo rabia), para pasarse a Irritación.